28 de septiembre de 2014

Frases 28-IX-2014

Ya sabéis por el nombre de mi blog que soy como una urraca que recoge todo lo que brilla para llevarlo a su nido. Desde hace años, tal vez desde más o menos 1998, he ido recopilando toda idea que me parecía brillante, viniese de donde viniese. Lo he hecho con el espíritu con que Odiseo lo hacía para no olvidarse de Ítaca y Penélope, o de Penélope tejiendo y destejiendo su manto para no olvidar a Odiseo. Cuando las brumas de la flor del loto de lo cotidiano enturbian mi recuerdo de lo que merece la pena en la vida, de cuál es la forma adecuada de vivirla, doy un paseo aleatorio por estas ideas, me rescato del olvido y recupero la consciencia. Son para mí como un elixir contra la anestesia paralizante del olvido y evitan que Circe me convierta en cerdo. Espero que también tengan este efecto benéfico para vosotros. Por eso empiezo a publicar una a la semana a partir del 13 de Enero del 2010.

Las primeras semanas fueron terribles; –se refiere a la guerra del 14– después, la paz de Dios vino a mí, y ahora todo está bien.

Mi plan está claro ante mis ojos; naturalmente, es muy modesto. Me gustaría empezar desde la experiencia interior de Dios, la experiencia de sentirse refugiado en Él, y quisiera demostrar que la ciencia empírica no puede contradecir tal experiencia. Me gustaría exponer la significación total de la misma –se refiere a la experiencia interior de Dios–, mostrar hasta qué punto puede reclamar objetividad, demostrar por qué es un conocimiento auténtico, aunque de un género especial, y por último sacar conclusiones. Naturalmente, una exposición como esta no tiene nada que ofrecer al que vive a la vista de Dios. Pero puede sostener al que vacila, al que permite que las objeciones de la ciencia le confundan, y puede impulsar hacia delante a aquél al cual estas objeciones le han apartado de encaminarse hacia Dios. Hacer una obra semejante con humildad es muy importante, mucho más importante que combatir en esta guerra. Porque, ¿qué fin tiene este horror si no conduce a los hombres más cerca de Dios?

Adolf Reinach. Discípulo de Husserl y maestro inmediato de Edith Stein. El primer párrafo es de una carta de Reinach a su mujer. El segundo esta citado por Edith Stein en su autobiografía, “Estrellas amarillas” en una carta dirigida a ella. Reinach tuvo una experiencia de conversión al principio de la guerra. Poco después murió en el frente de batalla. No pudo, pues, ni tan siquiera empezar su obra. Pero sembró en Edith Stein, cuando ésta estaba todavía muy lejos de la fe, semillas que seguramente dieron más fruto que cualquier otra cosa que pudiera haber hecho en la vida.


25 de septiembre de 2014

¿Por quién doblan las campanas?

Hoy no puedo tampoco dejar de expresar mi pesar, mi tristeza y mi lástima por la retirada definitiva de la ley Gallardón sobre el aborto. Pesar y tristeza por los morituri (los que van a morir). Lástima por una civilización que ha caído (eso no es de ayer, sino que es un proceso que viene de muy atrás) en la barbarie. Y también rabia. Mucha rabia. Porque ayer ha caído tal vez la última trinchera. Un día, no me cabe duda, civilizaciones futuras se espantarán de lo que estamos haciendo en ésta. No es una cuestión religiosa. Es una cuestión de pura razón humana y humanitaria.

¿Quién no echa una mirada al sol cuando atardece?
¿Quién quita sus ojos del cometa cuando estalla?
¿Quién no presta oídos a una campana cuando por algún hecho tañe?
¿Quién puede desoír esa campana cuya música lo traslada fuera de este mundo?
Ningún hombre es una isla entera en sí mismo.
Cada hombre es una pieza del continente, una parte del todo.
Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida,
como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia.
Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad;
por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti.

John Donne (Devociones para ocasiones de emergencia, 1624)

El mar va a seguirse llevando cada día trozos de la vieja, decrépita y podrida Europa. Que Dios se apiade de nosotros, porque las campanas suenan a muerto y me temo que lo pagaremos más bien pronto que tarde. Y muy caro. Tal vez al precio de Roma. Esta civilización está aquejada de una terrible enfermedad autoinmune que se revuelve contra su propio organismo. Quien quiera, que me tache de agorero y catastrofista, me importa una mierda

Dios y Stephen Hawking

Tengo un respeto enorme por Stephen Hawkins como científico. De ninguna de las maneras me atrevería a discutir con él –pobre de mí– sobre el proceso de evaporación de los agujeros negros por el desdoblamiento cuántico de partículas virtuales, principio científico postulado por él y por Roger Penrose.

Mi respeto se convierte en admiración cuando le veo como ser humano. Su lucha titánica contra la terrible enfermedad del ELA[1], que ya dura cincuenta años –el promedio de supervivencia a esa enfermedad es tan sólo de unos pocos años– me parece la de un héroe griego contra la fuerza del sino.

Y, claro, no sólo respeto, sino que considero como de gran peso sus opiniones sobre cualquier aspecto de la vida, aunque sea fuera de la ciencia. Con una diferencia: que en esos campos sí que me atrevo a discrepar de él. Y en sus opiniones sobre la existencia de Dios, su papel en el mundo, y la relación entre ciencia y religión, me permito discrepar. Con el mayor respeto del mundo, pero discrepar con argumentos. Porque ninguno de estos temas es científico. Cuando uno habla de las opiniones de un científico –y más si se trata de un gran científico con el aura que tiene Stephen Hawking– hay que tener un fino bisturí para separar lo que es ciencia y lo que son opiniones, muy razonables, pero no científicas. Y a ello voy. Porque este domingo, Hawking ha saltado a la primera página del diario El Mundo con titulares muy agresivos a ese respecto. Pero esos titulares reflejan sólo opiniones no científicas.

El titular más grande dice: “El milagro no es compatible con la ciencia”. Hasta el descubrimiento de la física cuántica, en el primer tercio del siglo XX, esa frase tenía visos de poder ser cierta. Efectivamente, hasta ese hito científico, la ciencia pensaba que vivíamos en un mundo determinista. Era un paradigma científico la frase de Pierre Simon de Laplace (1749-1827) que decía: “... hemos de considerar el estado actual del universo como el efecto de su estado anterior y como la causa del que ha de seguirle. Una inteligencia que en un momento dado conociera todas las fuerzas que animan la naturaleza, así como la situación respectiva de los seres que la componen, si además fuera lo suficientemente vasta como para someter a análisis tales datos, podría abarcar en una sola fórmula los movimientos de los cuerpos más grandes del universo y los del átomo más ligero; nada le resultaría incierto y tanto el pasado como el presente estarían presentes ante sus ojos”. En un mundo así, no era explicable la libertad humana. Y si hubiese un Dios que hubiese creado un mundo así, estaría atado de manos para hacer milagros, salvo que, en su omnipotencia, vulnerase sus propias leyes, lo que no sería digno de un Dios coherente. Pero la física cuántica ha venido a destruir la posibilidad de un mundo determinista y a hacer añicos el paradigma científico de Laplace. Cada partícula del universo puede, al colapsar su función de onda[2], tomar caminos imprevisibles que hagan que ese determinismo salte por los aires. Esto dejaría las manos libres a ese hipotético Dios para, sin vulnerar sus leyes –él sería también el creador de las leyes de la física cuántica que serían una ventana para poder actuar sobre el mundo sin contradecirse– marcar cuando quisiese el curso de los acontecimientos físicos. Por lo tanto no es lógico decir que Dios no existe porque los milagros que se supone que hace no son compatibles con la ciencia. La cosa queda en condicional. Si existiese ese Dios, a través de su criatura –la física cuántica– podría hacer milagros sin traicionar sus obras[3]. Por supuesto, esto de ninguna manera lleva a que podamos afirmar que existe Dios, pero sí a dejar abierta la puerta a su existencia.

Lo anterior nos lleva a una cuestión importante: Los paradigmas de la ciencia están continuamente cambiando. Lo que hoy era incontestable, años más tarde resulta no ser así. Así ha pasado con el determinismo, la existencia del éter, la dinámica newtoniana, la separación entre masa y energía, la expansión relentizada del cosmos, etc. Todos los paradigmas científicos anteriores, por citar algunos, han caído por los suelos, minados por la propia ciencia. Nada nuevo. Ya nos lo había explicado en filósofo de la ciencia –no creyente, por cierto– Karl Popper (1902-1994).

Lo que nos lleva al segundo titular, en letra sólo un poco más pequeña: “No hay ningún dios. Soy ateo. Ningún aspecto de la realidad está fuera del alcance de la mente humana”. Estas tres afirmaciones no tienen ninguna base científica. Son opiniones y tomas de postura personales. Respetabilísimas, pero opiniones al fin y al cabo. Dejo de lado las dos primeras para centrarme en la tercera. Me parece que esta afirmación está muy cerca de las que hacían creer que la Tierra estaba en el centro del cosmos. Peca de un terrible antropocentrismo. Intentaré explicar esta aseveración. La ciencia se basa en mediciones. Ahora bien, todos los aparatos de medida están construidos en un mundo de tres dimensiones espaciales[4], que es en el que vivimos. Y sirven para detectar partículas, medir distancias, comparar movimientos, en estas tres dimensiones (he omitido poner medir tiempos, porque no sabemos medir el tiempo. Lo más que sabemos es comparar cambios y movimientos entre dos fenómenos, uno de los cuales está calibrado y nos sirve para comparar sus cambios con otros. A esa comparación es a la que llamamos tiempo. Pero el tiempo de verdad, la dimensión temporal, no la sabemos medir). Pero pensar que en la realidad no hay más que estas tres dimensiones espaciales, me parece una simplificación tan antropocéntrica como pensar que la Tierra está en el centro del cosmos. ¿Qué tiene de mágico el número tres para creer que sólo hay tres dimensiones espaciales? Poca cosa. Sólo que son las que somos capaces percibir. Podría haber 8, o 37, o 5,3267*1059, o infinitas. Y si la realidad tuviese más de tres dimensiones espaciales, ¿nos atreveríamos a decir que nuestra mente, a través de la ciencia empírica, llegará un día a descubrirlas? Decir que sí, es un acto de fe, que es lo que Hawking hace. Y, además, y lo digo con todo respeto, pero razonándolo, un acto de fe sin lógica, porque, por su propia esencia, medir, pesar, contar, todo lo que esté más allá de tres dimensiones le está vedado a la ciencia. Me parece oportuno aclarar que cuando digo que la ciencia no llegará a saber eso, no estoy poniendo una barrera de posibilidad metodológica, como cuando se decía que jamás se llegaría a saber de qué elementos estaban hechas las estrellas. No. Me refiero a unas barreras intrínsecas a la ciencia que reconocen todos los científicos. Empezando por el propio Hawking, que admite que no se puede, intrínsecamente, saber lo que hay más allá del horizonte de sucesos de un agujero negro. Es decir, la ciencia tiene fronteras intrínsecas, más allá de las cuales la mente humana no puede llegar.

Este tema nos lleva de la mano a otro, que no aparece en titulares, pero que late por todo el artículo. La llamada “teoría del Todo”. Hawking, en su libro “Historia del tiempo” de 1987, afirmaba que, a no mucho tardar, la ciencia llegaría a descubrir una ecuación general que lo explicase TODO. Y decía que esto sería como conocer “la mente de Dios”. Por supuesto, esto no era, como parece que dicen los periodistas, que por aquél entonces Hawking creyese en Dios. Era simplemente una forma de hablar, una imagen. Él mismo lo aclara cuando dice: “Lo que quise decir cuando afirmé que conoceríamos la mente de Dios era que comprenderíamos todo lo que Dios sería capaz de comprender si acaso existiera”. Ahora, Hawking sigue creyendo en la teoría del Todo, aunque ha prescindido del “si acaso existiese” para pasar al “no existe”. Sigue creyendo que está a punto de descubrirse esa “teoría del Todo” a pesar de que la mayoría de los científicos piensan que es algo a lo que, si algún día se llaga, será dentro de mucho tiempo. Si esa ecuación existiese, piensa Hawking, con ella todo quedaría meridiano en nuestra mente. Pero creo que esto tampoco se sostiene. Primero, porque esa ecuación, o se limita sólo al cosmos tridimensional, lo que explicaría una mínima fracción de la realidad, o, si pretendiese abarcar más dimensiones, no sería científicamente comprobable, como acabo de mostrar. Además, tras la física cuántica, semejante afirmación es aferrarse al paradigma obsoleto de Laplace. Podría, tal vez, llegarse a saber la fórmula que determinase la función de onda de todo el cosmos, (hoy no se sabe calcular la función de onda de nada que supere a unas cuantas partículas elementales interaccionando, pero no existe límite intrínseco para avanzar en esa dirección así es que en el futuro, tal vez pudiera determinarse la función de onda de Todo). Pero la propia física cuántica asegura que el colapso de esa gigantesca función de onda es indeterminado, sólo condicionado por una distribución probabilística. Pero, además, hay una diferencia abismal entre disponer de una fórmula matemática que describe la realidad y comprender esa misma realidad. Imagino al mejor matemático del mundo ante la fórmula del Todo y que alguien le preguntase qué dice la fórmula que va a pasar con su dolor de cabeza. Confundir un mapa en Braille de un país con el territorio que representa es, creo yo, y con el debido respeto, un error. Así que dejemos tranquila la mente de ese hipotético Dios que, de existir, comprendería “visualmente”, toda la realidad con todas sus dimensiones, sencillamente porque la habría creado Él. Cosa que nosotros no podríamos hacer aunque tuviésemos la ecuación del Todo.

