Sí. Me preocupa
China. Y me preocupa mucho. Y ello, por tres motivos. El primero, porque a la
chita callando, con la permisividad o la ignorancia del mundo occidental, está
haciéndose con muchos de los resortes empresariales estratégicos de los países
más importantes de occidente. El segundo la agresiva política militar de China
en el Pacífico. Y el tercer motivo de preocupación es que no descarto que China
pueda petar. Y cuando digo petar, me refiero a que haya una guerra civil con
decenas de millones de muertos. Pero vayamos por partes.
1º
La subrepticia invasión económica de China.
Hace un par de
semanas, cuando hablé de los fondos soberanos dije -y copio textualmente:
“… en la mañana
del sábado 10 de Septiembre he leído en el diario Expansión una noticia que
casi hace que me siente mal el desayuno. En la página 3 de dicho diario se
explicaba como la red del gas en España era controlada por Pekín.
En efecto, se nos
narra cómo a finales del 2011, la gigantesca empresa energética china Three Gorges,
llegó a un acuerdo con el gobierno portugués para comprarle el 21% de la
empresa Electricidad de Portugal, EDP, y convertirse así en el mayor accionista
de la misma. Three Gorges es una empresa controlada al 100% por el Estado chino
que explota la central eléctrica de las Tres Gargantas (de ahí su nombre) pero
que también sirve al Estado Chino para tener un brazo largo que llegue a los
sectores energéticos de otros países. Ocurre que EDP, además de ser la mayor
eléctrica portuguesa, en generación de electricidad, tanto convencional como
renovable, tiene también una importante operación en España: controla la cuarta
empresa eléctrica española; Hidrocantábrico. EDP también controla Naturgas, uno
de los más importantes distribuidores de gas en España. En 2015, el fondo
soberano chino SAFE, compró el grupo Madrileña Red de Gas, también en la
distribución de gas. Ahora, el mayor fondo chino, CIC, está negociando una
operación para comprar una parte importante de la empresa Redixis que empata
con la citada Madrileña Red de Gas en el tercer puesto de la distribución de
gas en España. Es decir, los tentáculos del Estado chino parecen ceñir una
parte importante de la producción eléctrica y de la distribución de gas de
España y Portugal.
Pero esto que salió el 10 de Septiembre en Expansión
es sólo la punta del iceberg. Estas operaciones que he citado suman tan sólo
unos cuantos miles de millones de €. Pero los fondos soberanos chinos, incluido
Hong Kong, suman unos 1,8 Billones de $. Billones; millones de millones”.
A
esto habría que sumar –apuntaba ebtonces– el dinero que mueve el Estado chino a
través de un gran número de empresas como Three Gorges controladas por él y que
no forman parte de los 1,8 billones de $. Y mi paranoia no venía de el hecho de
que empresas privadas de un país extranjero, que al final sólo tienen el
honesto móvil de ganar dinero, invirtiesen en España o en el resto de los países
de Occidente, sino el hecho de que lo hiciese un Estado, comunista, corrupto
hasta límites escandalosos y con una agenda oculta de la que me fío como de una
piraña en mi bañera.
Bueno,
pues así las cosas, y sin llevar a cabo ninguna meticulosa investigación –que
tal vez alguien debería hacer, pero no yo–, me he limitado a leer la prensa con
las antenas sintonizadas a la longitud de onda de China. Y esto es lo que he
visto, en tan sólo tres semanas.
Sólo
mencionaré de pasada la compra a ACS de Urbaser por la empresa china Firion Investments,
la de Albo por el grupo chino Shanghai Kaichuang Marine International o la de
Hacienda y Viñedos Marqués del Atrio por Changyu Pioneer Wine, de las que me he
enterado recientemente por la prensa. Pero estas compras me preocupan
relativamente poco porque creo, aunque no estoy seguro, que las tres empresas
chinas compradoras son realmente privadas (aunque vaya usted a saber qué es
realmente privado en China).
Pero
ya me empieza a preocuparme más –también lo he leído estos días en la prensa–
que la empresa estatal “China Aviation Industry Corporation”, haya adquirido
Aritex, empresa de fabricación de maquinaria de automatización para la las
industrias aeronáuticas y de automoción.
