Hace
tiempo leí una frase de Gustave Thibon que decía que “uno de los signos
cardinales de la mediocridad de espíritu es ver contradicciones allí donde sólo
hay contrastes”. Pues bien, creo que la pregunta que da título a estas líneas
es un caso paradigmático de esa frase. Por supuesto, mi voto es voto en
conciencia Y, TAMBIÉN voto útil. Intentar estableces una disyuntiva entre una
cosa y la otra me parece caer en lo que dice la frase anterior.
Me
meto en este jardín por alusiones. Ayer, tras mi envío inhabitual recibí varios
mails diciéndome lo que debía hacer en conciencia. No todos los mails que
recibí eran así y, en cualquier caso, agradezco todos. Pero, si soy sincero, estoy
un poco harto –¿sólo un poco?– de los que se erigen en árbitros de mi
conciencia.
Es
la CONCIENCIA la que me dice que debo hacer lo que esté en mi mano para evitar
que haya más de un millón de parados más dentro de unos años.
Es
la CONCIENCIA la que me dice que debo hacer lo que esté en mi mano para evitar
que España, fruto de siglos de esfuerzo, sacrificio, sangre sudor y lágrimas,
se rompa.
Es
la CONCIENCIA la que me dice que debo hacer lo que esté en mi mano para evitar
la muy cierta posibilidad de que España sea sacada del Euro (o haga
deliberadamente lo que hay que hacer para hundir la UE). Todavía resuena una
frase en mi cabeza: “Aguanta Alexis, que dentro de poco no estarás solo”. Se la
gritó Pablo Iglesias a Alexis Tsipras en el Parlamento griego en plena crisis
de ese país. Sería patético que Grecia pretendiese acabar sola con la UE. Pero
España sí puede, No es rescatable si se empeña en no serlo. Y con Pablo
Iglesias se empeñará.
Es
la CONCIENCIA la que me dice que debo hacer lo que esté en mi mano para evitar
que se acabe con la democracia y con las libertades civiles en general y con la
religiosa en particular.
Es
la CONCIENCIA la que me dice que debo hacer lo que esté en mi mano para evitar
que el Estado se erija en árbitro de los valores que deben aprender mis nietos.
Etc.,
etc., etc.
Por
tanto, voto en conciencia lo que creo que es más útil para tratar de evitar
estos males. Por eso voto al PP. Por supuesto admito, faltaría más, que haya
gente que, también en conciencia, no le vote. Pero no sólo voto en conciencia.
Voto en consciencia.
Soy
consciente de que estamos en una encrucijada histórica en la que todas estas
cosas, con los etc’s que no añado, tan arduamente conseguidas, están en
peligro. Considero inconscientes a los que, aún votando en conciencia, creen
que todas esas cosas se pueden dar por descontadas. Considero inconscientes a
los que, aún votando en conciencia, piensan que el hecho de que puedan gobernar
opciones que pueden acabar con todas esas cosas supondrá una catarsis regenerativa.
Por tanto, considero inconscientes a los que van a utilizar su voto para
tirarlo dándoselo a partidos insignificantes, o en blanco, o la abstención,
para castigar al único partido que puede evitar ese proceso de pérdida. Me
parecen más conscientes, aunque este diametralmente en desacuerdo con ellos,
los que votan conscientemente a Podemos sabiendo lo que quieren. A mí tampoco
me gusta todo del PP, ni le debo nada, ni milito en él, ni nada por el estilo.
Pero, el voto útil es, ADEMÁS, un voto en conciencia y es un claro síntoma de
inmadurez pretender que el voto vaya para un partido tan sólo si me gusta todo
de él. Ahora bien, también debo reconocer que, por segunda vez en la historia
de la democracia en España, el PP ha recogido un país al borde de la quiebra,
llevado allí por el PSOE dos veces. La primera vez la sacó del hoyo en dos
legislaturas. La segunda lo está haciendo. Lo ha logrado sólo a medias en una.
Pero si ahora fallan los motores, la caída en la ruina es inevitable.
Sé
que a muchos de los que lean esto les puede molestar. En general, soy una
persona que evito molestar a nadie y, mucho menos, hacerlo gratuitamente. Pero
es que esto no es gratuito. Nos estamos jugando mucho. Si las consecuencias del
voto insensato las sufriesen sólo ellos, probablemente no me arriesgaría a
molestar a nadie. Pero es que las vamos a sufrir todos. Dicho de manera menos
fina pero más clara: la patada en el culo que van a dar a España no va a ser
sólo en el suyo, sino en el de todos los españoles, incluido el mío. Tal vez
más en el mío que en el suyo por mojarme públicamente. A ellos, les darían las
gracias. Y la verdad, me enfada bastante que yo, y millones más, tengamos que
sufrir por su inconsciencia. Y sí, aunque moleste, creo que, si eso ocurre,
estos puristas del voto inconsciente, tendrán una parte de la responsabilidad.