Pero pasemos a otro tema abordado por Hawking. Afirma en su libro “El gran diseño” que la materia se autogenera a sí misma. Pero, lo cierto es que ningún experimento, en ningún acelerador de partículas ha producido jamás semejante resultado. Ciertamente, pueden aparecer partículas a partir de la energía, como, viceversa, se puede hacer aparecer energía en la aniquilación de partículas. Esto ya lo descubrió Albert Einstein en su teoría especial de la relatividad con la famosa E=m x c2. Pero, hoy por hoy, sigue manteniéndose el principio básico de la física de la conservación de la materia-energía. Cuando, en 1989, le fue concedido a Hawking el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, que no el de Investigación Científica y Técnica, leí una entrevista en la que dijo: “El universo salió de la nada como una burbuja de vapor brota de un recipiente de agua hirviente”. Si esto no fue alguna malinterpretación periodística, es un buen ejemplo de contradicción en los términos.

Más bien que a la nada, creo que este símil alude a la teoría del multiverso. Según esta teoría existe una materia primigenia, eterna, informe, sin leyes que la rijan, de la cual brotan infinidad de universos, cada uno con su Big Bang particular y cada uno de ellos con unas leyes de la física diferentes. Esta teoría del multiverso nace para dar respuesta a una cuestión incómoda, planteada por el físico Roger Penrose, compañero de Hawkings en el estudio de la física de los agujeros negros, y no creyente. Según Penrose, las probabilidades de que en nuestro universo haya unas leyes como las que lo rigen, que permitan su evolución hasta ser como ahora es, son tan ínfimas que es un suceso inmensamente menos probable que entrar en una habitación de 100 m2 con el suelo cubierto de monedas y que todas estén en cara[5]. Nadie en el mundo podría convencernos de que no ha habido alguien que las ha colocado así con alguna finalidad desconocida. Claro, esta es una situación incómoda que requeriría una intencionalidad para el universo. Y sólo tiene una salida. Postular la existencia de un inmenso número de universos (¿tal vez infinitos?). Si esta petición de principio fuese cierta, nada impediría que en algún universo se diesen las condiciones que se dan en el nuestro y que el hecho de que parezca que tiene un designio sea un espejismo causado porque  estamos aquí para observarlo por pura casualidad. ¿Puede ser cierta esta petición de principio? Puede. Pero hay un problema. Que lo mismo que hay una limitación intrínseca para hacer ciencia sobre otras dimensiones o sobre el interior de los agujeros negros, la hay para ver lo que había “antes” del Big Bang. Por tanto, la teoría del multiverso no puede ser una teoría científica. Es tan digna de ser considerada como cualquier otra, pero no es científica. Yo abogo por un gran diseño que surja, no de la aparición inútil de infinitos universos de desecho, sino de uno que parta de un diseñador con un propósito. Y mi hipótesis es, al menos, tan digna de respeto como la de los multiversos. O tal vez más, porque sólo conocemos este universo tan especial y nunca conoceremos otro. Especular sobre la existencia de infinitos universos me parece ocioso. Y creo que Guillermo de Occam, con su tijera, me daría la razón.

Pero, me queda una última cuestión a la que creo que difícilmente puede contestar la ciencia y de la que no habla Hawking. Y es la gran pregunta vital, la que ha movido a las mejores mentes de la humanidad, la que puede dar un sentido a nuestra vida. ¿Todo esto para qué? ¿Para qué todo este inmensamente maravilloso universo? ¿Qué sentido tiene? ¿Qué sentido tengo yo dentro de él? ¿Para qué demonios estoy aquí? La única respuesta que puede dar la ciencia a esto es el silencio. Porque en el método científico no caben las causas finales. Sin embargo el que las causas finales no entren en su método, de ninguna manera quiere decir que no existan. No tenemos más que ver nuestra vida para darnos cuenta de que existen y que son las que más impacto tienen en nuestros actos. Sin embargo, muchos científicos, en vez de decir un humilde “como científico no lo sé”, niegan la mayor y dicen: “No hay causas finales, no hay un sentido”. Pero al hacer esto, reducen el magnífico universo que nos han dado a conocer a un salto de pulga absurdo entre la nada y la nada. Y lo hacen gratuitamente, sin la más mínima prueba y negando una evidencia como su propio actuar en el día a día.

Y si en nosotros vemos unas causas finales que en la materia pura y dura no existen, ¿de dónde vienen? ¿Cómo la materia inerte puede producir la aparición de unos seres que buscan el sentido, que lo necesitan como el comer, que tienen sed de él? C. S. Lewis le decía en una carta a un amigo suyo que estaba en búsqueda del sentido de su vida. “Y ahora, otra cosa sobre los deseos. Un deseo puede llevar a falsas creencias, te lo concedo... Pero ¿qué sugiere la existencia del deseo? Una vez me impresionó una frase de Arnold: ‘Tener hambre no prueba que tengamos pan’. Pero lo que es seguro, aunque no prueba que un hombre concreto tenga ‘comida’, sí prueba que existe la comida. P. ej. si fuéramos una especie que no comiera normalmente, que no estuviera diseñada para comer, ¿sentiríamos hambre? Dices que el mundo del materialismo (sin sentido) es ‘feo’. Me pregunto cómo has descubierto eso. Si tú realmente eres fruto de un mundo materialista (sin sentido), ¿cómo es que no te encuentras a gusto en él? ¿Se quejan los peces del mar por estar mojados? Y si lo hicieren, ¿no sugeriría fuertemente este mismo hecho que no hubieran sido siempre criaturas acuáticas?

