28 de mayo de 2018

Corrupción y moción de censura


Sé que hoy, a los pocos días de la sentencia del caso Gürtel, hablar de corrupción y de mociones de censura es como meterse en aguas turbulentas. No obstante, como nunca me ha dado miedo el agua, voy a intentar construir un puente sobre esas aguas turbulentas: “a bridge over troubled water”, como dice la canción de Simon y Garfunkel. Si se derrumba y me caigo al agua, intentaré no ahogarme en sus remolinos.

Verdaderamente, la situación política española le lleva a uno a taparse con fuerza la nariz para intentar, vanamente, que el olor a mierda no le produzca náuseas. Dicho esto, me atrevo a decir –y aquí es donde empiezo a construir mi puente sobre aguas turbulentas– que, hoy, a mediados de 2018, España es un país casi libre de corrupción. El olor nauseabundo viene de épocas pasadas. En la cloaca por la que circulaban las aguas negras se ha puesto un filtro muy estrecho –al final veremos cómo y juzgaremos sus efectos sobre la vida política española– que ha creado un enorme atasco de mierda, que es la que produce el hedor. Esta limpieza no proviene, por desgracia, de un aumento en el nivel ético de los actores de la vida pública. Desgraciadamente, procede del miedo. Los políticos corruptos se han dado cuenta de la existencia de ese filtro y el miedo a ser atrapados en él les ha hecho moderar –incluso casi suspender– sus conductas corruptas. Triste, la causa, eficaz el resultado, aunque con importantes costes, como diré al final. Pero, como decían en una película magnífica llamada Magnolia, “tal vez tú hayas acabado con el pasado, pero el pasado no ha acabado contigo”. En estas cosas no vale empezar tarde a ser “bueno”. Los actos pasados tienen que pasar por el tamiz de la justicia. Y no se puede hablar de prescripción porque, aunque pase mucho tiempo desde la comisión del delito, los procesos de enjuiciamiento de la corrupción que ahora vemos empezaron antes de su prescripción. Así pues, ¡que cada uno aguante su chaparrón!

Ciertamente, los partidos que no tienen pasado no han tenido oportunidades de actuar de forma corrupta y, por lo tanto, están limpios. Tal es el caso de C’s, aunque no el de Podemos. El argumento de: “si hubiesen tenido oportunidad, hubiesen sido igual de corruptos”, no pasa de ser un futurible y los futuribles no tienen ninguna validez. Es posible que hubiese podido ser así, porque la corrupción forma parte de la naturaleza humana –los cristianos le llamamos pecado original– y sólo los que luchan en su fuero interno denodadamente contra ella, por motivos realmente éticos, pueden vencerla. Y me temo que el porcentaje de personas que mantienen o no mantienen esa lucha ética interna contra la corrupción es muy similar para todos los partidos. Pero el hecho, sea como sea, es que C’s está prácticamente libre de corrupción. Lo que deberían haber hecho, y no han hecho, ninguno de los partidos antiguos de los que han tocado el poder y han abusado de él, es haber entrado con el hacha para limpiar todo lo que pudieran el pasado. Ni el PP ni el PSOE lo han hecho. Ciertamente, ambos han ido a remolque de los acontecimientos judiciales para apartar, de cargos o de militancia, a los imputados. Pero como dice el dicho popular, “¡a buenas horas mangas verdes!”. Y, así, claro, les siguen saliendo, a los dos, cosas de ese pasado que no perdona si no se hace una drástica catarsis. El Gürtel valenciano del PSOE o Zaplana del PP son ejemplos recientes. Y, me temo, ¡lo que te rondaré morena! Porque sospecho que todavía vienen por la cloaca aguas negras no catarsizadas que serán retenidas en el filtro estrecho, manteniendo el hedor.

