Creo que hoy hemos vivido una jornada histórica en España.
Tal vez debería esperar hasta mañana para escribir más en frío, pero me pasan
dos cosas.
La primera que si no escribo ahora lo que tengo en la
cabeza, no voy a poder dormir y la segunda que mañana no voy a tener un segundo
para escribier, así que, a estas horas intempestivas, allá voy.
Lo primero quiero dar rienda suelta a ki alegría de que,
después de casi 40 años, el PSOE tenga que salir con el rabo entre las piernas
del gobierno. Creo que es una magnifica oportunidad de que la brecha económica
entre Andalucía y el resto de España deje de agrandarse. Porque la culpa de
esta brecha la tiene el nefasto gobierno continuado del PSOE en la región. Es
una excelente noticia porque, siendo el separatismo de Cataluña y Vascongadas
el factor de mayor riesgo de ruptura de España, la brecha económica es, sin
duda, el segundo.
Por otro lado quiero hablar del ascenso de VOX. Nunca he
votado a VOX y creo que no lo haré. No comparto la acusación que desde la
izquierda se le hace de representar una derecha antidemocrática y ultra. No lo
es. Comparto muchos de sus presupuestos. Creo que es el partido más liberal en
lo económico que hay actualmente en España. Pero ser liberal sin gobernar está
chupado. Lo puede ser cualquiera. Comparto su falta de fe en el llamado Estado
de las Autonomías, que es una sangría económica y política para España. Pero,
para acabar con este Estado de las Autonomías tendría que hacerse por el camino
difícil de la reforma constitucional (2/3 en las dos cámaras, disolución y
elecciones, nueva mayoría de 2/3 entre las dos cámaras y referéndum). O sea,
imposible. Gastar hoy en día energías en eso es como querer alcanzar la azotea
de un edificio de 10 plantas con un salto desde la calle. Tal vez un día
–ojalá– las condiciones de España lo permitan. Pero ese día está todavía muy
lejos y si hay que acercarse a él, deberá ser con astucia. Astutos como
serpientes… Comparto su visión de un control serio de la inmigración, libre de
demagogias. Control no es cierre de fronteras, es admitir a los que puedan
venir a España a trabajar, no a vagar por las calles manteando. Esto no es
xenofobia, es realismo. Comparto con VOX su visión cristiana de la vida.
Entonces, ¿por quñe no le voto? Por varios motivos. El primero porque todavái
no ha hecho nada real por España que demuestre su valía. El PP, con todo lo
malo que haya podido hacer, ha prestado a España el inestimable servicio de
sacarle dos veces de la ruina a la que el PSOE la había abocado. Ahora está de
moda decir que la economía no es importante. Pero, sí que lo es y mucho. Es el
trabajo y el pan de millones de personas. Hasta ahora, VOX sólo ha hecho honor
a su nombre. Bla, bla, bla. Y a mi las palabras me impresionan poco. Prefiero
los hechos. Pero, además, hay otras razones, que no diré públicamente porque no
me da la gana, por las que creo que no les votaré nunca.
Pero no es un partido antidemocrático, como se le pretende
presentar, identificándolo con Le Pen o los partidos neonacis o neofascistas de
Alemania, Grecia y otros países. Es un partido que no acepta lo políticamente
correcto, lo que me parece estupendo, pero en este país equivale a ser tachado
de fascista. Sí son profundamente antidemócatas, se pongan la careta que se
pongan Pablo Iglesias y Podemos. Se me han puesto los pelos como escarpias al
ver el discurso de Pablo Iglesias tras las elecciones. En el más puro estilo
leninista, plagado de amenazas y de llamadas a la toma de la calle. Eso sí es
ser un partido antidemocrático, por mucho que se crea con derecho a repartir
certificados de demócratas. La pobre candidata para Andalucía ha dicho lo
mismo, pero solo daría pena si no tuviese detrás a quien tiene.
Me pone de mala leche el discurso de Susana Díaz, la gran
fracasada, la puesta a dedo por Griñán, de la pretendida unión de los
demócratas –entre los que, por supuesto, pone a Podemos– frente a los
antidemócratas, en un patético, pero, ojo, no imposible, intento de atraerse a
C’s. Me parece bastante plausible que, si entre C’s y PSOE tuviesen 55 escaños,
se revalidaría el pacto de la pasada legislatura. El guiño de Susana estaba clarísimo.
Pero… alinearse con Podemos es demasiado, incluso para C’s. No obstante, en su
discurso, Rivera ha avanzado el postularse para ser Presidente de Andalucía. A
ver si, burla burlando, vamos a acabar teniendo nuevas elecciones en Andalucía
en unos meses. Sería de coña, pero no lo descarto y tal vez al PSOE le
gustaría, porque soñaría con atraer a la abstención.
No veo más que una salida razonable y, además, magnífica
para Andalucía y para España. Una entente entre PP, C’s y VOX. No sé qué tipo
de entente. Eso son tmas tácticos que me resbalan. Pero una entente. Entente
que, parece lógico, debería estar centrada en el PP. Pero, claro, aquí me
encuentro con los que han demonizado al PP, culpándole de todos los males de
España, ciegos a los servicios de este partido a España.
El los numerosos, rápidos y eléctricos cambios d Whasapp
mientras se daban los resultados me ha pasado lo que le pasa siempre a todo
aquel que pretende mantener la cabeza fría. No tenfo entre mis contactos a
nadie que llame fascista a VOX –aunque sí a gente que, como yo ni les ha votado
ni les votará nunca– pero éstos me llamarían también fascista por defender
hasta donde lo he hecho a VOX. Si tengo, en cambio, a bastantes que, por los
más diversos motivos, unos que entiendo y otros que no, son entusiastas
votantes de VOX. Me han puesto a parir. Me da igual. Su argumento, erróneo, por
supuesto, es que este resultado ha sido gracias a VOX. “Si no hubiese sido por
los 12 escaños de VOX”, me decían. Como si esos votos no hubiesen existido sin
VOX. Hubiesen existido y se hubiesen repartido, casi todos entre PP y C’s y
hubiesen ido, además, a favor de la ley de Hont. O sea que el resultado hubiese
sido parecido. Les he contestado que, aunque su razonamiento era erróneo, bien
está lo que bien acaba, intentando con ello, hacer una honrosa paz, como la que
debe haber de ahora en adelante entre las fuerzas de centro derecha y derecha.
Pero, no ha servido. Su enardecido ánimo les ha llevado, si no al insulto, sí a
una notable falta de respeto, llevando sus argumentos ad hominem. Que si
parecía metita que yo, siendo tan listo, fuese a la vez tan tonto como para no
ver que VOX era el partido salvador de Andalucía. No me importa. Los amigos son
los amigos más allá de las opiniones políticas.
Como he dicho más arriba, bien está lo que bien acaba y lo
de Andalucía, aunque no ha acabado, va bien. Esperemos que no acabe mal en
nuevas elecciones o en pactos maléficos. Esto último lo veo casi imposible, ya
que si C’s se uniese a Podemos acabaría de firmar su sentencia de muerte. Pero
lo de las nuevas elecciones… hasta que no vea una investidura no me lo creeré.
Por algo me llamo Tomás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario