6 de abril de 2019

Sobre la eutanasia, el suicidio asistido, la muerte digna, o como quiera llamarse (aunque sé que no son sinónimos)


Otra vez rebrota el asunto de la eutanasia, muerte digna, suicidio asistido o como quiera llamarse. Me dan una lástima inmensa tanto esta mujer con ELA como su marido que la ha ayudado a morir. Pero estos rebrotes periódicos del tema, explotados mediáticamente de forma lacrimógena responden a una estrategia gramsciana (hablaré de Antonio Gramsci en un próximo envío) para socavar las bases de la civilización occidental. Un truco infalible es convertir un sentimiento humano que todos compartimos en la base de una legislación que haga de la “muerte digna” un derecho. Pongo “muerte digna” entre comillas porque lo de esta pobre mujer no es una muerte digna. MUERTE DIGNA es la del que lucha hasta el final contra la enfermedad intentando animar a los que le rodean. Como mi amigo José María Cervelló, muerto de ELA por KO en el último round tras una pelea épica. Comprendo que no todos podemos ser como José María. Yo, desde luego creo que me quemaría si pusiese la mano en el fuego por mí en una situación así. Pero, seamos o no capaces de librar esa lucha si nos viésemos en una situación similar, la dignidad está en no tirar la toalla, por muy comprensible que sea tirarla. Ahora bien, creo que nadie con corazón querría que este pobre hombre acabase en la cárcel. Yo, desde luego, no quiero. Por eso creo que estas situaciones deben legislarse. No desde luego para transformar un delito en un derecho, sino para, desde su apreciación como delito, determinar atenuantes y hasta eximentes para casos especiales. Por supuesto, habrá que ser muy exigentes tanto en la definición de esos atenuentes/eximentes como en su aplicación judicial, pero estoy convencido de que deben existir para casos extremos y excepcionales. Y esto que digo para la eutanasia, lo aplico también al aborto. Pongo un ejemplo real, no hipotético. Una chica llegada de Honduras traída por una mafia. Al llegar, como parte del pago, es violada, se queda esperando y la echan a patadas Aborta. ¿Alguien querría que esa chica vaya a la cárcel? Quiero creer que absolutamente nadie. Por eso, también para el aborto, considerándose un delito, debe haber atenuantes y eximentes (y también agravantes). Pero de ahí a un derecho universal... Y, por supuesto, lo que debemos hacer como sociedad es lograr que las personas en esas situaciones límites encuentren un soporte que las ayude. Para el tema del aborto hay fundaciones como la fundación Madrina o Redmadre que intentan apoyarlas. Ahí deberían volcarse los recursos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario