Esta semana he estado en la República Dominicana. Por lo
tanto, no he tenido tiempo de escribir nada, pero nada más llegar, ayer, me di
cuenta de que podía contaros mi experiencia allí, que me llena de esperanza y,
por otro lado, mi cabreo aquí al leer el periódico el jueves nada más llegar.
Por seguir el oren cronológico, empiezo por mi experiencia
en República Dominicana y la esperanza que me despierta. Después iré al cabreo.
He estado en este país como patrono de la Fundación BBVA
para las Microfinanzas. Cada año tenemos 4 patronatos, de los cuales uno tiene
lugar en uno de los países en los que operamos. Este es el año número 11 y
hemos ido por segunda vez a RD. La FMFBBVA es una gota de agua en la
lucha contra la pobreza, pero es una gota de agua de eficiencia. Claudio
González, una de las personas que más sabe de microfinanzas, presidente durante
años de la FMFBBVA, dice que “el camino de la filantropía o esta pavimentado de
eficiencia o se lo lleva el viento”. Pues eso hacemos, o intentamos hacer en la
Fundación. El 60% de los clientes de la fundación son mujeres. El 80% de ellos
son personas que cuando empiezan su relación con la FMFBBVA están por debajo de
la línea de vulnerabilidad, que se define como 3,5 veces el umbral de pobreza
extrema, situado en unos ingresos promedios de 1,5US$/día (casi el 30% de los
clientes tiene unos ingresos inferiores a 2$/día). Por tanto, la línea de
vulnerabilidad está en poco más de 5US$ al día de promedio. Es importante
resaltar lo de promedio, ya que éste se logra a base de que un día ganan 50$ y
luego se pasan n días sin ganar nada. Y sin saber si van a encontrarse otra vez
con la suerte de ganar unos dólares. De ahí que tan importante como asegurar y
aumentar las ganancias es tener capacidad de ahorro seguro. El primer crédito
que un emprendedor obtiene ronda alrededor de los 250US$. Con esto financia la
compra de algún equipo que le sirve de base para empezar una actividad
productiva. En un porcentaje superior al 95% devuelven ese crédito y pagan los
intereses, que se reinvierten para poder llegar a más personas. Es normal que
el ciclo se repita varios años y que al cabo de unos cuantos se mueva en
préstamos de varios miles de $. Casi un 70% de los clientes salen de la pobreza
tras 5 ciclos de financiación. Si sus necesidades aumentan, se les anima a que
sigan financiándose en el sistema bancario tradicional para que la FMFBBVA
pueda disponer de ese dinero que ya no se les presta para hacerlo a otros que
empiezan. Nuestra misión es concentrarnos en los más pobres. Conviene notar que
de los 5 países en los que opera la FMFBBVA (Colombia, Perú, República
Dominicana, Panamá y Chile, sólo en 2 (Colombia y Perú) está el BBVA y en estos
países, de ninguna manera se pretende que al pasarse al sistema bancario lo
hagan al BBVA. No es ese el espíritu de la Fundación. Pero más allá de los
números y las estadísticas, importan las personas.
Parte de la corta estancia en RD se dedica a ir
visitar emprendedores a los que ayudamos. En cada viaje vamos a ver a 2 o 3
clientes, por lo que ya habré visto a unos 20. Cada año me impresionan sus
casos de vida. Merece la pena que cuente algo de dos de los tres que hemos
visitado en este viaje.
La primera era una maestra que hace unos años pidió un
préstamo de menos de 100$ para iniciar una pequeña escuela con unos pocos niños
en un barrio pobre, aunque no de extrema pobreza, de los alrededores de Santo
Domingo. Algo más de la mitad de los alumnos eran de pago y el resto iban
gratuitamente. Actualmente tiene cerca de 100 alumnos de edades desde bebes a
los que tienen mientras sus madres trabajan, hasta los 10 años más o menos.
Sigue la misma proporción de pago y gratuitos. Les dan una formación basada en
valores de honestidad, trabajo, curiosidad y afán de aprender y tolerancia. Me
dio una inmensa sana envidia ver cómo al empezar la jornada escolar, a las
7,30h, se izaba la bandera de la RD mientras se cantaba el himno, mano en el
pecho, y luego se hacía una oración, escrita cada día por un niño, en la que se
le pide a Dios fuerza y ayuda. Se me saltaban las lágrimas. ¿Cómo sería España
–me preguntaba– si en los últimos 40 años hubiésemos puesto letra al himno y
cada día, en cada escuela de cada rincón de España se hubiese hecho este
ritual de izar la bandera, cantar el himno y rezar una breve oración?
¿Realmente es tan difícil? Me temo que sí lo es. Pero, ¿por qué tiene que
serlo? No lo se.
