El pasado fin de semana ha tenido lugar en
Madrid, organizado por Citizen.Go el congreso “Todos somos nazarenos” al que
han asistido importantes personalidades, eclesiásticos y laicos, que están en
la zona 0 del conflicto o que tienen familiares que lo están o que lo han
estado y han conseguido escapar. Os envío algunas entrevistas con estas
personas. Creo que tenemos la obligación moral de, al menos, leerlas. ¿Qué más
podemos hacer? Puede parecer que poco, pero ellos nos piden insistente y
fundamentalmente una cosa: Que recemos por ellos y con ellos. Así que yo pido a
cada uno que lea estas líneas que, desde la fe que tenga, sea en el Dios que
sea, aunque sea solamente en la energía del universo o, como decía Unamuno, “oye mi ruego Tú,
Dios que no existes”, con la poca o mucha
fuerza que tenga, rece con toda la que esté a su alcance y pida por tener más. Yo, por mi
parte, le rezaré a Jesucristo, por el que están muriendo estos hermanos míos de
fe. Cuando, en la entrevista que puede leerse más abajo le preguntan a Monseñor Bashar Matti Warda, arzobispo caldeo católico
de Erbil, si cree en esa frase de que la sangre de mártires es semilla de iglesia,
responde, con una mezcla de esperanza y pesimismo por lo que está viviendo: “Probablemente,
el dicho de Tertuliano sólo se aplique a la situación de la Iglesia y del
cristianismo durante las grandes persecuciones. Basándonos en los hechos
históricos de la Iglesia oriental, descubrimos que donde quiera que fuera
perseguida, pronto florecía en otro lugar, como ocurrió con la expansión del
cristianismo en Persia, Magnolia, Afganistán, etc. Hoy, a pesar de ser una
iglesia testimonial y mártir —a pesar de la sangre de sus mártires derramada
por todo Oriente Medio—, está siendo desraizada de su patria sin florecer y
crecer en los alrededores simplemente porque la estrangulan ideologías radicales”. Tal vez nuestra oración por ellos, a través de
la Comunión de los Santos, en la que decimos creer cuando rezamos el Credo,
pueda hacer que ese otro lugar en el que florezca la fe sea en la vieja,
escéptica y decadente Europa de la que formamos parte. También rezo por eso,
porque los europeos rejuvenezcamos, recobremos la fe que hemos perdido y que
fue la que creó Europa y renazcamos de nuestras cenizas regadas por la sangre
de los cristianos de Oriente Medio. ¿Qué más podemos hacer además
de rezar por encima de nuestra fe? Dar a conocer todas estas cosas, no
cansarse, no pensar: “¡Qué fastidio, más de lo mismo!”, no tener miedo a ser
considerado pesado por insistir a tiempo y a destiempo. En fin, ahí van las
entrevistas.
Ignatius Youssef
III Younan (15 de noviembre de 1944 en Hassaké, Siria), Patriarca
de Antioquía y del Este de Siria de la Iglesia Católica Siriaca y obispo de
Beirut Tras su ordenación sacerdotal fue párroco en Beirut y profesor
de seminario. Desde 1986 estuvo destinado en Estados Unidos, en la Eparquía
(diócesis) Our Lady of Deliverance en Newark de los Siriacos. En 1995, Juan Pablo II le
nombró eparca de esta Eparquía y visitador apostólico de
los fieles siro-católicos de América Central. Fue elegido como Patriarca el 20
de enero de 2009 por el Sínodo siro-católico, reunido en Roma
bajo la presidencia del cardenal Leonardo Sandri, Prefecto de la Congregación
para las Iglesias Orientales. Benedicto XVI le concedió la
comunión eclesiástica, que
puso de manifiesto en su Visita a Roma el 19 de junio de 2009 coincidiendo con
el inicio del Año Sacerdotal. El Patriarca Ignacio José III Younan celebró la
Santa Misa por el rito siriaco en la Basílica de Santa María la Mayor como
signo de esta comunión.
Usted ha defendido que lo que se estaba produciendo en Irak
y Siria era un genocidio. ¿Cómo valora la actuación de la comunidad
internacional ante el conflicto?
La
comunidad cristiana en Oriente Medio no es de gran interés para las potencias.
Aquí no tenemos petrodólares y no amenazamos a nadie con terrorismo. La
comunidad internacional –las Naciones Unidas, los Estados Unidos, la Unión
Europea– realmente nos han traicionado, por desgracia. Solo están tratando de
preservar sus intereses económicos. Se aliaron con sistemas de gobierno que se
encuentran entre los más fundamentalistas del mundo, donde no hay ni libertades
religiosas ni civiles, y donde la mujer no tiene casi derechos. Han olvidado
sus principios de la verdadera democracia por interés. Estos pueblos de la
Unión Europea, así como los de América del Norte, tienen que pensar que hay
principios y valores sobre los que se fundaron sus propios países y no deben
traicionar esos principios y valores. Sentimos que a los cristianos se les ha
abandonado a su suerte. Están frente a una lucha por la supervivencia y
necesitan ayuda.
¿Qué le pide a la comunidad internacional?
Pedimos
al mundo que defienda los derechos humanos y que no deje pasar por alto esta
intolerable masacre de personas inocentes, que además están desarmadas. No
quiero incitar al aumento de armas en lo más mínimo. Los cristianos son gente
pacífica sin armas ni milicia; sin embargo, quiero que se defienda y proteja a
la comunidad cristiana.
¿Por qué crece el fanatismo con tanta fuerza en los países
musulmanes?
El
problema está en la idea de la unión entre religión y estado, defendida por los
fundamentalistas. De hecho, el programa de ISIS es el mismo que el de los
Hermanos Musulmanes: sharía como camino, la yihad como método. Nosotros, los
cristianos en Oriente Medio, no estamos en contra del Islam. Y ahora tenemos
que ayudar a nuestros hermanos musulmanes para que entiendan que ya no estamos
en el siglo VII, sino en el XXI. Al igual que el Occidente debe darse cuenta de
que lo que está ocurriendo en el Medio Oriente es peligroso no solo para
nosotros, sino para nuestros hijos y para nuestros nietos.
¿En qué situación se encuentran hoy los cristianos de Siria e Irak?
La
situación es realmente dramática, la Iglesia siro-católica sufre el éxodo y el
desarraigo de muchos fieles de Mosul, Nínive y de la llanura de Nínive.
¿Qué busca el Estado Islámico y cómo pararlo?
