El viernes 1 de Junio, sabido, aunque no consumado, el éxito
de la moción de censura, escribí un post en el que expresaba por qué mis
enemigos odiaban a Rajoy y por qué eso, además de otras causas, le granjeaba
mis simpatías. El día 2, ciertas respuestas a ese post me hicieron escribir,
muy en caliente, una cosa con el título de “los otros odiadores”, que no publicaré porque es demasiado dura.
Pero hoy, ya con una semana por medio, no me resisto a hacer
el último homenaje a ese hombre para el que, como dijo en su despedida: “Ha sido un
honor dejar una España mejor de la que encontré”. Es verdad y de aquello que no
tiene de verdad, el estrafalario parlamento español, hay otros que son, al
menos, tan culpables como él en hacerla peor sin compartir el hacerla mejor.
Y este homenaje se lo voy a hacer usando palabras de Rudtard
Kipling en su poema If.
Evidentemente ni Rajoy es un niño al que se le den
consejos, ni yo soy su padre, pero creo que la poesía es válida. No la pongo
entera, sino sólo lo que creo que es pertinente:
Si puedes mantener la cabeza en su sitio
cuando todo a tu lado es cabeza perdida y te lo reprochan.
Si puedes mantener la confianza en ti
mismo cuando todos dudan de ti y, no obstante, ser indulgente con sus dudas.
Si sabes esperar sin desalentarte en la
espera, o siendo engañado no contestas con engaño, o siendo odiado no respondes
con odio […].
[…]
Si puedes pensar y no convertir tus
pensamientos en consignas.
Si puedes codearte con el Triunfo y el
Desastre y tratar a estos dos impostores por igual.
Si puedes soportar ver tus palabras
falseadas por embaucadores que han hecho de ellas trampas para idiotas o ver
rotas las cosas por las que has dado tu vida […].
[…]
Si puedes obligar a tu corazón y a tus
nervios y a tus fibras a que te apoyen aún después de haberlos perdido […].
Si puedes hablar con multitudes y caminar
con reyes sin perder la sencillez.
Si ni enemigos ni amigos del alma pueden
dañarte.
Si todos cuentan contigo, pero ninguno
demasiado.
Entonces […], tuya es la tierra y cuanto la
llena y –lo más importante–, ¡serás hombre, hijo mío!
(La cursiva del verso anterior y la
traducción son mías)
Rajoy podrá volver, si quiere, a
ser registrador de la propiedad ganando bastante más de lo que ganaba como
Presidente del Gobierno, cosa que no muchos políticos pueden decir. Me
extrañaría mucho verle enredando entre bambalinas, como hacen otros que
deberían estar calladitos. Como he dicho otras veces, estoy convencido de que,
a pesar de esta amarga derrota, la historia juzgará a este hombre como uno de
los mejores Presidentes de España. Y estoy más seguro todavía de que muchos de
los que le vituperaban desde su misma orilla, le añorarán. Al tiempo.
No bien acabé de redactar este post ayer e primera hora, cuando se reunió el primer consejo de ministros del nuevo gobierno de Sánchez.
Lo malo de las deudas es que hay que pagarlas. Pero algunas ofrecen un cierto
periodo de carencia. La de Sánchez con los independentistas, no ofrecía, al
parecer, esa posibilidad. Al primer tapón, zurrapas. Se levanta el control
previo a las cuentas del gobierno catalán independentista. Y mi pregunta, ahora
que estoy echando cuentas sobre lo que tengo que pagar de impuestos, es:
¿Cuánto de lo que voy a pagar va a acabar gastándose en actividades
separatistas? No es esa la mejor manera de que uno se sienta satisfecho con los impuestos que paga. El levantamiento del control se ha hecho como “un gesto
de normalización”. ¿Normalización? ¿Es que el gobierno no ha oído las cosas que
ha disco el Sr. Torra en los últimos días? ¿O es que son tan tontos que creen
que los independentistas van a responder con un gesto de buena voluntad y
normalización a esa medida? No creo que a estas alturas haya alguien tan
ingenuo. Sería una ingenuidad frontera con la estupidez.
Pero a mí me gustaría dirigirme, inútilmente, lo sé, al
ministro Borrell:
Señor Borrell, usted me entusiasmó con sus palabras en la
manifestación pro España que tuvo lugar hace unos meses en Barcelona.
Señor Borrell, a usted le han hecho ministro para dar
credibilidad a la pretensión del PSOE de que no se habían hecho concesiones a
los secesionistas.
Señor Borrell, a mí se me plantean dos alternativas en lo
que a su situación respecta.
La primera es que usted, a pesar de sus palabras en aquella
manifestación, sea tan ambiguo y caña quebrada como su partido y sepa nadar y
guardar la ropa.
La segunda es que le estén utilizando.
No creo que la primera sea el caso. Creo en su buena voluntad
e inteligencia. Me quedo por tanto con la segunda. LE ESTÁN UTILIZANDO para
disfrazar el pago de la deuda de algo basado en una supuesta buena voluntad tan falsa como estúpida si fuese cierta.
¿Se va a dejar usted utilizar? Si no quiere que los
españoles pensemos que es usted igual de caña quebrada que su partido,
sólo le queda una alternativa. DIMITA de ese gobierno que le usa de tapadera.
Usted está muy por encima de los manejos de Sánchez para ganarse la pensión
vitalicia de Presidente del gobierno de España.
¡DIMITA Señor Borrell! No se haga cómplice de la subasta de
España al mejor -o al peor- postor.
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