La segunda era un joven de 30 años, casado, con tres hijos
(1 chico y dos chicas), de 6 años el mayor, el chico. Tenía un pequeño taller
de estructuras metálicas. Empezó de 0 cuando se encontró que en una empresa
donde trabajaba y había aprendido el oficio, cerró. Pidió su primer crédito de
algunos cientos de $. Ahora tiene 10 personas “fijas” que trabajan en el taller
y unas 30 que están en las obras en las que se instalan las estructuras y que
trabajan en función de las obras que tenga. Se lamentaba de las dificultades
que le presentan los trámites burocráticos que tenía que hacer para todo. Pero
no era una queja amarga. Es más, la veía como una oportunidad para aprender a
resolver problemas y desarrollar la paciencia laboriosa. Decía que Dios le
ayudaba en eso. Nos contó sus sueños de seguir creciendo, aunque le daba pena
tener que ir al sistema bancario normal, ya que había llegado al límite de la
FMFBBVA. Le preguntamos, a él y a su mujer, cual era el sueño para sus hijos.
Sin dudar, nos dijeron que harían todos los esfuerzos necesarios para que
fuesen grandes profesionales, ingenieros, contables, etc. El padre nos dijo que
le gustaría que tras esos estudios se quedasen con él en el negocio, pero que
lo más importante era que hiciesen lo que quisieran, médicos o maestros, dijo,
siempre siendo hombres y mujeres trabajadores y honestos. Todo un ejemplo.
La FMFBBVA tiene en los países en los que opera, casi 2,2
millones de clientes y cada año este número crece. De un año a otro, la alegría
y la esperanza de ver una ínfima parte del fruto de todo esto se va empañando
por el olvido. Y cada año, en cada viaje, se renueva y se acrecienta. Una gota
de agua en el océano de la pobreza, pero una gota de agua de eficiencia, que se
trata de ir aumentando cada año. Científicamente, se trata de detectar la
tipología de las personas que tienen más probabilidades de salir de la pobreza
para concentrarnos en ellas y aumentar nuestro porcentaje de éxito.
Ahora el cabreo. Nada más llegar me puse delante del
Expansión del jueves. Desde la portada, un dirigente español del BCE decía: “El BCE alerta del alto riesgo de los
fondos de pensiones” y el subtítulo: “Los
tipos de interés negativos hacen que estas inversiones sean menos seguras”.
¡Hay que fastidiarse! –la espuma de rabia empezó a salirme de entre los dientes
apretados. Y, ¿quién coño se empeña en que los tipos de interés estén en
negativo? Por supuesto, el mismísimo BCE. ¡Es fantástico! En un momento en el
que si hay una salida que pueda salvar el sistema de pensiones, ésta pasa
únicamente por las pensiones de autoahorro, se condena a los ahorradores a
conformarse con rentabilidad negativa o, si se quiere evitar eso y sacar una
mínima rentabilidad, a asumir riesgos que en circunstancias normales no se
debieran asumir. ¡Inaudito! Y, ¿todo esto para qué? Pues para que los estados
puedan financiar sus inmensas deudas, con bajos costes. O, incluso, ¿por qué
no?, endeudarse más. El mismo periódico, en su página 31, mostraba un titulas
que decía: “Sánchez promete ‘disciplina
fiscal’ pero mantiene sus planes de gasto”. Bertolt Berch, en un
poema titulado “a los hombres futuros” escribe: “Cuando
el pintor de brocha gorda (Se refiere a Hitler) grita paz desde los altavoces, el pueblo llano sabe
que habrá guerra”. Parafraseo: “Cuando
el mentiroso compulsivo grita disciplina fiscal desde la prensa, la gente lista
sabe que el gasto se disparará”. Y los impuestos, y el déficit, y la
deuda. El mentiroso compulsivo piensa seguir gastando más e incrementando los
impuestos y la deuda porque, al fin y al cabo, ¡los “ricos” son tan “ricos” y
tan tontos y la deuda es tan barata! Todo esto, se salpimenta con mensajes
cargados de paternalismo consentidor del BCE que, de forma habitual, mientras
mantiene los intereses negativos, pide, o más bien, suplica, a los estados, que
sean buenos y que no se endeuden. Increíble postura de ¡SOOOO! y ¡ARREEEEEEE!
Es como un padre que le dijese a un hijo adolescente. “No gastes mucho Pedrito,
pero si necesitas dinero, ya sabes que está en mi mesita de noche”. En fin, ya
veremos qué pasa cuando estalle el globo de mierda de la deuda soberana. Porque
la pregunta no es si estallará o no, sino cuándo.
En fin, que ayer por la mañana casi me ahogo con la actividad de
mis espumosas glándulas salivares. No merece la pena, me quedo con lo de
República Dominicana.
Un gusto,
ResponderEliminarDesde hace casi ocho años trabajo en una microfinanciera que da créditos grupales al estilo de los que creo Muhamad Yunus en India. Y me he percatado de lo esperanzador que es realmente está labor. Somos pequeños pero hemos ido creciendo y queremos crecer más, dando incluso más que solo créditos, buscamos mejorar la calidad de vida se nuestras clientas. Enhorabuena por la coincidencia!