Volviendo a la limpieza de los partidos recién llegados. No es este el caso de Podemos. En su poco tiempo de capacidad de gobernar o de tener cargos de cierta influencia, Podemos ha demostrado que no hace ascos a obtener ventajas de sus posibilidades políticas. Ahí está el caso de Errejón, cobrando de la Universidad de Málaga sin pisarla ni hacer ni una sola de las cosas que tenía que hacer para cobrar ese dinero. O el de José Ramón Espinar, niño de papá político del PSOE y consejero de Bankia inmerso en las black, que usa las influencias de papá para obtener una vivienda de protección oficial en Alcobendas, sin ser vecino de Alcobendas, a precio subvencionado, para venderla muy poco tiempo después ganando 30.000€ sobre un valor de la vivienda de 146.000€. Nada que objetar a la operación en sí, si no fuera porque el precio de compra estaba subvencionado y obtuvo la vivienda por enchufe. Como tampoco tengo nada que decir del hecho de que la parejita de Podemos se compre un chalé del precio que le de la gana. A menos que sea verdad –y tiene visos de serlo– que la Caja de Ingenieros le dio el préstamo en unas condiciones mucho mejores que las de mercado y que el dinero de Podemos estaba depositado en esa Caja y que esto segundo pueda ser la causa de lo primero. No pasa nada. La izquierda es ética por antonomasia, con independencia de los hechos. Y esa limpieza ética intrínseca, le da el cinismo de, tras todas estas cosas, repartir certificados de limpieza corruptiva y convertirse en los torquemadas de la política, azote de corruptos. ¡Por favor!

Pero, basta ya de disquisiciones y vayamos a la situación política de actualidad. El PSOE, indignado por la corrupción –innegable– del PP se lanza a la regeneración de la política española, obligado por su pureza, lanzando una moción de censura. Luego hablaré de las posibilidades y pertinencia de esta moción. De momento, voy a hacer algunas comparaciones. Por supuesto, el hecho de que un partido sea más corrupto que otro, no hace bueno, ni mucho menos, al menos corrupto. Pero es que en este caso, se produce un empate técnico en corrupción entre los dos partidos PP y PSOE. Últimamente he recibido reiteradamente por WhatsApp un gráfico que pretende ser comparativo de la corrupción de los distintos partidos. En él, el PSOE sale mucho peor parado que el PP. No lo he reenviado ni una sola vez, porque no me ofrecía ninguna credibilidad y porque, como acabo de decir, esta no es una carrera en la que el que tenga menos corrupción gane. No obstante, sí que tenía interés en saber, de forma lo más fidedigna posible, la comparativa entre estos dos partidos. Y, buscando en san Google, he encontrado algo que al menos merece el beneficio de la duda de ser veraz. Es una página web que se llama


Parece estrictamente independiente, tiene un bajísimo presupuesto que, según dicen, cubren íntegramente con donaciones particulares. El nombre no responde a que piense que los casos de corrupción son casos aislados, sino que afirma que hay una trama detrás de ellos. El nombre debe ser, por tanto, irónico. Actualizada de forma continua, presenta toda la lista de casos de corrupción, diciendo a qué partido son achacables –algunos de ellos no son de partidos, sino puramente empresariales– y estipulando la cantidad involucrada. Son muchísimos. Van desde los de varios miles de millones de Euros hasta uno que lleva el nombre de Carmelitas de 40.000€. Algunos hay que quitarlos de la lista porque no son casos de corrupción o no son achacables a ningún partido y en la lista sí lo están. Tal es el caso del rescate a las cajas de ahorros, o de la corrupción de sus directivos, o de las amnistías fiscales. Pero en conjunto, mi impresión es que es una web bastante fiable. Quitados estos casos, me he tomado la molestia de ver, para el PP y el PSOE, a cuanto ascienden las corrupciones de cada uno de ellos para todos sus casos, grandes y pequeños. El PP obtiene 10.772 millones de € y el PSOE 10.592. Así que, empate técnico de la vergüenza. Entre los dos suman 21.364. En algún momento, se establece una comparación entre esta cifra y la de determinadas partidas de los Presupuestos del Estado. Por supuesto, cada uno es libre de comparar cualquier pareja de cifras, pero creo que es relevante decir que la comparación es poco significativa. Lo sería si esas cifras afectasen a los ingresos o gastos del estado, pero no todas –ni creo que la mayoría– lo hacen. En general son cifras de financiación fraudulenta a través de empresas que buscan un trato de favor. Por supuesto que también hay casos que sí afectan a los ingresos o gastos del estado, pero no me atrevo a hacer semejante desglose.

