Tras la
manifestación del sábado contra el aborto quiero manifestar las razones de mi
oposición al aborto. Afirmo que estar contra el aborto no es una cuestión
religiosa sino de civilización. Esgrimo algunas razones para decir esto.
1º Si
hay algo que ya desde el siglo XX es insostenible científicamente hablando, es
que el embrión es parte del cuerpo de la mujer. Es otra "cosa". Por
tanto, todos los argumentos del derecho de la mujer a su propio cuerpo se caen
por tierra.
2º La
Constitución española afirma que todos tienen derecho a la vida. La primera ley
de despenalización del aborto se aprobó hablando de un conflicto entre dos
derechos, el del feto a la vida y el de la salud, física o mental, de la madre.
Ciertamente, puede haber un conflicto de derechos, pero si el embrión es un ser
humano (de momento lo digo en condicional) entonces no es lícita (y no recurro
a la moral cristiana) una acción positiva para acabar con la vida de un ser
humano, aunque esa vida represente un conflicto de derechos, ya que el derecho
a la vida está por encima de cualquier otro porque es previo a cualquier otro.
Sin vida no hay ningún otro derecho. Siempre que hay un muerto por una acción
positiva humana hay un responsable. En la pena de muerte, el Estado. En la
defensa propia, el atacante. En la guerra, el que inició una guerra injusta,
etc.
3º Aunque
he dicho que el tema del aborto no es una cuestión religiosa, no quiero dejar
de explicitar que los cristianos desde el principio se han negado al aborto en
una cultura en la que, no sólo el aborto, sino el infanticidio, eran normales.
La carta a Diogneto, un documento cristiano del siglo II, dice: Igual
que todos, los [cristianos] se casan y engendran hijos, pero no se deshacen de
los hijos que conciben. Es esa
época, las cloacas de Roma se atascaban a menudo por los cuerpos de niños
matados al nacer.
4º Ciertamente,
existió una discusión, en tiempos de san Agustín y, más tarde, en santo Tomás y
otros teólogos cristianos sobre el momento en que el cuerpo en formación
recibía el alma. Pero no era una discusión sobre el aborto, sino una pura
discusión teológica, desvinculada de cualquier consecuencia sobre el aborto. La
discusión sobre el aborto, nada tiene que ver con el alma. Y esa discusión
teológica se sustentaba entonces en la creencia de que el semen masculino se
iba transformando paulatinamente en otra "cosa" y entonces aparecía
la discusión sobre cuando esa “cosa” empezaba a ser un ser humano. Pero hoy en
día, la ciencia dice claramente que hay un único salto cualitativo en el
proceso de formación de ese ser humano. Y ese momento es el de la unión del
óvulo con el espermatozoide para dar una "cosa" en la que ya está
absolutamente todo preparado para que llegue a ser un ser humano. Ciertamente,
es un ser totalmente dependiente. Como lo es un bebé recién nacido y, en
realidad, como lo somos cualquiera de nosotros. A partir de ahí un proceso
puramente circunstancial y sin un solo salto cualitativo, ha llevado a esa
"cosa" a ser Tomás Alfaro o Perico el de los Palotes. Es decir, un
ser humano.
6º El
camino de la civilización ha llevado a parte de la humanidad a dos principios
básicos: La protección del débil y la presunción de inocencia (no me refiero al
aspecto jurídico, sino al hecho de que es preferible que un inocente no sufra
daño a que un culpable salga libre). No entro en absoluto de cuándo esa “cosa”
recibe el alma. Los cristianos creemos, ahora que la ciencia ha dejado claro
que no hay más que un cambio cualitativo, que es la unión del óvulo y el
espermatozoide, que el alma le es dada al ser humano en ese momento. No importa
lo que se discutiese cuando el proceso de gestación era algo ignoto. Pero esos
dos principios (protección del débil y presunción de inocencia), básicos para
la civilización, unidos al dato cierto de que sólo hay un salto cualitativo en
la aparición de un ser humano, debería hacer "sagrada" la vida del
embrión, sin necesidad de entrar en cuestiones del alma.
7º Si
no se acepta esto, la frontera puede ponerse donde se quiera. De hecho, sólo el
miedo a la monstruosidad nos haría poner una frontera. Pero quien no acepte que
la frontera está en el momento en que el óvulo se une al espermatozoide, no
tiene ni un solo argumento de razón para condenar el infanticidio. Por tanto,
si en el futuro viniese alguien a quien su falta de miedo a la monstruosidad le
llevase a eliminar esa frontera, no tendríamos argumentos racionales para
reprobarle una vez eliminada la única frontera que lo es de forma cualitativa y
esencial.