Imponer
su religión con violencia. Quieren regresar a los primeros siglos, dividiendo a
las personas y las comunidades en gente de una religión y de otra. Para
frenarlo, en primer lugar hay que dejar de armar a la llamada oposición
moderada: ¡no hay oposición moderada en el Medio Oriente! Mientras no tengamos
una clara separación entre la religión y la política, nunca tendremos una
verdadera, democrática y moderada oposición. ¡Todo esto es sólo una ilusión!
¿Es posible un diálogo fructífero con el Islam que acabe
con la intolerancia?
Yo
mantengo relaciones cordiales con los líderes religiosos musulmanes en el
Líbano y otros lugares de la región, y hablo con ellos sobre la educación, que
juega un papel esencial en el escenario yihadista. Pedimos a nuestros hermanos
de religión musulmana que vigilen la formación de la juventud, sobre todo que
tengan cuidado con sus discursos religiosos en las mezquitas o en sus escuelas.
Y esto es algo que es muy, muy importante.
A la
gente le pudiera parecer, por su silencio, que no tienen el valor de enfrentarse
a los grupos radicales y de los que predican el odio y la intolerancia. No nos
cansamos de repetirles la importancia de la educación. En el Líbano, por
ejemplo, cuando nos encontramos con los jeques musulmanes, ya sean suníes o
chiíes, discutimos este tema con mucha frecuencia. Y esperamos que llegue el
día en que comprendan que en su religión tienen que encontrar los aspectos
positivos de su relación entre el hombre y Dios, y no centrarse en aquellos
versos que propagan la violencia, el odio y la discriminación contra los no
musulmanes.
¿Cree posible vivir el cristianismo en paz en Oriente Próximo una vez el
Estado Islámico haya sido derrotado?
Soy
un hombre de esperanza. El Líbano es un país con 17 confesiones diferentes, y
se ha citado a menudo, a pesar de los períodos de inestabilidad, como un modelo
de convivencia entre personas de diferentes religiones. Esto está bien. En
todos los países de la región, en especial donde existe una mayoría musulmana
que gobierna el país, no hay separación de la religión y el estado. Y eso
significa que siempre habrá discriminación contra los no musulmanes que son una
minoría. Excepto en el Líbano. Este es un modelo para toda la región. Y
gracias a Dios que existe esa igualdad de derechos para todos los ciudadanos en
el Líbano. Tratamos de correr la voz para que los países de mayoría musulmana
sigan con este ejemplo y apliquen de verdad, con seriedad y honestidad, la
carta de derechos humanos de la ONU de 1948.
El Pastor Edward Awabdeh, presidente de la Iglesia
Alianza Cristiana Evangélica en Siria y Líbano.
Usted es pastor evangélico y vive en Damasco con su esposa, donde a
menudo hay bombardeos, misiles que impactan contra las casas y matan a muchos
civiles… ¿Cómo se puede vivir en esa situación y tener aún el ánimo de ayudar a
los demás?
Al
pensar en ello, creemos que la única explicación de la profunda paz que gozamos
es que es de origen divino y que nos ha sido concedida por la gracia de Dios
para un fin: ser capaces de ayudar a nuestra comunidad y tener recursos
suficientes dar ánimos y bendecir a los demás.
No
sentimos que estemos haciendo nada heroico quedándonos en nuestro país y
sirviendo a nuestro pueblo. Pensamos que el quedarnos no sólo es lo correcto
sino lo normal. Algunas veces cuando el bombardeo es intenso o muy cercano a
nosotros, recordamos que ya hay peligro donde vivimos. Parece que fuera natural
en los seres humanos el acostumbrarse a una situación peligrosa y continuar la
vida como siempre.
¿Qué está pasando en Siria, Pastor?
Me
gustaría poder contestar esta pregunta con cierto grado de solidez, quiero
decir con conocimiento de causa. Sin embargo, lo que vemos en superficie es
destrucción del país, desgarro del tejido social de las comunidades y la
destrucción de toda una generación. Es un conflicto muy sucio con motivaciones
sectarias subyacentes, una lucha de poder que se hizo mucho más grande y amplia
que Siria y los sirios. La lucha se potencia con la intervención de los
intereses de los poderes internacionales.
¿Se ayudan entre ustedes, los cristianos de las diferentes confesiones?
Sí,
entre los cristianos de todas las confesiones e incluso a los necesitados de
otras religiones.
¿Creyó posible alguna vez que el extremismo islámico
llegara a propagarse con esta crueldad?
No, nunca
lo creímos posible en este país. A veces resulta estremecedor sólo pensar que,
en algunos casos, hemos estado viviendo entre gente semejante.
¿Piensa que hay una intención de aniquilar la presencia cristiana de
Oriente?
No
lo tengo tan claro. Lo que sí sé es que los cristianos en Medio Oriente son más
vulnerables y no pueden sobrevivir o rehacerse en un ambiente de violencia y
anarquía.
Su esposa y usted han permanecido al frente de su comunidad
y no piensan abandonar. ¿Aun sabiendo que puede aguardarles la muerte en
cualquier momento?
Mi
esposa y yo creemos que estamos llamados por Dios a hacer justo esto. Se nos ha
confiado el dar el Evangelio. Todo merece la pena por una existencia grande. En
medio de esta dispersión de oscuridad, odio y venganza, somos responsables de
sembrar las semillas del amor y del perdón. No pensamos que el peligro sea tan
inminente. Pero incluso si hay algún grado de riesgo, merece la pena por
completo.
Usted considera que esta situación terrible que están viviendo es un don
de Dios… ¿Por qué?
No
exactamente. Pero lo que el Señor está haciendo, su divina intervención y el
experimentar su poderosa presencia son bendiciones maravillosas. Sí, benditos
aquellos llamados a permanecer en Siria en medio de esta crisis porque gozarán
la experiencia de la presencia poderosa de Dios.
Estamos
maravillados de ver venir gente a Cristo precisamente por esta crisis. Muchos
se salvaron y están agradecidos al Señor por sus cuantiosas pérdidas porque
ganaron la vida eterna en Cristo. Supongo que a eso se le puede llamar un don.
¿Qué ha aprendido de esta experiencia tan atroz?
He aprendido que hay una auténtica batalla
espiritual en este mundo y que la oración es una gran estrategia, si no la más
efectiva. También hemos aprendido que la única esperanza para un mundo doliente
es Jesús, que Dios es para nosotros, que las promesas de Dios son ciertas, el
regreso de Dios es una verdad preciosa, el mundo se ha colocado en el mal, la
soberanía de Dios y su bondad son el fundamento para la paz y la esperanza de
la Iglesia. Hemos aprendido asimismo que
el libro de los salmos es preciosísimo.
¿Por qué los yihadistas odian tanto la cruz?
