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Anónimo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "¿Qué hay fuera del universo?": Hola Tomás!Anoche recomendé tu blog a un amigo que, aún desde la fé, está convencido de la existencia de "seres inteligentes, capaces de construir naves espaciales y visitar la tierra, pero sin alma", en la idea de que sólo el ser humano creado por Dios tendría alma.Yo le estuve rebatiendo haciéndole ver que Cristo no dijo en ningún momento que fuesemos los únicos y que, de descubrirse un ser capaz de tal inteligencia, yo no sería capaz de negar su alma, entendiendo que la evolución que permitió tal inteligencia no puede llevarse a cabo sin un propósito divino... Además, no perdería ningún valor el mandato misionero de Cristo...Ese tema de la diferencia y similitud entre inteligencia y alma sé que es compleja, pues el único ser que conocemos tiene ambas...¿Qué opinas tú?Por otro lado, la conversación apuntaba tb a que la posibilidad de otros "seres inteligentes" en un universo tan grande era relativamente alta, con aquella célebre fórmula sobre la probabilidad de esa vida...A lo que yo rebatí intentando explicar cuán subjetivamente se había construido esa aparentemente "objetiva" fórmula estadística. A mi juicio, y por todo lo que he estudiado por mi formación de físico, aunque la posibilidad de existencia de vida extraterrestre no puede ser negada, todo parece apuntar a que estamos solos en el Universo. ¿qué opinas?Un abrazo y gracias por tomarte la molestia de responder a estas cosas!
Contesto:
Saber si hay otra vida inteligente en el universo es una pura especulación que cae fuera del ámbito de la ciencia. No es el objeto del artículo que da pie al comentario, aunque en algún momento de la serie llegaré a ese tema. La cuestion se debate entre el inmenso número de estrellas que hay en el universo (100.000 millones de galaxias con 200.000 millones de estrellas cada una) y la inmensamente pequeña probabilidad de que aparezca vida e inteligencia. Entre los científicos hay opiniones para todos los gustos, pero hasta que no haya una prueba empírica, algo así como: "hola, estamos aquí", todo será pura especulación. Yo me inclino a creer que no hay vida inteligente fuera de la tierra. Creo que la aparición de la vida es un proceso de una improbabilidad extrema (hablaré de ello en un próximo artículo) y que la evolución es un proceso de diseño, guiado hacia el hombre que, sin esa guía, jamás produciría un organismo capaz de soportar la inteligencia (también abordaré este tema más adelante). Creo que aún habiendo un organismo dotado de la capacidad física de soportar la inteligencia, ésta no ha surgido de la evolución (y también hablaré de ello en próximos artículos), sino que es un don de quien haya diseñado el Universo, a quien yo llamo Dios. Todo esto lo creo con indicios razonables. No lo puedo demostrar inequívocamente, pero son algo más que meras elucubraciones y creo poder demostrar que es enormemente más plausible mi opinión que la contraria.
Ahora teológicamente. Si Dios hubiese querido llevar la vida hasta la inteligencia en otras partes del universo, no me cabe duda, sobre la base de su bondad, de que tendrían alma. La inteligencia sin alma es la más terrible tortura que una mente enferma pueda imaginar. Incluso los ateos más militantes saben que hay personas que sí creen que hay Dios y eso, en el fondo de su alma les da una esperanza de la que ni ellos mismos son conscientes pero que les hace la vida soportable, les da un sentido. No obstante, esa vida inteligente con alma a millones de años luz de nosotros plantearía tremendos problemas teológicos. ¿Han cometido el pecado original? Si no, ¿Cristo no ha muerto por ellos? Si sí, ¿Cómo les va a llegar el mensaje de la redención? En fin, que si un día nos encontrásemos con que alguien, desde otra galaxia nos dijese, ¡hola estoy aquí! los teólogos tendrían que hacer horas extras. Pero de momento no ha pasado, por lo que de momento, sólo son elucubraciones, y, como argumentaré con la mayor lógica posible, creo que no va a pasar. Pero tu amigo tendrá que esperar a que llegue a todo eso. Lo tengo todo en la cabeza, pero escribirlo requiere tiempo, que es de lo que menos tengo. Pero, como en la película de cadena perpetua, a base de paciencia y perseverancia, si Dios me da tiempo, todo llegará.
Un abrazo y gracias por el comentario.
Tomás Alfaro Drake.
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