Pero
esta es sólo la punta del iceberg de lo que asoma en España. Y España no es la
excepción. En otros países pasa lo mismo. El más importante proyecto de central
nuclear del Reino unido, Hinkley Point, se hará con la financiación y
explotación por parte de EDF (Electricité de France) y la empresa estatal china
CGN (China General Nuclear Power Corp.), dedicada a la minería del Uranio y a
la construcción y explotación de energía nuclear. Hinkley Point suministrará el
7% de la energía eléctrica del Reino Unido. Toda la opinión pública inglesa
está en contra del proyecto, no porque estén en contra de la energía nuclear,
sino por las condiciones impuestas por el consorcio chino-francés. Efectivamente,
“Londres firmó un contrato que toda la
prensa, sin excepción, considera leonino: tendrá que pagar durante 35 años 92,5
libras por megavatio, el doble del precio actual de la electricidad en el
mercado mayorista británico, una cifra que, además, habrá que actualizar con el
IPC. Esos subsidios podrían costar al erario unos 30.000 millones de libras”[1]. Por
su parte EDF está pasando agobios financieros lo que hace que tenga que recibir
subsidios del Estado francés. Teniendo en cuenta que Bruselas no admite que
empresas con ayudas estatales se beneficien de ello, no es difícil prever quien
será al final el dueño del proyecto, aunque ahora CGN tenga “sólo” el 33% del
proyecto.
Pero
no acaba aquí la cosa. Para participar en el proyecto, CGN ha exigido la concesión
de los proyectos de las centrales de Bradwell y Sizewell, Inglaterra, donde
empleará su propia tecnología. Con esto, la participación del Estado chino en
la generación de energía del Reino Unido se elevaría notablemente. Hasta los
servicios de inteligencia han objetado la inclusión de una empresa china en el
sistema eléctrico-nuclear británico.
La
Primera Ministra TheresaMay duda si echarse atrás, pero no lo tiene fácil
porque tendría que tirar a la basura 4.500 millones de libras en
indemnizaciones. “El Brexit ha puesto a
Londres en una situación vulnerable. Si renuncia a la central, sentaría un
pésimo antecedente para futuras inversiones chinas en el país. Tampoco a May le
interesa hacerse más enemigos en Europa, sobre todo en Francia, pues le esperan
duras negociaciones con Bruselas sobre los términos del Brexit en las que
tratará de mantener el grueso de sus relaciones económicas con Europa. Por lo
demás, dado que la central va a generar 26.000 puestos de trabajo directos, los
sindicatos británicos no han querido ni oír hablar de cancelar el proyecto. En
fin, un panorama poco tranquilizador”. (Alguien comparte mi intranquilidad)
Pero
saltemos ahora a las antípodas, a Australia. Las inversiones chinas en
Australia y las de Australia en China han crecido de forma exponencial. Hasta dónde
llegarán, las cosas que el “9 de
septiembre el palacio municipal de Sidney iba a acoger un concierto en homenaje
a Mao Zedong por el 40 aniversario de su muerte, financiado por una asociación
sino-australiana y grandes empresas con negocios en el gigante asiático, desde
hace muchos años el principal socio comercial y principal inversor en el país.
Al final, las protestas de otras asociaciones de australianos de ascendencia
china y organizaciones de derechos humanos forzaron la cancelación del acto”.
¡¡¡¡¡Ufffff, por los pelos!!!!!. ¿Os imagináis un concierto para conmemorar la
muerte de Hitler o Stalin? Pues Mao no les va a la zaga a estos dos asesinos.
China ya ha empatado a EEUU como socio comercial más importante de Australia.
Las exportaciones a China de este país han crecido meteóricamente, así como las
inversiones chinas en infraestructuras de todo tipo. Australia ha firmado
recientemente un tratado de libre comercio con China y se ha integrado en el
Asian Infrastructure Investment Bank (AIIB), cuyo principal promotor es China.
El puerto de Darwin, una de las principales ciudades de Australia, el más
cercano a Asia, en el norte del país y usado por la marina americana para rotar
personal militar, ha sido arrendado a la empresa china Landbidge por 99 años.
Cierto que Landbridge es una compañía privada pero, ¿quién sabe cuán privada es
una compañía privada china? ¿Es un detalle inútil decir que Darwin fue la
primera ciudad australiana en ser invadida por los japoneses en la II Guerra
mundial? Las alarmas empiezan a sonar en Australia. El gobierno ha vetado el
intento de compra por parte de conglomerados chinos de la empresa con mayor
cantidad de terreno del país y de la compañía eléctrica Ausgrid, una de las
mayores de Australia.