La religión sí que tiene algo que decir a este respecto. Cierto que no hay unanimidad, como ocurre cuando los científicos hablan de la segunda ley de la termodinámica. Pero es la religión la que busca en el pajar donde se encuentra la única aguja que da sentido a la vida. Y, además, hay algunas religiones que tienen el convencimiento de que ese Dios, creador del sentido y de quien deriva esa sed de sentido que nos domina, nos ha revelado sus planes para enseñarnos ese sentido. Más. Hay una religión que afirma que ese Dios dador de sentido, se ha hecho uno de nosotros para hacérnoslo conocer. ¿Locura o sabiduría? Ya lo dijo san Pablo: Escándalo para los judíos, locura para los paganos; pero para los llamados, tanto judíos como griegos (o sea, todos), un Cristo que es fuerza y sabiduría de Dios”.

Al final, la ciencia es un magnífico trade-off entre la renuncia a acceder a ciertas verdades y la certidumbre de los resultados obtenidos dentro de unas confortables fronteras. Y ese trade-off ha rendido y seguirá rindiendo grandes beneficios para la humanidad. Pero es eso, un trade-off, no es, ni puede ser, la negación de que haya algo misterioso más allá de las fronteras de lo empírico. La religión explora, a tientas, es cierto, o, más bien, iluminada por una luz diferente para la que hay que entrenarse, lo que hay más allá de esas fronteras, que es lo realmente importante para nuestra vida. Recuerdo una historia de un hombre que, una noche, estaba buscando unas llaves bajo la luz de un farol. Se le acerca otro hombre y le ayuda a buscar sus llaves. Al cabo de un rato, le pregunta: Pero, las llaves, ¿se le han caído aquí? No, le responde el primero, se me han caído en lo oscuro, pero aquí hay más luz para buscarlas. Nuestras llaves no están en el mundo empírico de la ciencia. Y en esa zona incierta es donde busca a tientas la religión. ¿No sería razonable entrenarse para percibir su peculiar luz? La religión hace de nuestra vida la búsqueda más apasionante que pueda darse. La de preguntarse: ¿Qué tengo yo que hacer en esta vida? ¿Cuál es mi misión? ¿Para qué estoy aquí? Y esa búsqueda puede llenar de sentido la vida. La de todos. No sólo la de los hombres de éxito, como Hawking, que pueden llegar a pensar que ese éxito es su sentido, sino también la del hombre corriente, que trabaja en una oficina de 8 a 5 en un trabajo monótono y pesado. Incluso si, además, tiene una vida personal y familiar arruinada.

Muchos extraordinarios científicos aceptan lo que Stephen Jay Gould bautizó con el nombre de “non overlaping magisteria”, refiriéndose a los campos de búsqueda de la verdad, no solapados, de ciencia y religión. Me parece una respuesta más adecuada. Ciertamente, si solaparse quiere decir no intentar aplicar para una los métodos de la otra, estoy totalmente de acuerdo. Pero respetando este no solapamiento de métodos, el resultado de ambas búsquedas es mutuamente enriquecedor. Es como ver una película en 3D gracias a la visión complementaria de cada ojo. Esta riqueza estereoscópica la expresó, mucho mejor de lo que yo pueda hacerlo, el premio nobel de física William Bragg cuando dijo: De la religión procede el objetivo del hombre; de la ciencia su poder para alcanzarlo. El objetivo sin poder es ilusión. El poder sin objetivo es absurdo. A veces la gente se pregunta si la religión y la ciencia no se oponen la una a la otra. Así es: en el mismo sentido en que el pulgar y los otros dedos de mi mano se oponen entre sí. Una oposición por medio de la cual se pueden coger firmemente muchas cosas.

¿Qué será mejor, ponerse las gafas que nos permitan esta visión en profundidad o sacarse un ojo? A mí no me cabe duda. Si nos conformásemos con un solo ojo, nos empobreceríamos. Por citar a otro gran científico, Edwin Sxcrödinger, uno de los padres de la física cuántica: La imagen científica del mundo es muy deficiente. Proporciona una gran cantidad de información sobre hechos, reduce toda la existencia a un orden maravillosamente consistente, pero guarda un silencio sepulcral sobre [...] todo lo que realmente nos importa. [...]... no sabe nada de lo bello o de lo feo, de lo bueno o de lo malo, de Dios y la eternidad. A veces la ciencia pretende dar una respuesta a estas cuestiones, pero sus respuestas son a menudo tan tontas que nos inclinamos a no tomarlas en serio [...]. La ciencia es incapaz de explicar mínimamente por qué la música puede deleitarnos, o por qué y cómo una antigua canción puede hacer que se nos salten las lágrimas. Definitivamente, prefiero dos ojos.



[1] Por cierto, ¿habéis aceptado el reto del cubo de agua con hielo? Si no, yo desde aquí os reto.
[2] Sería largo y tedioso explicar qué es esto de la función de onda y su colapso. Quien quiera esta explicación que me la pida y le mandaré algunas páginas de mi libro “El Señor del azar”, ya agotado e imposible de adquirir. Y que luego no me recrimine por el rollo que le mandaré. (Ponedme un comentario en el que aparezca vuestro mail para que os lo mande. No publicaré el comentario).
[3] Si alguien está interesado en esto, que me lo diga y le mando otras páginas del mismo libro citado en la nota al pie anterior.
[4] Parece, según algunas construcciones matemáticas no comprobadas empíricamente que hay, además de las 3 dimensiones espaciales y la temporal, otras siete espaciales. Pero están “enrolladas” de una forma tan pequeña que no podemos percibirlas. Es un constructo matemático que ayuda a entender determinados fenómenos, pero al no ser empíricamente detectables, caen fuera de las fronteras de la ciencia.
[5] Penrose cifra esta probabilidad en 1/10(10 ^ 128). El número del denominador es inconmensurablemente mayor que un 1 seguido de tantos ceros como partículas elementales hay en el universo. Es decir, puede considerarse un suceso imposible.

17 de septiembre de 2014

Frases 18-IX-2014

Ya sabéis por el nombre de mi blog que soy como una urraca que recoge todo lo que brilla para llevarlo a su nido. Desde hace años, tal vez desde más o menos 1998, he ido recopilando toda idea que me parecía brillante, viniese de donde viniese. Lo he hecho con el espíritu con que Odiseo lo hacía para no olvidarse de Ítaca y Penélope, o de Penélope tejiendo y destejiendo su manto para no olvidar a Odiseo. Cuando las brumas de la flor del loto de lo cotidiano enturbian mi recuerdo de lo que merece la pena en la vida, de cuál es la forma adecuada de vivirla, doy un paseo aleatorio por estas ideas, me rescato del olvido y recupero la consciencia. Son para mí como un elixir contra la anestesia paralizante del olvido y evitan que Circe me convierta en cerdo. Espero que también tengan este efecto benéfico para vosotros. Por eso empiezo a publicar una a la semana a partir del 13 de Enero del 2010.