Y
ahora vamos a Mons. Munilla. Me han llegado varias respuestas diciéndome que no
es verdad que Mons. Munilla haya rectificado. Sí lo ha hecho. Copio a
continuación un pequeño extracto de sus recientes palabras en Radio María:
- Por el camino del mal menor se llega al mal mayor.
La opción por el mal menor sólo se aplica en casos excepcionales; de ningún
modo puede ser algo habitual.
- Corresponde a cada uno discernir si nos encontramos
en una situación excepcional que justificaría esta opción por el mal menor.
- Existe actualmente legitimidad para pensar tanto que
estamos en una situación excepcional como para pensar que no.
- El voto en conciencia siempre está por encima del
voto útil.
- Corresponde a cada católico, por tanto, primero,
creer en los principios que dicta la Iglesia en esta materia y, segundo, pedir
luz al Espíritu Santo.
- Una vez hecho
este discernimiento, existe legitimidad para mantener sensibilidades diferentes
sobre este tema.
Es
decir, que, hoy, Mons. Munilla admite que es legítimo entender que la situación
es excepcional y, en consecuencia, votar al PP. En las pasadas elecciones, no
admitía esa posibilidad. Por lo tanto, hablando en román paladino, ha
rectificado. Admiro enormemente a Mons. Munilla. Creo que su actuación como
Obispo de San Sebastián es magnífica. Y, con esta rectificación, mi respeto por
él no ha hecho sino aumentar. Ciertamente, en sus palabras dice que el voto en
conciencia está siempre por encima del voto útil. Por supuesto, faltaría más.
La conciencia está por encima de todo. Pero no creo que sea necesario que vuelva
a insistir en que el voto al PP es un voto en conciencia Y, ADEMÁS, un voto
útil. Por otro lado, debo decir que la opinión de Mons. Munilla, tanto en estas
elecciones como en las anteriores, no pasaba de ser eso, una opinión.
Respetabilísima, por la persona que la sostiene, pero una opinión. Desde luego,
no representaba la de la Conferencia Episcopal Española que en las pasadas
elecciones, aún siendo presionada por algunos prelados para hacer una
declaración en la línea de Mons. Munilla, se abstuvo de hacerlo. Por tanto,
aunque se hubiese mantenido en sus trece sin rectificar, de ninguna manera su
opinión podría vincular la conciencia de un católico.
Por
último, me han llegado también mensajes diciendo que López Quintás ha
desmentido como falso lo que se dice que dijo respecto a la rectificación de
Mons. Munilla. Pues bien, sintiéndolo mucho, debo decir que dijo lo que dijo.
Lo que os mandé el otro día era un reenvío directo de D. Alfonso, en primera
persona, a un amigo mío, amigo también suyo y de una integridad irreprochable,
al que he contactado y me ha asegurado que el reenvío es literal. No es un
cortapega, no. Es un simple dar a la tecla de reenviar para que llegue tal cual
se recibió. Yo así lo recibí con la dirección de e-mail de López Quintás en el
primer mail. Comprendo que, a veces, el fragor de la batalla da vértigo. A mí
me resultaría más cómodo quedarme calladito en vez de levantar ampollas y alguna
reprimenda de gente a la que quiero, pero a quien no he concedido ninguna autoridad
para ser la conciencia de mi conciencia. Pero es, precisamente mi conciencia la
que me hace hablar. Por amor a la verdad, a España, a mis conciudadanos y a la
Iglesia. Mi conciencia es tan recta como la de cualquiera de los que me la
quieren rectificar. Le pido al Espíritu Santo, tanto como lo pueda hacer
cualquiera de ellos que la guíe. Me considero tan hijo de la Iglesia y la
quiero y la defiendo en lo que debe ser defendida como cualquiera de ellos. Y
por eso hablo en vez de quedarme callado, que sería más cómodo.
Lamento
profundamente si alguien se siente ofendido por estas palabras, pero no
rectifico ni una coma. Es mucho lo que nos jugamos. ¿Voto sensato o insensato?
He ahí la cuestión.
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