Por supuesto, respeto absolutamente la moción de censura como figura, establecida en la Constitución para desplazar a un gobierno e investir a un nuevo candidato en un mismo acto si éste gana. Pero ahora la pregunta: ¿Hay o puede haber cinismo e hipocresía mayores que el hecho de que el PSOE tenga la desvergüenza de plantear una moción de censura por la vergüenza patriótica que le da la corrupción del PP? ¡Por favor! Miren la viga de su ojo antes de ver la –también– viga del ajeno.

Hay un aspecto de la sentencia de Gürtel en la que se apoya el PSOE para erigirse en azote de la corrupción. Es el hecho de que en esta sentencia el PP –como partido, no los acusados penales a título personal– haya sido condenado como “responsable civil a título lucrativo”. “El PP es –clama el PSOE– una trama de delincuencia organizada, como reconoce la sentencia”. He hecho algunas averiguaciones sobre lo que supone esto de “responsable civil a título lucrativo”. No soy jurista, pero me he asesorado con juristas. A pesar de todo, es muy posible que algunos sutiles matices se me hayan escapado. Pero acepto cualquier aclaración al respecto. Lo primero es hacer una distinción, tal vez innecesaria por obvia, entre una condena penal y una civil. La penal implica la comisión de un delito. La civil implica tener una responsabilidad y, por tanto, una obligación, frente a otra persona o institución o frente a la sociedad en general. Pero sin delito. Bien, esta figura del “responsable civil a título lucrativo” que aparece en los artículos 121 y 122 del Código Panal es de las segundas. He aquí lo que dice el Código Panal:

Artículo 121.

El Estado, la Comunidad Autónoma, la provincia, la isla, el municipio y demás entes públicos, según los casos, responden subsidiariamente de los daños causados por los penalmente responsables de los delitos dolosos o culposos, cuando éstos sean autoridad, agentes y contratados de la misma o funcionarios públicos en el ejercicio de sus cargos o funciones siempre que la lesión sea consecuencia directa del funcionamiento de los servicios públicos que les estuvieren confiados, sin perjuicio de la responsabilidad patrimonial derivada del funcionamiento normal o anormal de dichos servicios exigible conforme a las normas de procedimiento administrativo, y sin que, en ningún caso, pueda darse una duplicidad indemnizatoria.

Si se exigiera en el proceso penal la responsabilidad civil de la autoridad, agentes y contratados de la misma o funcionarios públicos, la pretensión deberá dirigirse simultáneamente contra la Administración o ente público presuntamente responsable civil subsidiario.

Artículo 122.

El que por título lucrativo hubiere participado de los efectos de un delito o falta, está obligado a la restitución de la cosa o al resarcimiento del daño hasta la cuantía de su participación.

La verdad es que esto no me aclara mucho. Así que he recurrido a quien pueda aclararmelo. Además de aclaraciones personales que me han dado juristas que considero altamente solventes, he recurrido a internet para buscar opiniones autorizadas. He visto unas cinco. Todas vienen a coincidir. Pongo un link a la que me ha parecido más clara:


Por si alguno no quiere ir a leer este texto, expongo lo que yo he podido concluir de las informaciones que he recabado.

1º Ser “responsable civil a título lucrativo” no significa haber cometido ningún delito. Tiene que haber un delito precedente, pero el “responsable civil a título lucrativo” no lo ha cometido.
2º El “responsable civil a título lucrativo”, para poder ser tal tiene que “ignorar la procedencia ilegal de los mismos, pues si conociese o participase de ese origen criminal podría dar lugar a responsabilidades penales y, por tanto, a la aplicación del artículo 116 del Código Penal en cuanto a la responsabilidad civil”[1], Es decir si el “responsable civil a título lucrativo”, conociese que los fondos de los que se lucra proviniesen de un delito, entonces no se podría acoger a esa figura y sería cómplice o encubridor. Ignorar el origen delictivo de los fondos no implica que no se conozca que esos fondos se han recibido. Por tanto, el hecho de que el PP supiese del ingreso de esas cantidades no implica que se le pueda imputar un delito, sino la condición de “responsable civil a título lucrativo”[2].

