2 de diciembre de 2018

Hoy ha sido una jornada histórica


Creo que hoy hemos vivido una jornada histórica en España. Tal vez debería esperar hasta mañana para escribir más en frío, pero me pasan dos cosas.

La primera que si no escribo ahora lo que tengo en la cabeza, no voy a poder dormir y la segunda que mañana no voy a tener un segundo para escribier, así que, a estas horas intempestivas, allá voy.

Lo primero quiero dar rienda suelta a ki alegría de que, después de casi 40 años, el PSOE tenga que salir con el rabo entre las piernas del gobierno. Creo que es una magnifica oportunidad de que la brecha económica entre Andalucía y el resto de España deje de agrandarse. Porque la culpa de esta brecha la tiene el nefasto gobierno continuado del PSOE en la región. Es una excelente noticia porque, siendo el separatismo de Cataluña y Vascongadas el factor de mayor riesgo de ruptura de España, la brecha económica es, sin duda, el segundo.

Por otro lado quiero hablar del ascenso de VOX. Nunca he votado a VOX y creo que no lo haré. No comparto la acusación que desde la izquierda se le hace de representar una derecha antidemocrática y ultra. No lo es. Comparto muchos de sus presupuestos. Creo que es el partido más liberal en lo económico que hay actualmente en España. Pero ser liberal sin gobernar está chupado. Lo puede ser cualquiera. Comparto su falta de fe en el llamado Estado de las Autonomías, que es una sangría económica y política para España. Pero, para acabar con este Estado de las Autonomías tendría que hacerse por el camino difícil de la reforma constitucional (2/3 en las dos cámaras, disolución y elecciones, nueva mayoría de 2/3 entre las dos cámaras y referéndum). O sea, imposible. Gastar hoy en día energías en eso es como querer alcanzar la azotea de un edificio de 10 plantas con un salto desde la calle. Tal vez un día –ojalá– las condiciones de España lo permitan. Pero ese día está todavía muy lejos y si hay que acercarse a él, deberá ser con astucia. Astutos como serpientes… Comparto su visión de un control serio de la inmigración, libre de demagogias. Control no es cierre de fronteras, es admitir a los que puedan venir a España a trabajar, no a vagar por las calles manteando. Esto no es xenofobia, es realismo. Comparto con VOX su visión cristiana de la vida. Entonces, ¿por quñe no le voto? Por varios motivos. El primero porque todavái no ha hecho nada real por España que demuestre su valía. El PP, con todo lo malo que haya podido hacer, ha prestado a España el inestimable servicio de sacarle dos veces de la ruina a la que el PSOE la había abocado. Ahora está de moda decir que la economía no es importante. Pero, sí que lo es y mucho. Es el trabajo y el pan de millones de personas. Hasta ahora, VOX sólo ha hecho honor a su nombre. Bla, bla, bla. Y a mi las palabras me impresionan poco. Prefiero los hechos. Pero, además, hay otras razones, que no diré públicamente porque no me da la gana, por las que creo que no les votaré nunca.

Pero no es un partido antidemocrático, como se le pretende presentar, identificándolo con Le Pen o los partidos neonacis o neofascistas de Alemania, Grecia y otros países. Es un partido que no acepta lo políticamente correcto, lo que me parece estupendo, pero en este país equivale a ser tachado de fascista. Sí son profundamente antidemócatas, se pongan la careta que se pongan Pablo Iglesias y Podemos. Se me han puesto los pelos como escarpias al ver el discurso de Pablo Iglesias tras las elecciones. En el más puro estilo leninista, plagado de amenazas y de llamadas a la toma de la calle. Eso sí es ser un partido antidemocrático, por mucho que se crea con derecho a repartir certificados de demócratas. La pobre candidata para Andalucía ha dicho lo mismo, pero solo daría pena si no tuviese detrás a quien tiene.

Me pone de mala leche el discurso de Susana Díaz, la gran fracasada, la puesta a dedo por Griñán, de la pretendida unión de los demócratas –entre los que, por supuesto, pone a Podemos– frente a los antidemócratas, en un patético, pero, ojo, no imposible, intento de atraerse a C’s. Me parece bastante plausible que, si entre C’s y PSOE tuviesen 55 escaños, se revalidaría el pacto de la pasada legislatura. El guiño de Susana estaba clarísimo. Pero… alinearse con Podemos es demasiado, incluso para C’s. No obstante, en su discurso, Rivera ha avanzado el postularse para ser Presidente de Andalucía. A ver si, burla burlando, vamos a acabar teniendo nuevas elecciones en Andalucía en unos meses. Sería de coña, pero no lo descarto y tal vez al PSOE le gustaría, porque soñaría con atraer a la abstención.

No veo más que una salida razonable y, además, magnífica para Andalucía y para España. Una entente entre PP, C’s y VOX. No sé qué tipo de entente. Eso son tmas tácticos que me resbalan. Pero una entente. Entente que, parece lógico, debería estar centrada en el PP. Pero, claro, aquí me encuentro con los que han demonizado al PP, culpándole de todos los males de España, ciegos a los servicios de este partido a España.

El los numerosos, rápidos y eléctricos cambios d Whasapp mientras se daban los resultados me ha pasado lo que le pasa siempre a todo aquel que pretende mantener la cabeza fría. No tenfo entre mis contactos a nadie que llame fascista a VOX –aunque sí a gente que, como yo ni les ha votado ni les votará nunca– pero éstos me llamarían también fascista por defender hasta donde lo he hecho a VOX. Si tengo, en cambio, a bastantes que, por los más diversos motivos, unos que entiendo y otros que no, son entusiastas votantes de VOX. Me han puesto a parir. Me da igual. Su argumento, erróneo, por supuesto, es que este resultado ha sido gracias a VOX. “Si no hubiese sido por los 12 escaños de VOX”, me decían. Como si esos votos no hubiesen existido sin VOX. Hubiesen existido y se hubiesen repartido, casi todos entre PP y C’s y hubiesen ido, además, a favor de la ley de Hont. O sea que el resultado hubiese sido parecido. Les he contestado que, aunque su razonamiento era erróneo, bien está lo que bien acaba, intentando con ello, hacer una honrosa paz, como la que debe haber de ahora en adelante entre las fuerzas de centro derecha y derecha. Pero, no ha servido. Su enardecido ánimo les ha llevado, si no al insulto, sí a una notable falta de respeto, llevando sus argumentos ad hominem. Que si parecía metita que yo, siendo tan listo, fuese a la vez tan tonto como para no ver que VOX era el partido salvador de Andalucía. No me importa. Los amigos son los amigos más allá de las opiniones políticas.

Como he dicho más arriba, bien está lo que bien acaba y lo de Andalucía, aunque no ha acabado, va bien. Esperemos que no acabe mal en nuevas elecciones o en pactos maléficos. Esto último lo veo casi imposible, ya que si C’s se uniese a Podemos acabaría de firmar su sentencia de muerte. Pero lo de las nuevas elecciones… hasta que no vea una investidura no me lo creeré. Por algo me llamo Tomás.

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