La sucia diferencia que separa la inventó Dios como castigo que habremos de pagar tarde o temprano sin tener más que el alma por testigo.

José Larralde Poema “Estatua de carne”


11 de septiembre de 2014

Frases 11-IX-2014

Ya sabéis por el nombre de mi blog que soy como una urraca que recoge todo lo que brilla para llevarlo a su nido. Desde hace años, tal vez desde más o menos 1998, he ido recopilando toda idea que me parecía brillante, viniese de donde viniese. Lo he hecho con el espíritu con que Odiseo lo hacía para no olvidarse de Ítaca y Penélope, o de Penélope tejiendo y destejiendo su manto para no olvidar a Odiseo. Cuando las brumas de la flor del loto de lo cotidiano enturbian mi recuerdo de lo que merece la pena en la vida, de cuál es la forma adecuada de vivirla, doy un paseo aleatorio por estas ideas, me rescato del olvido y recupero la consciencia. Son para mí como un elixir contra la anestesia paralizante del olvido y evitan que Circe me convierta en cerdo. Espero que también tengan este efecto benéfico para vosotros. Por eso empiezo a publicar una a la semana a partir del 13 de Enero del 2010.

Mi humanidad es sentir que somos la voz de una misma miseria […]. Mi nombre es el de cualquier otro. Creo que mis días y mis noches se igualan en pobreza y en riqueza a las de Dios y a las de todos los hombres.


Jorge Luis Borges

7 de septiembre de 2014

Hola otra vez después del descanso del verano.

Este mes pasado me ha impactado tremendamente el genocidio y el martirio colectivo de tantos cristianos en Irak a manos del autodenominado Estado Islámico. Por eso quiero pediros que recéis por la paz. Poco podemos hacer nosotros para que la masacre cese, salvo rezar. Pero los que creemos en el poder de la oración sabemos que podemos rezar y que eso es más grande que otras muchas cosas. O mejor, que otras muchas cosas serán posibles gracias a nuestra oración. Así que os pido que recéis con toda vuestra alma. Los que creéis en algún Dios, rezadle a Él. Los que no creáis en ninguno, rezad al misterios devenir del universo. Pero, ¡rezad, por favor! Pero hay que conocer aquello por lo que se reza. Así que os adjunto dos testimonios de un cristiano iraquí que vive en España, pero que tiene familia allí. El Arzobispo de Mosul ha lanzado una advertencia a Occidente en el que viene a decir que si no se para esto, nos puede ocurrir a nosotros pronto.

Por fin y después de varias semanas de búsqueda, he podido hablar con (Warda) una mujer de 45 años, cristiana católica caldea de Mosul, amiga y familiar. Mis recuerdos de Warda, son los de una mujer muy atractiva, rubia con ojos azules, felizmente casada con Samir, un hombre de 52 años, compañero, amigo y familiar mío. Tenían dos hijos, Amira 14 años y Amir 10 años. Samir poseía una joyería y Warda trabajaba como profesora de inglés en un colegio de secundaria en Mosul. Disfrutaban de una casa preciosa y todo lo necesario para una vida cómoda y feliz. Con la invasión de los islamitas (EIIL) a Mosul, los terroristas islámicos, asaltaron su casa, intentaron violarla, la menstruación la salvó. Pero estos animales consiguieron violar a la hija, Amira cuatro veces, por diferentes hombres, delante de sus padres. Más tarde, la hija murió a consecuencia de aquella agresión. Samir fue decapitado, así como el padre de Warda que estaba de visita. Warda, con su hijo, tuvo que abandonar su casa, sus bienes y su ciudad, Mosul, con lo puesto, sin nada, y refugiarse en casa de unos familiares, en la ciudad kurda de Dahok.

Con una voz muy triste envuelta en llanto, Warda se desahogó conmigo y me contó toda la amargura que vivió, añadiendo que mientras estaban violando a su hija y acuchillando a su marido y a su padre, recitaban versos del Corán, dejando entender que sus crueldades, eran hechos divinos y órdenes de Allah, su Dios. Con furia y fortaleza reclamaba ¿Qué tipo de Dios, es Allah, que ordena cometer estas barbaridades? ¿Dónde está nuestro Dios? ¿Por qué nos ha abandonado en manos de estos salvajes, asesinos musulmanes? ¿Cómo permite Dios la expulsión de familias enteras de sus casas, obligarlas a abandonar su ciudad, miles de hombres decapitados, mujeres y niñas violadas, niños esclavizados, casas asaltadas, negocios robados, iglesias atacadas e incendiadas? ¿Cómo se puede llamar el Islam una religión divina? ¿Qué Fe es esta?

La verdad, ante su estado de sufrimiento, poco podía hacer para consolar a Warda, pero sus preguntas y peticiones me condujeron a pensar en los comienzos del Islam, en el Corán, su libro sagrado y la vida de Muhammad, su Profeta. Intenté mantenerme firme a pesar de la angustia, conteniendo mi rabia y con todo el dolor de mi corazón, le dije: hermana, Allah, su Dios, al que adoran y siguen, ordena: 
“luchad contra los no musulmanes, judíos y cristianos, tendedles emboscadas por todas partes, sitiadles, capturadles, matadles”(Sura 9:5). No puede ser el mismo Dios que nosotros adoramos y obedecemos, el Dios del Amor y del perdón. Recordamos siempre las palabras de Jesús en (Mateo 5:43-48) “Habéis oído decir: Amad a vuestro prójimo y odiad a vuestro enemigo. Sin embargo, yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persigan”. Además nuestro Dios nunca te abandona, recuerda el Salmo 23, que dice “Mi Señor es mi pastor, nada me falta”, el mal del mundo no viene de nuestro Dios sino de su enemigo el Maligno, Satanás y sus demonios. Todos debemos de saber de buena tinta y dar a conocer realmente qué es el Islam.

Un análisis sencillo de la historia del Islam, nos permitiría a saber, que no es una religión divina, Muhammad, su Profeta, era un líder sectario, cumple con todos los requisitos de un dictador, jefe político social de una secta.

Las predicaciones de Muhammad se volvieron pronto agresivas y paranoicas y aquéllos que no aceptaban sus enseñanzas fanáticas eran tachados de infieles. Por ello, Muhammad y sus seguidores fueron expulsados de la Meca. Por intereses políticos y económicos y para suerte de Muhammad, los gobernantes de Medina, ciudad vecina a la Meca, se convirtieron al Islam y le invitaron a vivir allí. Medina fue el primer estado islámico del mundo, así que las matanzas y ferocidades no se hicieron esperar. La primera víctima de Muhammad y sus seguidores, fue una importante tribu judía, llamada Banu Quraida, que se negó a aceptar el Islam y el liderazgo de Muhammad. Como consecuencia y por las órdenes del mismo, todos los hombres fueron decapitados y las mujeres y los niños fueron convertidos en esclavos, entre ellas Rayhana, quien fue convertida en concubina y esclava sexual personal de Muhammad por el resto de su amarga vida. 

La tribu judía de Banu Al Nadir también se negó a convertirse al Islam. Su líder, el poeta Kab bin Al-Ashraf, escribió un poema contra la violencia de Muhammad y sus seguidores. Por órdenes del líder del Islam, cuatro musulmanes se hicieron pasar por enemigos de Muhammad y por medio de engaños y mentiras, asesinaron a Al Ashraf. Poco después, las fuerzas islámicas dirigidas por Muhammad destruyeron sus cultivos, y sus tierras y pertenencias fueron confiscadas, sus niños condenados a la hambruna, violaron a las mujeres y los hombres fueron liquidados, uno de ellos fue el líder Kinana bin Al Rabi’, quien fue torturado por órdenes de Muhammad para que revelara el lugar secreto donde su tribu guardaba un tesoro, y al no lograr someterlo, Muhammad lo decapitó y luego tomó forzada a su mujer Safia como esposa.

Muhammad y sus tropas conquistaron el Oasis judío de Jaybar donde nuevamente, se quedaron con sus riquezas, mataron a todos los hombres y llevaron a las mujeres y niños como esclavos.

La sangrienta Batalla de Badr, fue provocada por los frecuentes saqueos que Muhammad y sus cuatreros realizaban a las caravanas originales de la Meca. Muhammad y sus seguidores resultaron victoriosos. Sin embargo, Muhammad ordenó la ejecución de los líderes que se habían rendido y estaban prisioneros, cuyo único crimen había sido criticar a Muhammad cuando esté vivía en la Meca. 

Las acciones de Muhammad hacia las mujeres son también muy indicativas. Si bien Muhammad estuvo casado por muchos años con su primera esposa Jadiya, únicamente tras la muerte de ésta y ya convertido en profeta, se dedicó a coleccionar esposas, concubinas y esclavas sexuales. Una de ellas su propia prima, llamada Zaynab, que estaba casada con el hijo adoptivo de Muhammad, Zaid, quien le entregó su esposa al profeta como regalo. Así que Muhammad además de primo era el suegro de Zaynab, a pesar de que el Islam prohíbe el incesto. Valga decir que, según la versión islámica oficial, la esposa favorita de Muhammad, era ‘Aisha, una infortunada niña que fue dada en matrimonio a Muhammad a los seis años, mientras él tenía cincuenta. El matrimonio fue consumado tres años más tarde, cuando la niña contaba nueve años. Los islámicos siempre han tratado de justificar de diferentes maneras el comportamiento pedófilo de Muhammad al violar a una niña de nueve años. Se ha justificado que las tribus árabes casaban a sus hijas a edades muy tempranas y que las niñas árabes alcanzaban la pubertad a esa edad, algo biológicamente insostenible.
También se casó, como ya mencionamos, con varias prisioneras tomadas en cautiverio como “botín de guerra” tras la derrota de sus enemigos. Por cierto que una de sus esposas trató de envenenarlo como venganza por haber matado a toda su familia. No todas las mujeres de Muhammad eran sus esposas. La esclava cristiana-copta María fue tomada sólo como concubina del profeta y su hermana Sirin fue entregada a uno de los socios de Muhammad. El Islam permite tomar mujeres como botín tras una victoria militar.

A veces se coloca a Muhammad como uno de los grandes fundadores religiosos y líderes espirituales de la historia. No se puede comparar la vida de Muhammad con los grandes Profetas, verdaderos sabios. Estos nunca cometieron actos de violencia, predicaron el amor y la paz y practicaron lo que predicaban. Muhammad era, según cualquier definición sociológica, psicológica y religiosa un líder sectario tan detestable como los muchos que se mueven en estas épocas.

¿Cómo pueden los musulmanes condenar el robo, la mentira, la pedofilia o el incesto si su profeta lo practicaba? ¿Cómo puede el Islam ser una religión de paz si su fundador era violento? Evidentemente no se puede culpar a toda la comunidad islámica de tener una actitud similar a la de su fundador. Muchos musulmanes no cometan las atrocidades de Muhammad, aunque defiendan su imagen como sagrada e intocable. Es obvio que muchos horrores han sido cometidos frecuentemente en diferentes partes del mundo islámico, como la actitud violenta del Islam frente al Yihad, el trato a la mujer y la niña como objetos sexuales y las disposiciones del Corán para tener de esclavos como botines de guerra, incluyendo mujeres, y la muerte sangrienta de cualquiera que blasfeme contra el Islam y su profeta, porque todas estas cosas están arraigadas en la misma vida y obra de Muhammad. 

Yo no aceptó permanecer en silencio frente a la violencia en contra de mi gente, mi comunidad, mi familia, cristianos de Irak, obligados a decidir entre la conversión al Islam, el pago de la “Yizya” (impuesto islámico para los no musulmanes) o la huída. Cualquier ataque sistemático contra una población civil a causa de su origen étnico, creencias religiosas o su fe, es un genocidio, por el que los responsables deben rendir cuentas. Todos los cristianos de Irak están siendo víctimas de un genocidio religioso. Los cristianos de Irak, nuestra comunidad, tienen mucho miedo y con razón. No saben que futuro les espera. El Estado iraquí es débil y está dividido. No podemos dejar pasar días y semanas en la pasividad. La falta de acción se convierte en complicidad con el crimen y en abuso de poder. El mundo no puede hacer la vista gorda ante la tragedia de todo un pueblo que huye de sus casas, llevándose consigo sólo la ropa que tiene puesta. Hemos escuchado tantas declaraciones, tantas llamadas, pero queremos más: por todo ello, reclamo a la comunidad internacional, desde el Vaticano, la ONU, el Consejo de Seguridad Internacional, EE.UU. Europa, etc.….todos deben de actuar.