Esto es lo que da de sí la condena como “responsable civil a título lucrativo”. ¿Grave? Sin duda. ¿Banda de delincuentes organizada? No para el PP como partido según esta sentencia.

Otra cosa que llena la boca del PSOE es el hecho de que el tribunal haya dicho que no concede credibilidad a la declaración de Rajoy. No sé si esta expresión es muy afortunada. Si el tribunal cree que ha mentido, le puede acusar de perjurio. El peso que el tribunal de en su sentencia a cualquier testimonio es un asunto interno suyo y tiene todo el derecho a dar más o menos peso a un testimonio u otro. Es una opinión respetable pero no forma parte de la sentencia, por lo que no es más que una opinión. Por supuesto, creo que supiese lo que supiese Rajoy sobre este asunto, su declaración habría sido la misma: alegar desconocimiento. Cosa que, por otro lado, también están haciendo todos los procesados de los ERE’s, del PSOE. Así que, ¡basta ya de presentarse como los defensores del honor patrio! ¡Basta de cinismo e hipocresía! El único que, con las salvaguardas apuntadas más arriba, podría hacerlo, sería C’s.

Y, ahora, a la viabilidad de esta moción.

La composición actual del Congreso es la siguiente:

Partido Popular…………..  134 diputados
PSOE…………………….    84 diputados
Podemos y otros socios….    67 diputados
Ciudadanos…………….…   32 diputados
ERC………………………     9 diputados
PNV………………………     5 diputados
Grupo Mixto
PDeCAT………………….     8 diputados
Compromís……………….     4 diputados
UPN………………………     2 diputados
EH Bildu………………….     2 diputados
Coalición Canaria…………    1 diputado
Foro Asturias……………...    1 diputado
Nueva Canarias……………    1 diputado
TOTAL…………………..  350 diputados

Los votos con los que el PSOE podría contar en principio son los de Podemos y sus socios, ERC, PDeCAT, PNV, Compromís, EH Bildu y Nueva Canarias, es decir 180 diputados. Para obtener los 176 votos favorables necesarios sólo le podrían fallar 4. Dicho de otra manera, no necesitara los votos de EH Bildu, pero sí, inexcusablemente los de ERC, PNV y PDeCAT. Si efectivamente, como dice el PSOE, no hay ningún acercamiento a estos partidos para que apoyen la moción de censura, pero ellos la apoyan gratis et amore, nada tendría que objetar. Pero realmente, se me antoja difícil creer que eso pueda ocurrir. De forma que no creo que la moción tenga muchas posibilidades de salir adelante. Pero, si saliese, pensemos en el día después. Por el hecho de ganarla, Pedro Sánchez quedaría automáticamente investido presidente. Pero, a partir de ese día, ¿cómo se gobierna con 84 diputados? Me sorprendió enormemente que Carmen Calvo, el La Noche de 24h, donde fue a justificar la moción de censura, dijese que los presupuestos, a los que su partido había votado NO como si se tratase de una plaga, podían tener flexibilidad suficiente como para dar juego. ¿Flexibilidad o manipulación? Podemos le ha dado al PSOE su apoyo incondicional e imaginemos que también se lo diesen, igual de incondicional, los otros partidos que necesite. ¿Seguirían siendo incondicionales sus apoyos para sacar leyes concretas? Pablo Iglesias y sus compañeros no tendrían ninguna cartera en el gobierno –han dicho– pero, ¿qué podría hacerse sin su placet? ¿Sería gratis este placet? Evidentemente que no. Y lo mismo vale para los partidos independentistas. No se me ocurre pensar en nada peor para España que un gobierno así. Porque en la cabeza de Pedro Sánchez y en las palabras del PSOE no hay nada que haga pensar que no vaya a querer gobernar así hasta el final de la legislatura. Revocar la reforma laboral, “flexibilizar” los presupuestos, volver a disparar el gasto, etc. En definitiva, volver a crear las condiciones para que España entre a formar parte otra vez de los PIGS de los que tanto nos costó salir.