No
estoy seguro de si tienen algo escrito en sus libros específicamente contra la
cruz, pero sé que la odian porque es el símbolo del cristianismo y, allá donde
se erige, entienden que el cristianismo es la religión dominante y que se le
tiene por la religión correcta. Su libro rechaza la cruz: se considera un
escándalo que Dios permita algo así para Su profeta (Cristo). Piensan que la
cruz es una invención de los cristianos y nos acusan de adorar la cruz como un
ídolo.
Otra
cosa: creo que hay algo espiritual en ese odio específico de la cruz. Recuerde
que la cruz es el instrumento con el que Cristo venció a Satán.
¿Es usted partidario de una intervención armada?
No,
no lo soy.
¿Cómo están ayudándole las diferentes iglesias evangélicas del mundo?
Con oración, apoyo y haciendo de la presencia
de cristianos en la zona un elemento en la visión internacional de la crisis.
¿Podrá repararse alguna vez el daño material, físico y
espiritual hecho a esta región?
Rezamos y confiamos en que aunque el mal esté
descontrolado y la oscuridad cubra la tierra, la gloria de Dios brillará a
través de Su iglesia. Confiamos en que el Señor está obrando algo más allá de
nuestros pensamientos o planes. Está poniendo de manifiesto la falsedad de sus
valores religiosos para atraer a muchos de ellos a la luz de Cristo.
Humanamente
hablando, la reparación tardará una generación o incluso más. La historia nos
enseña que la voluntad de vivir prevalece y, antes o después, la lucha cesa y
la reconstrucción empieza.
Carl y Marsha Mueller, padres de la
cooperante estadounidense Kayla Jean Mueller (Prescott,
Arizona, 14 de agosto de 1988-2015), víctimas
directas del terror yihadista que se cobró la vida de su hija a sus jóvenes 26
años.
¿Cómo era Kayla?
Kayla era amorosa, alegre, una joven llena de paz. Era
devota y compasiva. Dedicó toda su joven vida a ayudar a aquellos en búsqueda
de libertad, justicia y paz. Quizás no tenía suficiente poder para llegar a
tanto, siendo solo una pequeña persona.
¿No era Kayla demasiado joven para comprender
verdaderamente el peligro al que se enfrentaba viajando a esa zona?
Sí, era demasiado entusiasta por su juventud y, por
supuesto, seguramente un poco ingenua. Pero, ¿quién no lo es a esa edad?
¿Cuántos errores hemos cometido todos en la vida por ingenuidad y no los
pudimos evitar? Lo que hizo Kayla fue marcharse a un lugar que era más
peligroso que la mayoría de lugares. Y no pudo evitarlo. Ella tenía que ir allí
y ayudar.
¿Era difícil retenerla?
Es que era su pasión, y no había nadie que pudiera
detenerla, fueran amigos íntimos, allegados, daba igual. Ella era así. Cuando
volvía a casa ya estaba pensando en ganar el suficiente dinero como para
comprar otro billete de avión y regresar a trabajar ayudando a la gente. Tenía
que estar ocupada en hacer algo para ayudar a los demás. Y mientras lo hacía,
era feliz. Hace tiempo que acepté que no
puedo tener el control sobre la vida de mis hijos. Yo solo podía rezar y
ponerla en manos de Dios, pidiéndole que la protegiera.
¿Cómo supisteis que había sido capturada?
Por una llamada de teléfono, a las 5 de la mañana. Nos
dijeron que había sido detenida. Ése mismo día nos dimos cuenta realmente de la
gravedad de la situación.
¿Qué les dijeron sus captores?
Nos dijeron su nombre completo, nos dijeron que estaban con
ella, que era su prisionera y lo que tendríamos que hacer si queríamos que
regresara a casa.
¿Pensabais que era
posible su liberación?
Durante ese tiempo sentimos que realmente teníamos una oportunidad
de salvar a Kayla, porque estuvimos comunicándonos con sus raptores, a
diferencia de otras familias. Pero teníamos que conseguir un rescate de 6,2
millones de dólares, y eso era demasiado dinero. Era imposible reunir esa
cantidad. Pero sí teníamos la sensación de que ellos querían liberar a Kayla.
¿Cómo se sobrelleva esa situación, viendo lo que les estaba
pasando a los otros rehenes?
Apoyándonos en Dios, rezando para que pudiera
ser liberada y no la asesinaran. No solo
se llevaron a nuestra hija, sino año y medio, 18 meses de nuestra vida.
¿Hizo el gobierno de los EEUU lo suficiente para ayudarles?
Pensamos que querían ayudarnos de verdad, pero la
política... Somos conscientes de la política de no pagar el rescate, pero por
otro lado, cualquier persona entenderá que un padre haría cualquier cosa por
llevar a su hijo a casa. Lo intentamos. Lo pedimos. Pero Washington antepone la
política a las vidas de los ciudadanos estadounidenses.
¿Cómo queréis que se la recuerde?
Kayla ha tocado el corazón del mundo. El mundo llora con
nosotros. El mundo se duele con nosotros. El mundo quiere ser como Kayla. Y si
ese es su legado y la huella que deja en el mundo, entonces esto es una cosa
maravillosa. En la carta que nos escribió decía: «He llegado a ver que hay
cosas buenas en cada situación. A veces sólo tenemos que buscarlas». Pues bien,
ahora eso es lo que estamos tratando de hacer. Queremos que el mundo nos ayude
a permitir que las manos de Kayla sigan asistiendo a las personas que están
sufriendo. Sobre todo en el pueblo sirio, que ha padecido tanto, y allí es
donde el corazón de Kayla está ayudando en este momento.
El Padre Luis Montes (1970). Darregueira, provincia de
Buenos Aires, Argentina), misionero en Irak y párroco de la
Catedral de Bagdad. Fue ordenado
sacerdote en 1996. Lleva 20 años en Oriente Próximo: en la localidad palestina de
Ortas, situada al lado de Belén, donde se ofreció para participar en la
fundación de un monasterio contemplativo; un año en el norte de Jordania y seis
en Alejandría, en Egipto, donde fue 7 años Superior Provincial del Instituto
Verbo Encarnado, y desde 2010 está en Irak. Llegó
a Irak pocos días después del fatídico 31 de octubre de 2010, cuando unos seis
hombres armados con ametralladores irrumpieron en la misa dominical de la
iglesia siro-católica Nuestra Señora de la Salvación, en Bagdad. Murieron 58
personas, entre ellos, dos sacerdotes. Las cruces y otros símbolos
religiosos estallaron en pedazos. El atentado fue reivindicado por
el Estado Islámico.
¿Por qué ha llegado a esta trágica situación Oriente
Próximo?
