Tomás Alfaro Drake
Ya sabéis por el nombre de mi blog que soy como una urraca que recoge todo lo que brilla para llevarlo a su nido. Desde hace años, tal vez desde más o menos 1998, he ido recopilando toda idea que me parecía brillante, viniese de donde viniese. Lo he hecho con el espíritu con que Odiseo lo hacía para no olvidarse de Ítaca y Penélope, o de Penélope tejiendo y destejiendo su manto para no olvidar a Odiseo. Cuando las brumas de la flor del loto de lo cotidiano enturbian mi recuerdo de lo que merece la pena en la vida, de cuál es la forma adecuada de vivirla, doy un paseo aleatorio por estas ideas, me rescato del olvido y recupero la consciencia. Son para mí como un elixir contra la anestesia paralizante del olvido y evitan que Circe me convierta en cerdo. Espero que también tengan este efecto benéfico para vosotros. Por eso empiezo a publicar una a la semana a partir del 13 de Enero del 2010.
La fe es la chispa que salta entre los tres polos conjuntos de su libertad, de su origen sobrenatural y de su carácter razonable. La fe es certeza y penumbra, libertad e invasión amororsa; es riesgo, seguridad, alegría, salida incesante de las tinieblas e inmersión en la nube luminosa. No es, por tanto, ni “posesión confortante” ni paradójica tensión de la esperanza, que llegaría a ser el signo mayor de su autenticidad. Muy lejos de este “gesto” un poco romántico, la fe es diligencia nacida del amor, que la hace partícipe de su confianza en la entrega, de su encanto irresistible en la llamada y de su luz discreta que ilumina la vida de todos los días.
Charles Möeller. Literatura del siglo XX y cristianismo.
23 de noviembre de 2011
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que bonito,,,, GLORIA A DIOS ,,,, CHEVERE TU BLOG,
ResponderEliminarHola, soy Tomás. me alegro que te guste mi blog.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tomás