Ya sabéis por el nombre de mi
blog que soy como una urraca que recoge todo lo que brilla para llevarlo a su
nido. Desde hace años, tal vez desde más o menos 1998, he ido recopilando toda
idea que me parecía brillante, viniese de donde viniese. Lo he hecho con el
espíritu con que Odiseo lo hacía para no olvidarse de Ítaca y Penélope, o de
Penélope tejiendo y destejiendo su manto para no olvidar a Odiseo. Cuando las
brumas de la flor del loto de lo cotidiano enturbian mi recuerdo de lo que
merece la pena en la vida, de cuál es la forma adecuada de vivirla, doy un
paseo aleatorio por estas ideas, me rescato del olvido y recupero la
consciencia. Son para mí como un elixir contra la anestesia paralizante del
olvido y evitan que Circe me convierta en cerdo. Espero que también tengan este
efecto benéfico para vosotros. Por eso empiezo a publicar una a la semana a
partir del 13 de Enero del 2010.
Está claro, y
esto es fundamental, que el misterio no es interpretado como lo hacen los
agnósticos, es decir, como una laguna del conocimiento, como un vacío que debe
llenarse, sino, por el contrario, como una plenitud. Es la expresión de una
voluntad, de una exigencia, tan profunda que ella misma se desconoce, y se
traiciona sin cesar forjándose falsas certezas, todo un saber ilusorio con el
que no puede contentarse, [...]. Por consiguiente, toda confusión entre el misterio
y lo “incognoscible” debe ser cuidadosamente evitada. Lo incognoscible no es,
en efecto, más que un límite de lo “problemático”... El misterio no tiene nada
que ver con un elemento bruto, opaco al pensamiento. Por el contrario, el
pensamiento reconoce el él su origen y su foco. El misterio es auténtico
misterio precisamente porque es luz: no puedo mirarlo en sí porque es él el que
hace posible mi mirada. Pero incluso estas metáforas ópticas deben ser
superadas. La luz que despide el misterio no es “vista”, “conocida” en sí
misma, pero favorece la eclosión del pensamiento, como la luz del sol hace
posible el crecimiento de un árbol o que se abra una flor. El misterio es una
participación que fundamenta mi realidad como sujeto que puede
conocer. Sería desconocerlo o negarlo, reducirlo a algo de lo que “he oído
hablar” y que rechazo como cosa que sólo es “para otros”, en virtud de una
ilusión por la que se dejan engañar estos “otros”, pero que yo, por mi parte,
pretendo haber disipado por completo.
Roger
Troisfontaines
Feliz año para usted también :-) Acabo de descubrir su blog, volveré por aquí, compartimos el mismo parecer hacia los cientifistas :-) Un saludo y hasta pronto.
ResponderEliminarBienvenida a tadurraca Ana. Comentamos siempre que quieras.
ResponderEliminarTomas