Por los intereses mezquinos de los hombres poderosos; de
los que ejercen el poder en sus pueblos y les fallan permanentemente; y de los
de afuera, que se interesan en la región por su valor económico y estratégico.
¿Cómo es la situación de las minorías, especialmente la de
los cristianos?
Es absolutamente dramática. Presionados, perseguidos,
asesinados de las maneras más brutales, sufriendo toda forma de violencia,
abandonados de los que podrían hacer algo. De los 1,5 millones de cristianos de
antes de la guerra, en Irak no quedan más que 300 mil.
¿Podrán sobrevivir en la región? ¿Existe alguna posibilidad
de detener el éxodo cristiano?
Sí, si se ponen urgentemente los medios para ello. Es
necesario hacer llegar ayuda humanitaria masiva; cortar la financiación externa
del Estado Islámico; apoyar y presionar al gobierno iraquí para que realice una
política inclusiva para todos; y ver en el seno de la ONU el modo de detener a
este grupo terrorista y permitir a la gente volver a sus hogares. El problema
es que son soluciones valientes que no se quieren tomar. Se prefieren tomar
medidas intermedias que no solo no solucionan nada, sino que traerán más muerte
en el futuro.
¿Qué pretende el Estado Islámico?
La implantación del Califato en los países musulmanes
primero, después en los países que estuvieron alguna vez bajo el Islam, como
España, y finalmente en todo el mundo.
¿Hay alguna posibilidad de entendimiento con los yihadistas
del autoproclamado Califato?
Para ellos, la misma noción de diálogo es una aberración.
Lo rechazan explícitamente. Pero, si se dejasen de cometer injusticias en Medio
Oriente, el Califato perdería mucho de su fuerza. Porque evidentemente en sus
filas hay mucha gente arrastrada por la decepción y la impotencia ante el mal
que han sufrido.
¿Cuáles son las repercusiones del conflicto de Irak en
Occidente?
Este conflicto trae inseguridad a todo el mundo. Con el
tiempo esto se verá más claro.
¿Podría hablarnos de los sufrimientos y alegrías de los
cristianos en Irak?
Los sufrimientos vienen de la maldad del corazón humano y
son patentes. La crueldad no solo se realiza, sino que se promociona como medio
de propaganda: crucifixiones, decapitaciones, torturas, violaciones,
secuestros, saqueos, etc. Este pueblo está sufriendo lo indecible. Las alegrías
vienen de la fuerza que Dios les da y que hacen que este pueblo sea un ejemplo
para todo el mundo. Vemos repetirse lo que ocurrió en las persecuciones de los
primeros siglos.
En ninguna otra parte se ve tan claro lo que enseña el
Concilio Vaticano II “La Iglesia «va peregrinando entre las persecuciones del
mundo y los consuelos de Dios» anunciando la cruz del Señor hasta que venga
(cf. 1 Co 11,26). Está fortalecida, con la virtud del Señor resucitado, para
triunfar con paciencia y caridad de sus aflicciones y dificultades, tanto
internas como externas, y revelar al mundo fielmente su misterio, aunque sea
entre penumbras, hasta que se manifieste en todo el esplendor al final de los
tiempos”.
¿La fe de los cristianos, en los años de persecución, se ha
reforzado o ha sufrido?
Ambas. La fe sufrida es la que da fuerzas. Se ve aquí lo
mismo que en el Calvario, la derrota de Dios es, en realidad, la gran victoria.
¿Cuál es la situación en este momento en Bagdad?
La gente no cree aquí que Estado Islámico pueda entrar en
la capital con tropas porque está fuertemente protegida. Han aumentado los
atentados (que por otra parte estuvieron siempre desde la invasión), pero la
vida continúa más o menos como antes. Lo que más se teme es que, aumentando el
odio, se llegue a una abierta guerra civil.
¿Ha pensado en abandonar el país?
Dios nos ha llamado a esta misión y queremos quedarnos con
este pueblo que se merece tanto. A todos
pedimos oraciones y que den a conocer lo que está pasando. Hace falta
concienciar al mundo del genocidio que se realiza en la región. Hace falta
movilizar a los cristianos para que recen más.
¿Qué ha aprendido de los cristianos de Irak?
Estamos viendo la persecución, la tortura, gente que ya no
tiene nada, que ha tenido que abandonar sus casas y que ha perdido el trabajo
de toda una vida. Ésa es la obra del mal en nuestros corazones, el mal que
destruye al hombre. Y por otro lado está la fuerza que Dios da a sus hijos, y
tenemos casos de heroísmo, gente que da la vida por Cristo, por sus hermanos. Y
eso hace que a la vez que muy triste, sea también muy edificante. Estamos
aprendiendo mucho de los cristianos iraquíes.
Monseñor Oliver Dashe Doeme (1960, Kwanoeng, Nigeria), es el obispo de la diócesis
nigeriana de Maiduguri. Recibió formación en primaria y secundaria en las
Escuelas de la Misión Católica local, entró en el Seminario Mayor de Makurdi
para los estudios de Propedéutica y Filosofía y concluyó los estudios de
Teología en el Seminario Mayor de S. Agustín. Ordenado sacerdote
el 18 de octubre de 1997, de 1997 a 1999 fue rector
del Seminario Menor de St. John Vianney en Barkin Ladi. De 1999 a
2006, rector del Colegio María Inmaculada en Zawan. De 2000-2009 fue párroco de
Anguldi. El Papa Benedicto XVI le nombró obispo el 13 de
agosto de 2009.
Por qué cree Ud. que Boko Haram ha surgido precisamente en
Nigeria?
Aunque en la aparición de Boko Haram en Nigeria concurren
factores políticos, sociales y económicos, su principal razón de ser es, sin
lugar a dudas, la islamización de Nigeria.
En Nigeria, ¿se considera a los cristianos ciudadanos de
segunda categoría frente a los musulmanes?
La Constitución de Nigeria defiende los derechos y la
libertad de culto de todos los nigerianos. Pero esto es así sobre el papel, no
en la práctica. En los estados del norte, predominantemente controlados por los
musulmanes, los cristianos no pueden adquirir terrenos para construir iglesias
o escuelas, ni tienen oportunidad de poder acceder a las altas instituciones ni
a empleos, entre otras cosas.
¿Ha favorecido a los cristianos el hecho de tener un
presidente cristiano en Nigeria?
No ha sido de gran ayuda porque se trata de un gobierno
indolente ante las penalidades de los cristianos en el noreste.
¿Rechazan con rotundidad los partidos islamistas de Nigeria
a Boko Haram como una amenaza para la paz?
No. No llegan a condenar abiertamente a Boko Haram. Son
tibios.
