Ya sabéis por el nombre de mi
blog que soy como una urraca que recoge todo lo que brilla para llevarlo a su
nido. Desde hace años, tal vez desde más o menos 1998, he ido recopilando toda
idea que me parecía brillante, viniese de donde viniese. Lo he hecho con el
espíritu con que Odiseo lo hacía para no olvidarse de Ítaca y Penélope, o de
Penélope tejiendo y destejiendo su manto para no olvidar a Odiseo. Cuando las
brumas de la flor del loto de lo cotidiano enturbian mi recuerdo de lo que
merece la pena en la vida, de cuál es la forma adecuada de vivirla, doy un
paseo aleatorio por estas ideas, me rescato del olvido y recupero la
consciencia. Son para mí como un elixir contra la anestesia paralizante del
olvido y evitan que Circe me convierta en cerdo. Espero que también tengan este
efecto benéfico para vosotros. Por eso empiezo a publicar una a la semana a
partir del 13 de Enero del 2010.
El infinito ciclo
de idea y acción,
infinita invención,
experimentación infinita,
trae el saber del
movimiento, mas no de la quietud;
conocimiento del discurso,
mas no del silencio;
conocimiento de
palabras, pero ignorancia de la Palabra.
Todo nuestro
conocimiento nos acerca a nuestra ignorancia,
toda nuestra
ignorancia nos acerca a la muerte,
pero la cercanía a
una muerte no cercana a Dios.
¿Dónde está la Vida
que hemos perdido viviendo?
¿Dónde la sabiduría
que hemos perdido en el conocimiento?
¿Dónde el
conocimiento que hemos perdido en la información?
T. S. Elliot
Añado yo:
Pero el
conocimiento de la Palabra
recupera la quietud
y la paz del silencio,
arranca en Dios a
la muerte su agujón,
recupera la Vida en
la vida perdida
revierte información
en conocimiento
y de la ignorancia saca
sabiduría.
¡Feliz 2018!
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