Ya sabéis por el nombre de mi
blog que soy como una urraca que recoge todo lo que brilla para llevarlo a su
nido. Desde hace años, tal vez desde más o menos 1998, he ido recopilando toda
idea que me parecía brillante, viniese de donde viniese. Lo he hecho con el
espíritu con que Odiseo lo hacía para no olvidarse de Ítaca y Penélope, o de
Penélope tejiendo y destejiendo su manto para no olvidar a Odiseo. Cuando las
brumas de la flor del loto de lo cotidiano enturbian mi recuerdo de lo que
merece la pena en la vida, de cuál es la forma adecuada de vivirla, doy un
paseo aleatorio por estas ideas, me rescato del olvido y recupero la
consciencia. Son para mí como un elixir contra la anestesia paralizante del
olvido y evitan que Circe me convierta en cerdo. Espero que también tengan este
efecto benéfico para vosotros. Por eso empiezo a publicar una a la semana a
partir del 13 de Enero del 2010.
Durante casi
toda mi vida, desde que era un niño, he creído que lo único que daba sentido a
la vida era intentar hacer el mundo un poco mejor. Me he equivocado a veces en
la manera de hacerlo. En mi juventud, uno de estos errores me llevó al
comunismo. Durante una larga fase intermedia de mi vida este ideal estuvo
dormido, para despertar hace algunos años. Hoy, a los cincuenta y cuatro, desde
hace apenas un año, me he dado cuenta que toda mi vida he estado equivocado al
respecto. Hacer el mundo mejor es un esfuerzo estéril. El verdadero sentido de
la vida es llegar al encuentro personal con Cristo vivo y enamorarse
rendidamente de Él. Sólo entonces, sólo por amor a Jesucristo vivo, sólo con su
ayuda, podemos colaborar con Él para que transforme el mundo, empezando por
nuestros corazones.
No sé de quién
es.
Tuyo?
ResponderEliminarMe has recordado el magnífico libro de Viktor Frankl, "El hombre en busca de sentido"
Abrazo
Juan