La
historia cuenta que tres árboles crecieron juntos durante años orando y
cuidando del bosque. El primer árbol decía: “Yo seré un gran cofre lleno de
tesoros”. Y el segundo comentaba: “Yo seré una poderosa embarcación, e
iré con grandes reyes a todos los rincones del mundo”. El tercer árbol decia:
“Yo crecere para ser el más recto y grande. La gente me verá y pensará en el
Dios de los cielos, siempre me recordarán”.
Siguieron
rezando y cuidando su entorno durante años sin fin, creyendo en sus sueños
con Fe. Pasado el tiempo, se acercaron unos carpinteros.
Con el
primer árbol dijeron: “Este parece ser muy fuerte, su madera
servirá para caja. Con el segundo aseguraron: “Este ira al puerto”. El
tercer árbol tenía miedo de que lo cortarán y no poder crecer más. Los
leñadores pensaron: “Lo cortaremos y guardaremos. Ya veremos lo que
hacemos con él”.
El
primer árbol fue convertido en un cajón de comida para animales, y puesto
en un pesebre. Con el segundo, hicieron una pequeña barca de pesca
en un pequeño lago. El tercero fue cortado en largos y pesadas vigas y
dejado en una bodega.
Los
árboles olvidaron sus oraciones, sus alegrías y esperanzas... pasaban los años
y no entendían en su pena ni comprendían porque sus oraciones no habían sido
escuchadas y se les había tratado mal... y lloraban sin consuelo al no entender
su triste final.......
Pero un
día, un hombre y una mujer llegaron a un pesebre. Ella dio a luz un
niño, y lo colocaron dentro del cajón. El árbol supo entonces que en su
interior estaba el tesoro más grande de la historia.
Bastantes
años más tarde, un grupo de hombres entraron en la barca y se desató una fuerte
tempestad. Uno de ellos increpó al viento y las olas que cesaron al instante.
En ese momento, el segundo árbol se dio cuenta de que estaba llevando, en su
interior, al más poderoso de entre los hombres, al Rey de Reyes.
Y poco
después alguien vino y tomó al tercer árbol convertido en vigas. Eligió la más
alta y recta. Fue cargado y llevado por las calles llenas de gente que escupía,
insultaba y golpeaba al hombre que lo llevaba sobre sus espaldas. Se detuvieron
en una pequeña colina, clavaron al hombre en él y lo elevaron en alto hasta que
murió. El tercer árbol se dio cuenta que estaba erguido en una pequeña cima,
pero muy cerca de Dios, porque su Hijo, Jesús, había sido crucificado en él.
Cada
árbol obtuvo lo que había pedido con buena Fe durante años, aunque no en
la forma en la que lo habían deseado. No siempre entendemos la voluntad de Dios
para con nosotros, pero, aunque sus caminos no sean los nuestros, al final,
siempre serán los mejores caminos. ¡FELIZ NAVIDAD!
Muy bonita historia, Tomás.
ResponderEliminar¡FELIZ NAVIDAD¡
Victoria
Me alegro de que te haya gustado, Victoria. Espero que hayas tenido un día de Navidad muy lleno del niño Jesús y te deseo un 2014 lleno de bendiciones.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tomás