¿Sospecha que hay partidos políticos que están aprovechando
el terrorismo de Boko Haram para erradicar el cristianismo de Nigeria?
Aunque no se muestre abiertamente, secretamente el
principal partido de la oposición podría tener algún vínculo con Boko
Haram.
Usted ha defendido la intervención militar extranjera como
solución al problema de Boko Haram. ¿Por qué el Gobierno de Nigeria no puede
acabar con un grupo terrorista?
Puesto que nuestro pueblo carece de armas para defenderse,
y puesto que el Gobierno no se toma en serio la protección de sus vidas y propiedades,
la intervención extranjera ayudaría en gran medida.
¿Cómo valora la intervención militar de la coalición de
países africanos que actualmente está combatiendo a Boko Haram?
La presencia de estas fuerzas ha ayudado muchísimo a
recortarle las alas a Boko Haram. Tal y como están las cosas ahora, sus
miembros ya no pueden escaparse a Camerún, Chad o Nigeria, como solían hacer
antes. En las fronteras, los militares ya no se lo permiten.
¿Cómo se puede acabar con los yihadistas y con la
persecución a los cristianos de Nigeria?
Como el carácter subyacente en Boko Haram es
malvado, la mejor arma para combatirlo es la oración. En segundo lugar, cuando los musulmanes y los cristianos
se unan en este país para extirpar este cáncer de nuestro seno. Finalmente, si
Occidente puede acudir en nuestra ayuda para combatir a los terroristas.
Como obispo, ¿cuáles son las preocupaciones principales de
los cristianos de su diócesis?
Las principales preocupaciones de los cristianos en esta
parte del mundo comprenden:
a) la total eliminación de Boko Haram, de manera que puedan
servir a su Dios en paz;
b) la
rehabilitación de aquellos que han sido desplazados y han visto destruidas sus
propiedades;
c) la reconstrucción de las iglesias destruidas;
d) la
reconstrucción de los complejos escolares destruidos, de manera que sus hijos
puedan regresar a la escuela.
¿Cómo ve el futuro del cristianismo en su país?
El futuro es brillante para nosotros, los cristianos,
porque, tras esta crisis, terminaremos siendo más fuertes que antes.
Monseñor Bashar Matti Warda (1969, Bagdad, Irak) es
desde 2010 el arzobispo caldeo católico de Erbil. Nacido
en el seno de una familia caldeo-católica, a los 12 años ingresó al
seminario, y fue ordenado sacerdote en 1993. En 1995 ingresó en la Orden
Redentorista y luego realizó su licenciatura en Teología Moral en la
Universidad de Lovaina. En 2001 fue designado párroco de la mayor iglesia de Bagdad. Fue
administrador apostólico de la Diócesis de Zaku desde julio de 2007 hasta su
fusión con la Diócesis de Amadiyah, en junio de 2013.
¿Cómo definiría lo que ha ocurrido en Irak tras
el ascenso del Estado Islámico?
Lo que ha sucedido en Irak es una gran tragedia.
Es una regresión a la oscura edad árabe y la pérdida de los principios humanos.
Es una aniquilación fatal de la civilización y todo aquello que la humanidad ha
estado luchando por construir en términos de valores, símbolos y pensamiento de
civilización. Se trata de terrorismo, matanzas, desplazamientos forzosos y
genocidio especialmente perpetrado contra las minorías étnicas y
religiosas no musulmanas, a manos del islam radical, al que se le ha ofrecido
un cheque en blanco para causar estragos allí donde prevalezca. El quid
de la cuestión es porqué el islam radical puede actuar de esta manera sin ser
condenado.
¿Era previsible una situación de catástrofe
humanitaria como la que se ha vivido en Irak?
Sí, la crisis humanitaria era totalmente
previsible. Al retirarse de Irak en 2011, los americanos dejaban el país sin
haber encontrado soluciones básicas en cuanto al establecimiento de una
democracia secular y un gobierno tecnocrático. Dejaron atrás un país con una
constitución importada, débil y contradictoria en su orientación religiosa,
sectaria y democrática; una constitución que fue preparada y cocinada en el
despacho de un abogado en América, en colaboración y coordinación con los
influyentes poderes religiosos y políticos para servir sus intereses estrechos
y egoístas.
Estos poderes políticos y religiosos jugaron
sucio, incitando a una lucha sectaria y política en detrimento de las minorías
étnicas y religiosas no musulmanas y sentaron las bases de una asociación en la
que no había lugar para esas minorías que forman parte del pueblo iraquí. Ello
dio lugar al surgimiento de un gobierno débil y corrupto, a la ausencia de ley,
a la extensión de la corrupción en todas las instituciones del Estado y a una
sociedad desintegrada. Una de las consecuencias más graves fue la aparición de
movimientos radicales islámicos que condujeron a Irak al actual estado de
anarquía. Las primeras en padecer esta situación fueron las minorías étnicas y
religiosas no musulmanas.
Usted ha defendido la intervención militar como
única vía de derrotar a las milicias del Estado islámico. ¿Por qué no es
posible el diálogo con este Islam radical?
La intervención militar es la única manera de
poder derrotar al ISIS, porque representan una ideología oscura carente de todo
valor humano y de civilización. Su única intención es dominar y destruir. Se
asemeja a una epidemia destructiva que ha de ser combatida con la medicación de
la intervención militar.
En cuanto a la imposibilidad de un diálogo,
permítanme señalar que no somos parte de ninguna lucha o ningún combate en
Irak.
Si alguna vez fuera necesario un diálogo entre
dos adversarios, por así decir, entonces dicho diálogo debería basarse en el
equilibrio mutuo. Sin embargo, ¿cómo podría existir jamás un diálogo entre una
parte fuerte y poderosa que no cree ni en la mera existencia de la otra parte,
que no la considera ni merecedora de poder vivir, una parte que debe ser
aniquilada por razón de su etnia o su religión?
A lo largo de más de 1000 años, siempre ha
habido un diálogo con los representantes del islamismo radical. El lamentable
resultado es que el cristianismo ha ido decreciendo significativamente en
Oriente Medio al tiempo que el islam radical ha ido cobrando pujanza y se torna
más destructivo. ¿Es acaso posible el diálogo entre el lobo y el cordero? No,
ello atenta contra las reglas de la lógica, especialmente cuando el lobo
considera que el cordero no tiene derecho a existir y que, básicamente, fue
creado para ser devorado por él.
¿Cómo han sido acogidas en Occidente sus
peticiones de ayuda?