Que Dios os bendiga y os proteja, os de valor y aguante y mucha Fe, hermana Warda hermanos y familia los cristianos de Irak. 

Raad Salam Naaman 
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Cristiano Católico Caldeo de origen iraquí 

Más información: 
Raad Salam Naaman, Profecía y Profetas monoteístas “judaísmo, cristianismo e Islam”, editorial Monte Riego, León- España, 2014.

Raad Salam Naaman, Todo Sobre el Islam, editorial Monte Riego, León- España, 2013.





La letra con el que los seguidores del califato del Estado Islámico en Irak están marcando las fachadas de las casas y lugares de culto de los infieles, además de una advertencia en negro dice “Propiedad del Estado Islámico”, es la vigésima quinta letra del alfabeto árabe, la inicial de Nasrani-Nazareno, el término despreciativo con la que se designa a los cristianos en el Corán desde el comienzo del Islam en el siglo VII. Es el símbolo del nuevo genocidio cristiano en Irak del siglo XXI.

(Propongo que, en signo de solidaridad con los cristianos masacrados del Irak, pongáis esa letra del alfabeto árabe en el perfil de vuestro wA. Esto es mío).

En mi país natal Irak, desde siempre, los cristianos hemos vivido, la persecución y la desigualdad religiosa entre musulmanes y cristianos, a favor de los musulmanes, no solo en estos últimos años. Desde muy joven, tanto en el colegio como en la calle, tanto mis profesores como mis colegas y vecinos, nos reprochaban o nos llamaban, cristianos, nazareos, sucios e infieles.
 Todavía recuerdo, yo era un niño, cuando mi padre, en paz descanse, construía nuestra casa, nuestros vecinos musulmanes le decían, hacerla bien, porque tarde o temprano, terminará siendo nuestra cuando os echamos del país.

En el plano formal y popular, tanto el Islam como los musulmanes tradicionales siguen utilizado a menudo la categoría de “creyentes” o “fiel” para los musulmanes y utilizan la palabra kafir o “infiel” para los no musulmanes, los seguidores de otras religiones, especialmente cristianos y judíos. Siempre han existido quienes han hablado de la necesidad de la unidad de los musulmanes, y en cierto sentido esa unidad ha existido siempre, a pesar de la diversidad que se da en muchos niveles. Dentro del Islam los chiíes y los suníes, están enfrentados entre si y no están de acuerdo en muchas cosas, pero los dos tienen en común el odio, la persecución a los cristianos. 
El Islam es una forma de vida y quien vive en contra de la ley coránica, es considerado Kafir o infiel.

El Islam, ordena explícitamente que en condiciones de debilidad por la superioridad de los infieles, se adopte una táctica de simular la amistad. en la Shari’a (la Ley religiosa musulmana) leemos en el tratado de Abu Darda’, uno de los compañeros y el primer biógrafo del Profeta del Islam, Muhammad: “Muhammad dijo: Sonreímos con nuestras caras a algunos no-musulmanes, aunque nuestros corazones los maldicen, es la orden de Allah mandada a través del Profeta”. Se refiere que, los musulmanes se les permite mostrar simpatía amistosa externamente a los no creyentes; judíos y cristianos, pero nunca internamente. El erudito musulmán Ibn Kathir afirma que “A los creyentes se les permite mostrar el resultado de la amistad hacia el exterior, pero por dentro no”.
El Corán prohíbe que los fieles del Islam sean amigos de los kafir, aunque pueden simular que son amigos, como muestra el Corán en (Sura 3:28) “¡Que no tomen los creyentes como amigos a los infieles en lugar de tomar a los creyentes -quien obre así no tendrá ninguna participación en Allah-, a menos que tengáis algo que temer de ellos. Allah os advierte que tengáis cuidado con Él. Allah es el fin de todo!”. “¡Creyentes! No toméis a los infieles como amigos, en lugar de tomar a los creyentes. ¿Queréis dar a Dios un argumento manifiesto en contra vuestra?”. (Sura 5:51) “¡Creyentes! ¡No toméis como amigos a los judíos y a los cristianos! Son amigos unos de otros. Quien de vosotros trabe amistad con ellos, se hace uno de ellos. Dios no guía al pueblo impío”. 

Kafir no cambia su significado a lo largo del Corán, pero se amplía su significado a través del tiempo, debido a que el término representa una amplia gama de comportamientos utilizados para describir a los opositores de Muhammad. En los últimos aleyas del Corán, el término kafir comienza a utilizarse para referirse a las personas que tienen que ser atacadas por los Mu’minin, creyentes musulmanes.
 
El Corán llega al extremo de llamar a la guerra a muerte a los infieles (judíos y cristianos) por el simple hecho de nuestras creencias en 
(Sura 9:29) “Hacedle la guerra a matar (qatilu) a los que no creen en Allah ni en el día del juicio, a los que no consideran prohibido lo que Allah y su profeta han prohibido y a aquellos hombres de las Escrituras (judíos y cristianos) que no profesan la creencia de la verdad (Islam). Hacedles la guerra hasta que paguen el impuesto religioso (Yizia), a todos sin excepción, hasta que estén humillados”.
En Sahih Al Bujari, Bab Al- Iman, Hadiz N. 25, habla del Yihad: “Muhammad dijo: Allah me ordenó a luchar contra todos aquellos, que no manifiestan la declaración de la Fe musulmana “No hay más dioses que Allah, y Muhammad su mensajero”, deben de rezar, dan la limosna y ayunan el mes de Ramadán. Si hacen todo eso están salvos, si no lo hacen tienen la muerte segura, nuestras espadas están afiladas para cortar sus cuellos”. Este Hadiz o dicho de Muhammad, tiene mucha importancia en el Islam y para los musulmanes, a pesar de su contenido violento. Por eso, esta repetido siete veces en Sahih Al Bujari, seis veces en Sahih Muslim, cuatro veces en en Sunan Abu Dawd, cinco veces en Sunan Al Talmey y veinte dos veces en Sunan Al Nisa`y. El Hadiz o dicho de Muhammad anterior, confirma lo que dice el Corán en (Sura 9:5) “Cuando hayan transcurrido los meses sagrados, matad a los asociadores (los asociadores es como se refieren a los cristianos ppor creer en la Trinidad) dondequiera que les encontréis. ¡Capturadles! ¡Sitiadles! ¡Tendedles emboscadas por todas partes! Pero si se arrepienten, hacen la azalá y dan el azaque, entonces ¡dejadles en paz! Alá es indulgente, misericordioso”.