Me
parece que sería una muy interesante, para aclarar al máximo lo anterior,
llevar a cabo una investigación como la siguiente: Construir una matriz de
sectores estratégicos por un lado y países desarrollados por otro y para cada
binomio sector-país, investigar a fondo la penetración del Estado chino por un
lado, tanto con fondos soberanos como con empresas estatales, y de las empresas
privadas chinas por el otro. Ahí está el guante por si alguien lo quiere
recoger.
Pero
por si eso fuera poco, resulta que a China le ha tocado la lotería en la
distribución mundial de tierras raras. ¿Tierras raras? Sí, se llama así a un
conjunto de 17 elementos cuyos nombres son tan raros como la escasez que les ha
dado el nombre[2].
Pero son absolutamente necesarios –al menos de momento– para la fabricación de
una gran cantidad de productos de alta tecnología que van desde los coches
eléctricos, la fibra óptica o los equipos electrónicos de cualquier tipo –mi
smatphone, por ejemplo –hasta los sistemas de misiles o equipos de visión
nocturna. Pues bien, en 2014 China producía el 85% de todas las tierras raras
que había en el mundo[3] y,
naturalmente, las ha usado como arma económica y política. En 2010, cuando
tenía el 95% de la producción, decidió empezar a restringir su exportación, lo
que hizo que su precio se multiplica se por 10 en un año. Es imposible saber
cuál es el precio real de mercado de unos productos con una demanda muy
inelástica y de los que el Estado de un país controla la inmensa mayoría de la
producción mundial, pero, a buen seguro, los precios que han alcanzado no son
de mercado. Si una empresa privada occidental crea escasez para aumentar el
precio de los bienes se considera delito… pero si es China… A esos precios,
desde 2011 se han buscado y encontrado nuevos yacimientos y, lo que es más
importante, muchas empresas privadas han puesto en marcha proyectos de
investigación para encontrar materiales sintéticos alternativos a las tierras
raras. Esto ha hecho que los precios bajen, pero, si con las restricciones de
China el precio se multiplicó por 10, ahora han bajado also así como un 10%. Es
decir, siguen disparados. China también ha usado su cuasi monopolio de tierras
raras para fines políticos. Por ejemplo, le cortó el suministro a Japón para
presionarle en un tema de soberanía de unas islas en el mar Oriental de China,
donde, como en el del Sur, del que hablaré dentro de un rato, China también
mantiene un pulso político-estratégico, en este caso con Japón. En fin, veremos
en qué para todo esto, pero no ayuda a la tranquilidad.
2ª La agresiva
política militar de China en el Pacífico
No
ayuda mucho a tranquilizarse el hecho de que China está mostrando también una
creciente agresividad en el dominio del Pacífico, echando un pulso a los EEUU.
El pulso se inicia en el Mar del Sur de China (MSCH). Por este mar pasa un
tercio del comercio marítimo mundial, con mercancías, por valor en 5 billones
de $. Los países ribereños de ese mar, y otros cercanos, llevan a cabo una
intensa actividad pesquera en el mismo, y en su fondo hay yacimientos
importantes de petróleo y gas. El MSCH baña las costas del sur de China (de ahí
su nombre), las de Filipinas, Vietnam, Brunei, Malasia y Taiwán, que reclaman
derechos históricos sobre partes de ese mar. Pero, unilateralmente y mediante
la política de los hechos consumados, China ha anunciado su soberanía sobre
todo el MSCH, no sólo con gestos, sino con hechos. Ha construido islas
artificiales en las que ha situado pistas de aterrizaje, misiles y sistemas de
detección de vuelos. Para ello, ha arrebatado los islotes de Scarborough Shoal
a Filipinas. Ha construido una plataforma de prospección petrolífera en aguas
que Vietnam reclama como suyas. En 2013, Filipinas planteó la cuestión de la
soberanía del mar de China a la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya. China
anunció que no reconocería un fallo de La Haya en su contra. Y así ha sido. El
pasado mes de Julio, en un fallo histórico, esa Corte negó a China derechos
histórico sobre la totalidad del MSCH y China, tal y como había anunciado, no
ha hecho caso de la sentencia. Esta tensión ha fortalecido las relaciones de
China con Corea del Norte haciendo que aquélla mire para otro lado cuando ésta
lleva a cabo sus pruebas nucleares. ¿En qué puede acabar este conflicto? No es
fácil de saber, pero lo que está claro es que ni los países en disputa, ni
Japón, ni Corea del Sur ni los EEUU van a aceptar el plante de China que, a su
vez apoyará cada vez más los planes de Corea del Norte. Y que, como hemos
visto, tiene un pie puesto en muchos de las empresas estratégicas de esos y
otros países desarrollados.
