Tomás Alfaro Drake
Ya sabéis por el nombre de mi blog que soy como una urraca que recoge todo lo que brilla para llevarlo a su nido. Desde hace años, tal vez desde más o menos 1998, he ido recopilando toda idea que me parecía brillante, viniese de donde viniese. Lo he hecho con el espíritu con que Odiseo lo hacía para no olvidarse de Ítaca y Penélope, o de Penélope tejiendo y destejiendo su manto para no olvidar a Odiseo. Cuando las brumas de la flor del loto de lo cotidiano enturbian mi recuerdo de lo que merece la pena en la vida, de cuál es la forma adecuada de vivirla, doy un paseo aleatorio por estas ideas, me rescato del olvido y recupero la consciencia. Son para mí como un elixir contra la anestesia paralizante del olvido y evitan que Circe me convierta en cerdo. Espero que también tengan este efecto benéfico para vosotros. Por eso empiezo a publicar una a la semana a partir del 13 de Enero del 2010.
La juventud ocupa en la sociedad el papel del amor en la vida de un hombre. […] Hay vidas sin amor que, desde fuera, parecen absolutamente normales, llenas de acontecimientos. Una sociedad sin juventud no presenta ningún síntoma visible de decrepitud.
Georges Bernanos, Niños humillados.
Comentario mío: La protesta de Bernanos se refiere a la juventud masacrada en la guerra del 14. Sin embargo, hoy en día, sin guerras que masacren a la juventud, me parece que estamos ante una sociedad sin juventud, porque a muchos jóvenes se les ha robado la capacidad de amar y de tener ilusión. Si esta obra satánica se culmina, ¿qué será de nosotros? Sólo hay una receta para evitarlo. El Evangelio. Cito otra frase de Bernanos: “¿Sois capaces de rejuvenecer el mundo, sí o no? El Evangelio es siempre joven, sois vosotros los viejos”. ¿Somos capaces? Con nuestras fuerzas, seguro que no. Pero la fuerza de Dios es inmensamente poderosa.
11 de agosto de 2010
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Visitame que tengo algunasfrasesqueseguro que tegustan, lo malo es que las tengo repartidas según publico alguna foto.
ResponderEliminarSaludos.
Hola Pedro, soy Tomás, muchas gracias, así lo haré.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tomás