No estoy del todo seguro de que Occidente haya
recibido nuestro mensaje de socorro. Incluso si les ha llegado, no hemos tenido
una respuesta positiva. Después de todo, ¿quiénes somos nosotros y qué
significamos para el Occidente secularizado y capitalista, que probablemente ni
siquiera sea consciente de nuestra existencia? Los medios occidentales apenas
son conscientes de aquello por lo que hemos pasado; así pues, no han llevado a
cabo la cobertura de las graves violaciones de los derechos de las minorías
étnicas y religiosas no musulmanas en Irak en calidad de crímenes de genocidio,
por su perpetración regular y sistemática.
Sólo ha habido declaraciones de condena y
denuncias por parte de algunos gobiernos occidentales. La consecuencia ha sido
el descenso del número de cristianos en Irak, de 1,5 millones a tan sólo
300.000, en una década. Más allá del apoyo moral y financiero de las iglesias y
de las organizaciones internacionales humanitarias, cuyos esfuerzos apreciamos
enormemente, ningún Estado occidental nos ha ofrecido ayuda humanitaria.
¿Cree que lo que busca el yihadismo es una
limpieza étnica en la zona?
En efecto. Lo que los yihadistas están buscando
es una limpieza étnica y religiosa de minorías religiosas y étnicas no
musulmanas. Esto queda plenamente patente en la desaparición de estas minorías
de las grandes ciudades de Irak y en áreas, como las llanuras de Nínive, donde
solían constituir una mayoría y en las que habían existido durante milenios.
¿Qué ha sucedido con los cristianos y otras minorías étnicas y religiosas en
Basora, Bagdad y Mosul? ¿Acaso están de picnic o algo por el estilo? ¿Se han
tomado unas cortas vacaciones para regresar en una semana o en un mes? La
experiencia histórica nos dice que los cristianos desplazados nunca han podido
regresar a las áreas y pueblos de los que se les echó.
¿Era posible, antes del ascenso del Estado
islámico, predicar en libertad la palabra de Dios en Irak?
A lo largo de los siglos, hemos estado siempre
en el punto de mira por nuestras creencias cristianas, sin haber llevado a cabo
ninguna labor misionera, ni explícita ni implícita. Esto ha sido así antes y
después del ascenso del ISIS. Así las cosas, ¿qué ocurriría si lleváramos a
cabo abiertamente una labor misionera? El único modo que tenemos de extender la
palabra de Dios es viviendo al Señor Jesucristo en los detalles de nuestra vida
cotidiana, en nuestra interacción con nuestro entorno inmediato y lugar de
trabajo.
¿Por qué este Islam radicalizado ha declarado la
guerra a Occidente?
El Islam radical sólo ve el mundo a través de
sus estrechas miras. Un mundo en el que no hay lugar para cualquier cosa que
sea incompatible con su cultura e ideología lúgubres, basadas en la matanza, el
saqueo y el desplazamiento forzado. Cree que tiene un mensaje que dar a través
de la islamización de todo el orbe. A pesar de los gobiernos seculares, los
movimientos liberales y la orientación secular de la gran mayoría de la gente
en Europa occidental, la única imagen que ve el islam radical es una Europa
cristiana que ha de ser convertida y utilizada para su objetivo de convertir al
mundo entero.
¿Se ve mejor a Dios en medio del sufrimiento?
En tiempos de crisis y aflicción, la gente
recurre a Dios para aliviarse del sufrimiento, la injusticia y la miseria que
experimenta, cuando no tiene otro remedio. Algunos de ellos consideran que Dios
les ha abandonado y se ha olvidado de ellos. Otros siguen viéndole como un
redentor y un salvador que se manifestará tarde o temprano. Esto es lo que
nosotros predicamos y aquello a lo que exhortamos.
¿Qué ha aprendido de las experiencias de sus
fieles cristianos?
Lo que he aprendido de mis fieles es que somos
un pueblo y una iglesia que está siempre en movimiento. Vamos siempre tras
nuestra patria a causa de nuestra fe, sin ni siquiera ser capaces de soñar con
tener una patria regida por una constitución justa y unas leyes que traten a
todos por igual. Ésta es la cruda realidad en Irak hoy en día. Sin embargo,
puesto que llevamos nuestra fe con nosotros donde quiera que vamos, nuestro
desafío consiste en conservarla ante los modernos movimientos seculares del
mundo actual, donde las iglesias y los monasterios están desiertos o han sido
convertidos en lugares turísticos.
¿Cree en esa frase, atribuida a Tertuliano, que
dice: «sangre de mártires, semilla de iglesia»?
Probablemente, el dicho de Tertuliano sólo se
aplique a la situación de la Iglesia y del cristianismo durante las grandes
persecuciones. Basándonos en los hechos históricos de la Iglesia oriental,
descubrimos que donde quiera que fuera perseguida, pronto florecía en otro
lugar, como ocurrió con la expansión del cristianismo en Persia, Magnolia,
Afganistán, etc. Hoy, a pesar de ser una iglesia testimonial y mártir —a pesar
de la sangre de sus mártires derramada por todo Oriente Medio—, está siendo
desraizada de su patria sin florecer y crecer en los alrededores simplemente
porque la estrangulan ideologías radicales.
Mireille al Farah (Damasco, Siria,
1979) es una de las muchas grandes voces de cristianos perseguidos. Estaba
en Barcelona en 2011, cuando estalló el conflicto sirio, y no ha podido regresar a su país. Su madre y sus
hermanos viven ahora con ella en España.
¿Cómo era la Siria de antes de la guerra?
Antes de la guerra teníamos todo, éramos un país
rico, íbamos muy bien. Siria era uno de los países más respetuosos en cuanto a
libertades religiosas, los cristianos hemos existido aquí desde siempre.
Históricamente, primero estaban los paganos, luego estaban los paganos y los
judíos, luego los cristianos. Después, llegaron los musulmanes. Eso tienen que
entenderlo. Es nuestra tierra.
¿Había convivencia pacífica entre las diferentes
religiones?
Siria tiene una sociedad multiconfesional, 17
confesiones diferentes, y hemos siempre convivido en paz. En la escuela éramos
musulmanes, cristianos y judíos en la misma clase, sentados en el mismo banco.
Y así era en todas partes. Yo personalmente, y muchos otros como yo, he llevado
siempre colgada mi cruz, nunca he tenido miedo o preocupación de declarar ni de
practicar mi fe.
¿Por qué se ha llegado a este odio contra los
cristianos?
Ahora, y lo digo con pena en el corazón, la
situación de los cristianos y de las minorías en Siria no es nada segura ahora.
Los yihadistas e islamistas persiguen a los cristianos de forma cruel. Cuando
ocupan una ciudad donde hay familias cristianas les obligan a convertirse al
islam, y si se niegan los decapitan o los crucifican. En Siria, nosotros, los
cristianos, estamos viviendo los primeros días del cristianismo. La mayoría de
los cristianos prefieren morir a renunciar a su fe.