3º ¿Puede petar China?
China
es el país que más ha crecido económicamente en los últimos 25 años. Su PIB en
dinero constante, sin inflación, y a igualdad de poder adquisitivo, ha crecido
a casi el 10% anual, multiplicándose casi por 10. Su PIB per cápita ha crecido
de una forma más moderada, debido al crecimiento de su población, pero aún así
ha sido un crecimiento espectacular. Esto, unido al férreo control sobre lo que
el chino de la China profunda conoce sobre occidente, ha podido hacer que su
inmensa y pobre población vea mejorar su nivel de vida y no se plantee
reivindicaciones políticas contra el régimen comunista. Pero, en los últimos
años parece que ese crecimiento se está moderando, situándose en cifras
cercanas al 7%. Además, el aislamiento informativo es cada día más complicado,
tanto más cuanto mayor sea el poder adquisitivo de los chinos. ¿Cuánto
crecimiento debe tener la economía china y cuán en la ignorancia deben estar
los chinos para mantener la paz política y social? Esta es una pregunta sin
respuesta. Pero las condiciones están cambiando en la dirección de la
inestabilidad. Además, no faltan voces lúcidas, como las de James Robinson y
Daren Acemoglu que en su libro “Por qué fracasan los países”, del que os he
hablado en otras ocasiones en estos envíos, explican por qué creen que los
crecimientos económicos impulsados por minorías extractivas en vez de por la
libertad de emprendimiento humano, no tienen muchas posibilidades de perdurar,
como pasó con el hundimiento de la Unión Soviética y todo el bloque comunista. En
1970, muchísima gente pensaba que el “milagro” comunista creaba más riqueza que
la “decadente” economía de mercado. El resultado es patente. La economía
occidental, a pesar de la crisis, sigue creciendo y la Unión Soviética se ha
hundido estrepitosamente Para entender el razonamiento de Robinson y Acemoglu,
o para discutirlo, recomiendo la lectura del capítulo 5 de ese libro que se
titula irónicamente “He visto el futuro y
funciona” en referencia a un periodista americano epatado por un viaje a la
Unión Soviética en los años 60 del siglo XX. El capítulo lleva como largo
subtítulo en el índice: “Qué tenían en
común Stalin, el rey Shyaam, la revolución neolítica y las ciudades-Estado maya
y cómo explica esto que el éxito económico actual de China no puede durar”.
Se dice que el pueblo chino es un pueblo muy fatalista, proclive a aceptar su
suerte con resignación. Pero no creo que eso sea verdad. Si se analizan las
diez guerras más sangrientas en la historia de la humanidad, cinco de ellas son
guerras civiles chinas.
En
este estremecedor concurso, la primera guerra es la II Guerra Mundial con unos
50 millones de muertos, pero la segunda es la Guerra de los Tres Reinos con más
de 30 millones de muertos, pero, atentos, fue en el año 220, es decir, cuando
la capacidad de matar era inmensamente menor que ahora. En el 750, la rebelión
An Lushan causó unos 15 millones de muertos. Se trata de la octava guerra más
sangrienta de la humanidad. A mediados del siglo XVII la guerra entre la
Dinastía Quing y la dinastía Ming causó, a lo largo de unos 60 años más de 25
millones de muertos. Es la cuarta en el ranking. En los catorce años que
siguieron a 1850, la Rebelión Tai Ping produjo 20 MM de muertos. Es la quinta
de la lista. Entre 1927 y1949, con un paréntesis entre 1931 y 1946, desde la
invasión japonesa de Manchuria hasta el final de la II Guerra Mundial, cuyos
muertos no son achacables a contiendas civiles, China vivió inmersa en una
guerra civil en la que se estima que murieron unos 8 millones de personas. Es
la novena del tétrico ranking. En total, casi 100 millones de seres humanos han
perdido la vida en estas cinco guerras civiles. Decir que el pueblo chino es
proclive a aceptar su suerte con resignación me parece cerrar los ojos a la
realidad. ¿Puede producirse en pleno siglo XXI una catástrofe similar? Decir
que no a esta posibilidad no me parece realista. Desde luego, no estoy diciendo
que vaya a ocurrir, pero me preocupa la posibilidad. Y si tenemos en cuenta los
otros dos motivos de mi preocupación, ¿no debería preocuparme? ¿Soy acaso un
poco alarmista como me dicen algunas personas? No lo creo.