La Yihad es una orden que emana de Allah, y que la transmitió Muhammad a sus seguidores para siempre. Es un imperativo universal y para todos los tiempos según el Islam
. (Sura 9:123) “¡Creyentes! ¡Combatid contra los infieles que tengáis cerca! ¡Que os encuentren duros! ¡Sabed que Allah está con los que Le temen!”.

El combate, la Yihad, tiene que durar hasta que la humanidad se someta al Islam. En Sahih Al Bujari leemos “Muhammad dijo, Allah me ha ordenado combatir a la gente hasta que digan: Nadie tiene el derecho a ser adorado sino Allah”.

¿Qué tipo de Dios este que ordena a luchar y matar?

Según el Islam y los musulmanes, en la guerra contra los infieles “kafir” es legítimo matar sacerdotes, monjes, mercenarios que los infieles hayan tomado a su servicio, las esposas de los infieles y los niños deben ser sometidos a la esclavitud y las posesiones de los infieles deben ser confiscadas. Está permitido sitiar los infieles en su propio lugar, pueblo y en sus fortalezas y emplear fuego en contra de ellos y atacarlos desarmados. Eso lo que están haciendo los musulmanes en Siria, Egipto, Irak y otros países “árabes musulmanes”.

Son instrucciones de Muhammad a sus hombres antes de una incursión militar. Esta diferencia ente el kafir (cristiano) y el musulmán, y el derecho de este último de asediarles, matarles y esclavizarles se ha saldado con millones de víctimas. Esto proporciona la justificación de los atentados terroristas islámicos, a lo largo de la historia del Islam desde su comienzo en el siglo VII hasta hoy día, han sido enormes. 

La historia registra la masacre de los judíos en la Península árabe (Al Medina), entre los años 624 y 627. Cuando Muhammad todavía en vida, ordenó y participó en la decapitación de más de 2500 hombres de las tribus judías Banu Quraida, Mustaliq y Jaybar, además de las mujeres judías que fueron capturadas como esclavas sexuales. 

En el año 1011, cerca de 2000 judíos fueron asesinados en Córdoba, España a manos de los yihadistas musulmanes en aquel tiempo.

En el año 1033, más de 6000 judíos fueron matados en Fez, Marruecos a manos de los musulmanes.

En diciembre del año 1066, 4000 judíos fueron masacrados en un día, en Córdoba, España a manos de los musulmanes.

En Abril del año 1182; 60000 cristianos fueron liquidados en Constantinopla y sus mujeres vendidas como esclavas, a manos de los musulmanes. 

En septiembre del año 1597, la masacre de Chipre; entre 30000 y 50000 cristianos habitantes de Nicosia fueron asesinados y sus mujeres esclavizadas, a manos de los musulmanes.

Entre los años 1784 y 1799, más de 80000 personas cristianas fueron asesinadas por órdenes del sultán musulmán Tippu en Bangalore, en India. 

En marzo de 1822, 120000 personas fueron asesinadas por musulmanes en la isla de Quíos en Grecia. 

En 1876, 3000 cristianos fueron masacrados en Batak, Bulgaria, a manos de los otomanos musulmanes.

En 1847; 30000 cristianos fueron matados y sus mujeres e hijos esclavizados en la ciudad de Badr Khan a manos de los otomanos musulmanes.

Entre los años 1894 y 1896, 300000 cristianos fueron exterminados en el imperio Otomano musulmán.

En 1909 30000 cristianos armenios y 1500 asirios fueron ejecutados en Adana, Turquía a manos de los musulmanes otomanos.

Entre los años 1915 y 1923, alrededor de 2 millones de cristianos armenios fueron liquidados en Turquía, en el conocido genocidio armenio a manos de los musulmanes turcos.

Entre los años 1914 y 1920, 500000 cristianos asirios caldeos fueron exterminados en Turquía y en el norte de Irak y Siria a manos de los jóvenes musulmanes.

Entre los años 1914 y 1924, casi un millón de cristianos ortodoxos griegos fueron asesinados en Turquía. 

(Afortunadamente, en ese año Mustafá Kemal Ataturk anuló la sharia como ley civil. El efecto de esta medida en el desarrollo de Turquía es difícil de exagerar. Hay un abismo entre el progreso de Turquía y el retroceso del resto de los países musulmanes. La ficción de progreso que puede haber en algunos es debida al petroleo. Pero el día que éste se acabe, esa ficción desaparecerá. El paréntesis es mío)

En el año 1933, 3000 cristianos asirios caldeos fueron matados en el Norte de Irak, a manos de los musulmanes turcos. Si sigo contando, no termino… Si comparamos estas cifras con la inquisición española, los islamistas asesinan en un año la misma cantidad de personas que la inquisición en 350 años, en un día equiparan los asesinatos que el Ku Klux Klan cometió en 50 años, y en dos horas, las personas asesinadas en el conflicto de Irlanda del Norte.

Lo que esta pasando en mi país natal Irak y en mi ciudad de origen Mosul, contra mi comunidad cristiana, en estos últimos años es un genocidio de toda regla, es un crimen y una pagina negra más en la historia del Islam y los musulmanes. Miles de hombres asesinados, familias desbaratadas, mujeres violadas, niños esclavizados, casas asaltadas, negocios perdidos, iglesias de los primeros siglos atacadas e incendiadas.

La verdad es que los cristianos en Irak, están pasandolo muy mal, no quedan muchos cristianos en Irak. Los pocos que quedan están pidiendo auxilio porque no saben que futuro les espera. Egoistamente no quiero que mis hermanos cristianos de Irak salgan del país, porque no quiero perder mis raíces, nuestra historia que tiene más de 2000 años. Tampoco puedo decirlos eso directamente, porque yo vivo aquí en España más o menos seguro, pero quien está sufriendo realmente son ellos. 

Señor mío, la situación en mi país es grave y el sufrimiento de mi pueblo cristiano, es intenso. Por ello, Señor mío, concédenos paciencia y valor en nuestras vidas para continuar con nuestros valores cristianos. Señor mío, danos la paz y la estabilidad, para vivir sin miedo, ni ansiedad, con dignidad y alegría.


Raad Salam Naaman
Cristiano católico caldeo de origen iraquí