8º A
veces se argumenta que no puede haber un ser humano hasta que no aparece la
consciencia. Si eso fuese así, tendríamos que volver a aceptar el infanticidio.
¿Alguien tiene consciencia de sus primeros años de vida? Pero, dado que mi
cabeza suele funcionar mejor con imágenes que con silogismos, quiero acabar con
una metáfora. Imaginemos que alguien tiene un boleto de la bono loto premiado
con 1 millón de € que todavía no ha mirado. Otra persona que lo sabe primero
que el dueño se lo quita y lo cobra. Creo que no se podría decirse que, como su
dueño no tenía consciencia de haber ganado 1 millón de €, ni nunca la tendrá,
no ha sido robado. El que se lo ha quitado es un ladrón que le ha robado 1
millón de € al propietario del boleto. Sin paliativos.
Llegados
a este punto, mis simpatías están con TODAS las mujeres para las que un
embarazo puede ser una durísima carga. No así con las que abortan por simple
comodidad de vida, o por los "maromos" o padres de muchas chicas
embarazdas que les "obligan" a abortar, o por la gente que hace
negocio con todo esto despachando a la trituradora de carne a esos fetos, o por
los investigadores que utilizan células madre embrionarias cuando existen las
células madre adultas y las células madre adultas reprogramadas que evitan el
problema ético. Por supuesto, Una sociedad civilizada debería brindar a esas
mujeres todos los medios para que puedan tener su hijo y salir adelante. Existen
muchas organizaciones pro vida en las que se da apoyo a una gran cantidad de
chicas, muchas de ellas en situaciones límite, para que puedan tener sus hijos.
Es una maravilla ver el amor de estas chicas por sus hijos a los que un día
estuvieron pensando eliminar. Por otro lado, hay mujeres con terribles traumas
por causa del aborto. ¿No haría mejor una sociedad civilizada en promover con
toda su alma estas organizaciones y en promover campañas de información masivas
explicando que hay salidas? Sin embargo hablar del horror de los fetos
mutilados o pretender decir a las mujeres que hay otras vías, es absolutamente
incorrecto políticamente. Y no deja de sorprenderme que la izquierda, que es
quien pretende enarbolar la bandera de la protección del débil, sea la paladina
de la defensa del aborto. Seamos civilizados. Nos va en ello la vida como
civilización.
Excelente!
ResponderEliminarLo tendré en cuenta en aquellos "debates" en los que suelo participar en algunos foros.
Pienso lo mismo, que la opción pro-vida no necesariamente debe defenderse desde la moral católica. Es mas, muchos enemigos de la Iglesia esperan que eso suceda para desviar el tema y atacar a la Iglesia por otras razones y alegando su "moral mojigata".
Lo sumare a dos perspectiva que tengo, una desde el punto de vista liberal http://www.liberalismo.org/articulo/226/53/liberalismo/derecho/aborto/argumentacion/liberal/ y la otra, desde la izquierda http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=22580
Gracias amigo. Sumamente interesantes ambas. Me alegro de que te haya gustado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tomás
Está muy bien argumentado Tomás, pero queda un asunto importante por resolver. ¿Como se ataca de una manera efectiva lo que expones en el último párrafo?
ResponderEliminarEl problema de las preadolescentes embarazadas, debido a la inmensa hipocresía de la sociedad.
Los traumas que suponen:
1.-Que las echen del Colegio (católico concertado) y esto es real y se de un caso.
2.- Que el padre, otro adolescente, no se hace cargo.
3.-La vergüenza de la familia ante muchos de los vecinos y familiares.
4.-La complejidad de las amistades en tu nuevo estado y la de encontrar pareja por tener que atender al hijo y sobre todo a esa edad, la vergüenza y los problemas de contar a un futuro noviete de 18 años que ya tienes un crio de dos años..
Y así llega lo que dices, que las hacen "abortar" provocando un trauma seguro que mayor.
Si la madre no quiere a la criatura, "dádmelos a mi" que decía la Madre Teresa...¡Problema resuelto en la India!
¿Cómo es que la sociedad occidental no ha resuelto aún este problema tan importante?
Abrazo
Juan