Ante este panorama
me pregunto. ¿y qué puedo hacer yo? Creo que hay dos cosas que puedo hacer. La
primera creo que inútil. Escribir esto y darle la mayor difusión que pueda
para, por lo menos, crear consciencia de lo que está pasando. Si me ayudáis en
mi empeño, os lo agradezco. La segunda es, para mí, sumamente eficaz: Rezar.
Puede que muchos disintáis de mí, pero yo creo realmente en el poder de la
oración y, por lo tanto, rezo para que esto no ocurra. Lo hago con toda mi alma
y si también en esto me ayudáis pues os lo agradeceré cien veces más. Esto me da
la paz de espíritu de saber que hago todo lo que está en mi mano para que nada
de lo que digo más arriba ocurra.
Amén.
P.D. Una persona que ha leído esta entrada por otro lado me contesta con una interesantísima puntualización que añado:
Querido Tomás:
He leído con mucho gusto y provecho
tu texto sobre China. Yo no soy un especialista en la región, aunque trato de
estar al día sobre los temas más relevantes. Todo lo que has escrito corrobora
mis lecturas. Sólo quisiera aportarte una línea de investigación que no has
mencionado: la inteligencia digital. China lleva invirtiendo en este tema mucho
tiempo y dinero. Sus universidades forman conscientemente analistas preparados
para penetrar en empresas y administraciones y robar cuanta información sea
precisa. Los hay que trabajan en la propia Administración china y, otros
muchos, se sitúan en empresas supuestamente privadas que tienen como único
objetivo robar patentes o investigaciones en marcha. Lo que más nos cuesta a
los occidentales, la investigación, ellos lo toman casi gratuitamente. Mientras
los rusos concentran este tipo de actividades en operaciones con finalidad
política y militar, los chinos, siempre más sofisticados, dan prioridad a la
esfera industrial. Tienes razón cuando insistes en que hay una visión
estratégica, que parte del Gobierno y se desarrolla a través de las empresas.
Estas pueden ser 100% privadas…, pero la auctoritas del Partido se ejerce con
naturalidad.
[1] Este y otros textos
entrecomillados de este escrito están citados textualmente del Informe Semanal
de Política Exterior del 26 de Septiembre de 2016. Este Informe publica 48
números al año que pueden adquirirse, mediante suscripción, al precio de 160 €
anuales –en Europa 190 € y en el resto del mundo 220 €. Recomiendo
encarecidamente su lectura, (8 páginas con 7 temas interesantísimos) para todo
aquél que esté interesado en entender lo que pasa en el mundo. Para más información, escribir o llamar a
INFORME SEMANAL DE POLÍTICA EXTERIOR. Núñez de Balboa, 49. 28001 Madrid. ☎ 91 431 27 11. Fax 91 435 40 27.
Correo electrónico: suscripciones@politicaexterior.com
[2] Tierras raras es el nombre común de 17elementos
químicos: escandio (21), itrio (39), y los 15 elementos del grupo de los
lantánidos: lantanio (57), cerio (58), praseodimio (59), neodimio (60),
prometio (61), samario (62), europio (63), gadolinio (64), terbio (65),
disprosio (66), holmio (67), erbio (68), tulio (69), iterbio (70), y lutecio
(71). Los números entre paréntesis son el número atómico de cada elelento, es
decir, el número de protones que tienen en el núcleo.
[3] La producción
mundial se reparte de la siguiente manera: China 95.000 Tm/año, 85,2%; EEUU 7.000 Tm/año , 6,2% India 3.000 Tm/año, 2,7%; Rusia 2.500 Tm/año, 2,2%; Australia 2.500 Tm/año, 2,2%; Tailandia 1.100 Tm/año, 0,1%: Vietnam 200 Tm/año, n.s.; Malasia 200 Tm/año, n.s. TOTAL
111.500 Tm/año
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