Cabe la otra posibilidad, aún no planteada, por lo menos hasta hoy. Una moción como la que le gustaría a C’s con un presidente de trapo cuya única función fuese convocar inmediatamente elecciones. ¿Alguien cree que una situación de interinidad de trapo no haría feliz a los independentistas? Y, ¿alguien sabe cuánto podría durar esa interinidad amorfa? ¿Cuántas elecciones habría que hacer hasta formar un nuevo gobierno de España? Y, mientras tanto, los independentistas entusiasmados. No gracias. Prefiero no abrir ese melón.

Si ni Rajoy ni ninguno de los actuales ministros está implicado en ninguna causa penal, si el PP no es un partido delincuente sino “responsable civil a título lucrativo”, si las consecuencias de ambos tipos de moción de censura serían cuanto menos inciertas y cuanto más catastróficas, ¿qué hace tan urgente convocar nuevas elecciones? Me temo que lo único que hay es el ansia de gobernar por gobernar de Pedro Sánchez, a como dé lugar, y la impaciencia de ver materializados YA unos resultados que se les antojan positivos, por parte de C’s.

Así pues, hago votos para que la moción de censura presentada no prospere, para que no se presente una segunda, para que esta legislatura se lleve hasta el final y, cuando llegue el momento de las nuevas elecciones, que el electorado ponga a cada uno en su sitio que sólo quedan dos años.

Ciertamente, creo que España tiene mucho que agradecer a los medios de comunicación. Me parece que sin ellos, la mayor parte de las corrupciones gravísimas que ha habido, dormirían para siempre el sueño de los justos, los dirigentes no tendrían el miedo en el cuerpo que les impide seguir con lo mismo y la actitud de “manos fuera” que hoy practican por miedo muchos políticos, no existiría. Pero eso no ha ocurrido sin coste. El arma arrojadiza de los casos de corrupción con su inevitable amplificación, el cada día mayor desencanto de los ciudadanos y, a menudo, los juicios mediáticos hacen un enorme daño a personas e instituciones y, en definitiva, a la democracia. Y con cierta frecuencia, las sentencias que salen años más tarde, exculpan a personas a las que ya se ha crucificado. Además, si nosotros mismos nos consideramos los más corruptos del mundo, ¿cómo nos verán desde fuera? Este es el coste. Con todo, creo que el balance es positivo. Pero hay un peligro: que el poder judicial, siendo independiente del ejecutivo, deje de serlo del cuarto poder. Esto sería un daño terrible para la democracia y, en cierta medida, ya está ocurriendo.

Acabo con un link a un magnífico artículo de Arcadi Espada de este Domingo en El Mundo. No es sospechoso Espada de ser tolerante con la corrupción. Y sí me parece interesado en que la justicia esté lo más alejada posible del tremendismo periodístico. De ahí que aplauda su periodismo. Nos harían falta muchos más periodistas así.



[1] Derivado de lo anterior se pueden extraer, entre otras, algunas conclusiones: a) que es inexcusable la existencia de un delito antecedente, sobre todo, para que puedan existir los “efectos de un delito”. No basta cualquier delito sino tiene que ser uno que sea apto de producir lucro; b) que el artículo 122 está reservado para quién participe lucrativamente de los efectos ignorando la procedencia ilegal de los mismos, pues si conociese o participase de ese origen criminal podría dar lugar a responsabilidades penales y, por tanto, a la aplicación del artículo 116 del Código Penal en cuanto a la responsabilidad civil. (De la página web citada más arriba)
[2] 2) que el adquirente tenga meramente conocimiento de la adquisición e ignore la existencia de la comisión delictiva de donde provienen los efectos

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