¿Ha golpeado la tragedia de cerca a tu familia?
Mi padre tuvo que abandonar su tienda, y el
Estado Islámico mató a sus empleados, aunque él, por milagro, consiguió huir de
la ciudad. Los empleados eran musulmanes, los mataron porque su jefe era
cristiano. Ahora él ha quedado traumatizado, no se fía de nadie. La muerte está
en cada calle, en cada esquina: otro de mis tíos murió el año pasado, herido
mortalmente por la metralla de un mortero.
¿Sigues conservando amigos musulmanes? ¿Qué te
dicen?
Tengo amigos musulmanes y judíos, no tengo
problemas con ellos, son moderados. Pero hay barrios ocupados totalmente por
los islamistas y la gente que vive allí que tiene que escoger, y se pone del
mismo bando para salvarse.
Con tus amigos cristianos de Siria mantienes el
contacto y rezas el rosario por videoconferencia con ellos…
Tenemos una cadena de
oración que funciona las 24 horas, desde la comunidad de la iglesia de Hanania,
en Damasco, que fue donde se convirtió San Pablo. Así, mantenemos unidas
nuestras comunidades cristianas, lo que se han quedado en Siria y los que nos
hemos marchado, y juntos rezamos el rosario por la paz.
¿Cómo mantiene uno la fe entre tanto horror?
Creo que esa fuerza nos la da el Espíritu Santo.
Sabemos que ser cristiano puede llevarte a ser perseguido. Lo dijo Cristo, os
perseguirán a causa de mi Nombre.
Dices que cuando vas a misa aquí en España, no
puedes contener las lágrimas. ¿Por qué?
Inevitablemente pienso en mi familia que sigue
en Siria y que no ha renunciado a su fe a pesar de todas las dificultades.
Siguen yendo a misa y arriesgan su vida para hacerlo. Y mientras yo aquí puedo
libremente vivir mi fe, ir a la iglesia, como antes de la guerra podía hacerlo
en Siria.
¿Qué has aprendido de la guerra?
Quizás a perdonar.
Perdonar al agresor o querer al enemigo es una misión difícil pero yo siempre
pienso en Jesús, quien perdonó a los que le querían matar en la cruz. Si lo ha
hecho Jesús, el creador de este mundo, ¿por qué no lo hago yo también? Yo sé que
estos agresores no son conscientes del mal que hacen. Creo que nos necesitan,
nuestra ayuda y nuestras oraciones para que venga Dios y les haga ver la
verdadera luz.
¿Volverá Siria a ser lo que fue, o es
imposible después de lo que ha sucedido?
Yo tengo esperanza. Hemos sobrevivido a otras
épocas de persecución. Esto se va a solucionar tarde o temprano. ¿Cuándo? No lo
sé, pero lo importante es que cuando
acabe no quede odio, que nos mantengamos unidos.
Joseph Fadelle Nació en Irak en 1964, de nombre
Muhamed Fadel-Ali, en el seno
de una influyente y acomodada familia musulmana; gracias a la
influencia de su padre logró hacer el servicio militar en Basora en 1987, lejos
del frente de combate contra Irán. Sin embargo, en este destino libraría otra guerra,
esta vez interior, tras conocer al soldado cristiano Masud. De sus
conversaciones con él, se despertó
Fadelle un ardiente deseo de conocer a Cristo. Vivió su
conversión en secreto durante meses, hasta que su esposa Anuar, con la que se
había casado por exigencia de su familia, lo descubrió y le apoyó en su
decisión. Sin embargo, su familia emprendió contra él el camino de
la venganza y la muerte: por convertirse al cristianismo,
se vio obligado a huir de su país con su mujer y dos hijos debido a una fatwa emitida
contra él.
A instancias de su padre, fue torturado y encarcelado por
el régimen de Saddam Hussein durante
meses para que regresara al Islam. Luego fue liberado, pero bajo arresto
domiciliario. Tuvo que esperar mucho antes de ser bautizado, pues las
autoridades católicas temían violar una ley iraquí que prohíbe las
conversiones. Una vez huyó del país hacia Jordania, escapó
milagrosamente a un intento de asesinato organizado por su propio hermano,
que le dejó tendido en la cuneta y en el que le dieron por muerto. También
fue falsamente acusado por un musulmán perteneciente a la UNHCR (Alto
Comisionado de la ONU para los refugiados), quien le denunció ante las
autoridades occidentales de complicidad en el ataque con gases contra los
kurdos, que dejó 5.000 muertos.
Fadelle vive
en Francia desde 2001 y ha obtenido ya la nacionalidad gala. Su autobiografía, “El precio a
pagar”, publicada en 2010, vendió 50 mil copias en solo un año.
En ella, describe su conversión, y se refiere a Mahoma como un estratega
político, no un hombre religioso, y al Islam como una prisión de la que su
conversión lo liberó. Fadelle lleva escolta por estar amenazado de
muerte.
Usted ha sufrido tortura, cárcel, intentos de asesinato,
por el solo hecho de querer ser cristiano… ¿No encontró a nadie que le tendiera
una mano?
El Señor estaba presente conmigo en todo
momento, en la prisión, en el exilio, en los atentados. El Señor ha puesto en
mi camino a cristianos que me han socorrido a lo largo de todo mi calvario y mi
exilio. El clero era el que no atendía en absoluto mis súplicas, pero los
fieles cristianos me acogieron enseguida en sus grupos de evangelización y me
encomendaron en sus oraciones. Por
el contrario, ni en mi familia ni en mi entorno musulmán, me tendieron una
mano. De hecho, es imposible que un musulmán ayude a otro, desertor, que se ha
convertido al cristianismo: tienen la obligación de verter la sangre de quien
deserte del islam. Hay un versículo coránico y un hadit (costumbre)
en los que Mahoma ordena matar a todo musulmán que abandone el islam y cambie
de religión. Así las cosas, un musulmán podrá ayudar a un convertido como yo,
sólo en el supuesto de que reflexione, tome perspectiva respecto del islam y
actúe según su conciencia humana. En el islam, el hombre no puede seguir el
impulso natural de su humanidad que lo llevaría a socorrer al convertido. Ése
es el motivo por el cual mi propia familia intentará, por todos los medios,
acabar conmigo, que soy su hijo. Es el Corán el que dicta su comportamiento y
el que asfixia en ellos todo afecto y vínculo paternal y fraternal.
¿Cómo fue su conversión?
