Acto de abandono en
la misericordia de Dios
Oración pronunciada por Juan Pablo II al cumplir 65
años, en 1985
Señor, hace ya sesenta y cinco años que me diste el don inestimable de la
vida y, después de mi nacimiento, no has cesado de llenarme de tu gracia y de
tu amor infinito. A lo largo de estos años se han entretejido grandes alegrías,
pruebas, éxitos, fracasos, enfermedades, duelos… como le ocurre a todo el
mundo. Ayudado por tu gracia y tu auxilio, he podido triunfar de estos
obstáculos y avanzar hacia ti. Hoy me siento rico en mi experiencia y en el
gran consuelo de haber sido colmado de tu amor. Mi alma te canta su
reconocimiento.
Pero cada día veo a mi alrededor ancianos a los que envías fuertes pruebas:
sufren parálisis, incapacitación, senilidad, y a menudo no tienen fuerza para
rezarte. Otros han perdido el uso de sus facultades mentales y no pueden
alcanzarte a través de su mundo irreal. Veo la vida de esas personas y me digo:
«¿y si fuese yo?» Entonces, Señor, hoy mismo, mientras estoy todavía en
posesión de todas mis facultades motrices y mentales, te ofrezco por anticipado
mi aceptación de tu santa voluntad, y desde ahora quiero que si una u otra de
esas pruebas me llegan, pueda servir para tu gloria y para la salvación de las
almas. También desde ahora te pido que sostengas con tu gracia a las personas
que tengan la ingrata tarea de prestarme su ayuda.
Si un día, la enfermedad invadiese mi cerebro y aniquilase su lucidez,
desde ahora, Señor, mi sumisión está delante de ti y se seguirá de una silenciosa
adoración. Si un día, un estado de inconsciencia prolongada tuviera que
destruirme, yo quisiera que cada una de esas horas que tenga que vivir sea una
serie ininterrumpida de acciones de gracias y que mi último suspiro sea también
un suspiro de amor. Mi alma, guiada en ese instante por la mano de María, se
presentará ante ti para cantar eternamente tus alabanzas. Amen.
!Preciosa oración!
ResponderEliminarMuchísimas feliciddades, Tomás...y que cumplas muchos más.
Un abrazo,
Victoria
Gracias Mª Victoria.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tomás