La lectura del Evangelio me lleva a descubrir la persona de
Cristo: un encuentro verdadero con Él; el nacimiento en mí del amor por su
persona; un amor que invade todo mi ser y que ya no cesará jamás de crecer en
mí. Cristo se convierte en mi pasión al más alto exponente. Las palabras no
bastan para describir mi amor por el Señor.
¿Cómo descubrió su familia que había decidido ser
cristiano?
Para empezar, mi familia observó un cambio radical en mi
manera de ser. Al intrigarles mi cambio, me vigilaron y registraron mi
biblioteca, donde encontraron la Biblia: el antiguo y el nuevo testamento. Mi
padre fue también a preguntar a mi hijo de cuatro años y a indagar a dónde iba
él con sus padres. El niño le contestó santiguándose con toda destreza. Esto
fue para mi padre la señal inequívoca de mi conversión, de nuestro frecuentar
la iglesia en familia.
¿Pensó alguna vez que seguir la fe de Cristo le ocasionaría
tanto sufrimiento?
Al principio pensaba que era fácil seguir a Cristo y
abrazar la fe cristiana, pero, al mismo tiempo, la persecución no sería una
sorpresa, pues, precisamente Cristo me había prevenido bien en el Evangelio de
que, por causa de Él, sería perseguido, torturado por los míos. Así que no me
extrañaba padecer tantos sufrimientos.
Usted que conoce perfectamente el Islam, ¿es posible llegar
a un entendimiento con él desde el respeto mutuo y la tolerancia?
Con el Islam no es posible el diálogo en el marco del
respeto y la tolerancia, puesto que ordena matar a los no creyentes y, por
tanto, a los no musulmanes. El Corán es palabra de Dios, así que matar al no
creyente es una orden de Dios. ¿Cómo no va uno a obedecer a Dios?
Pero dialogar con los musulmanes sí es posible. Yo invito a
distinguir entre el islam y los musulmanes. El Islam es malo y peligroso, pero
los musulmanes son nuestros hermanos en Cristo y somos responsables de ellos,
de su salvación. Tenemos que amarlos, que acogerlos con respeto. Debemos
transmitirles la luz de Cristo que está en nosotros.
¿Qué tiene Occidente que causa tanta aversión al Islam
extremista?
El Islam considera que el Occidente es impío; los
occidentales no musulmanes son impíos. El Islam puede conquistar el Occidente
por «el vientre de sus mujeres».
¿Qué sintió el día de los atentados del Charlie
Hebdo?
Me lo esperaba. No me sorprendió en absoluto. Sabía que
aquél que insulta a Mahoma resulta tarde o temprano asesinado por los
musulmanes. Hay un hadit que dice claramente que el que blasfeme
contra Dios puede arrepentirse y ser perdonado, pero aquél que insulte y se
burle de Mahoma no será jamás perdonado y será reo de muerte. Lo de Charlie
Hebdo fue una evidencia que terminó por tomar cuerpo.
¿Por qué cree que las atrocidades de los yihadistas
irradian tanto atractivo para los jóvenes musulmanes criados en Europa?
Estos jóvenes musulmanes quieren gustar a Dios y seguir sus
mandamientos, recogidos en el Corán, que es considerado palabra de Dios. Ahora
bien, en el Corán, Dios manda matar a los no musulmanes, los politeístas. Hay
muchos versículos que ordenan matar. Por ejemplo, el nº5 de la sura 9. Eso es
lo que empuja a las atrocidades de la guerra yihadista a los jóvenes
musulmanes: aplican el Corán y siguen los mandamientos de Dios.
¿A qué cree que es debida la expansión del Estado Islámico
en su país natal y Siria?
Allá donde la autoridad flaquea y desaparece, se desarrolla
el islam llevando a los musulmanes fervientes a aplicar los versículos
coránicos y, por tanto, a matar. Hay un único islam, puesto que hay un único
Corán.
¿Cómo ve el futuro de Irak?
El porvenir de Irak, como el de todo país musulmán, es
sombrío. El Islam combate el desarrollo de todos estos países. El desarrollo es
una amenaza para el Islam. El desarrollo, sobre todo a través de la herramienta
que es internet, permite a los musulmanes acceder al conocimiento del Corán,
descubrir la verdad histórica del islam, reflexionar y debatir en torno al
Corán. El Islam se defiende combatiendo el desarrollo y manteniendo a toda
costa al mundo musulmán en la oscuridad y la ignorancia. Internet contribuirá al
hundimiento del Islam. Lo peor está ante nuestros ojos. ¿Cómo no reflexionar
sobre el asesinato del piloto jordano quemado vivo, sobre la base de los
versículos coránicos? Quemado vivo por haberles atacado bombardeando al Daesh.
Usted manifiesta que los cristianos debemos ayudar a los
musulmanes a descubrir la Verdad de Cristo… ¿En qué se equivoca el Islam?
El Islam se equivoca de principio a fin. El Corán es
incoherente y está lleno de errores de todo tipo. Si uno lo estudia, no puede
admitir que sea palabra de Dios. ¿Cómo puede Dios ordenar matar? Yo remito a
todos los musulmanes al versículo 5 de la sura 9 y les pido que reflexionen con
toda honestidad y libertad: ¿es Dios el que habla en el Corán? ¿Es
verdaderamente el Corán palabra de Dios con todas las incoherencias y la
criminalidad que alberga?
¿Cree que la opción de un Occidente laico, que renuncia a
sus raíces cristianas, podría detener ese odio, o por el contrario lo
acrecentaría?
La opción laica adoptada por Occidente le coloca aún más en
el punto de mira del Islam. Un laico para el Islam es un impío peor que un
creyente de cualquier religión. El Islam ordena matar al impío.
Sobre Ud. pesa una fatwa… ¿Cómo se vive sabiendo que el
cualquier esquina puede haber un fanático dispuesto a matarle?
Cada día pido al Señor que me tome en su
morada. Soy consciente del peligro de la fatwa que pesa
sobre mi cabeza y que, en cualquier momento, un musulmán podría matarme. Morir
por el Señor es un honor para mí; el martirio es una gracia que espero saber merecer.
¿Ha conseguido perdonar a su familia?
Sí, he conseguido perdonarla. Hoy soy muy
feliz de quererles y de luchar por su conversión. Quiero a todos los musulmanes
y rezo por ellos, por su salvación. El perdón ha sido para mí un camino largo y
arduo. No he conseguido perdonar más que gracias a la oración, muchas
oraciones. He rogado mucho al Señor y he pedido a mis amigos cristianos, a
sacerdotes que rezaran por mí, para que llegara a perdonar. Sin la continua
oración no habría nunca logrado perdonar. El perdón es lo más difícil que me ha
pedido el Señor.