La semana pasada, tras hacer unas reflexiones sobre el precio de la electricidad, expresé mi opinión de que el gobierno metería mano y de que sería peor el remedio que la enfermedad. Así a sido lo primero y parece que también lo segundo. Ya se están empezando a notar los efectos adversos del decretazo de Sánchez para meter en cintura a las eléctricas en vez de meterse él mismo en cintura. Resulta que el gobierno nos ha engañado con el crecimiento del PIB. Menos mal que el INE ha puesto en su sitio esas infladas previsiones. En vez del 2,8% de crecimiento, el INE lo ha dejado en un 1,1%. Poco más de la tercera parte. Buena manipulación, pero antes se pilla a un mentiroso que a un cojo. Los hechos son los hechos. Además, ha obligado a AENA a rebajar, por otro decretazo, la renta de sus tiendas. Seguro que esto genera seguridad jurídica para atraer inversiones. Pero volviendo a las repercusiones del decretazo eléctrico. Parece que las energías que van a pagar el pato son las renovables y que, además, las eléctricas van a subir, las tarifas de los contratos a largo plazo. Amén de los pleitos que va a tener por parte de todas las eléctricas y de AENA. A eso se le llama que el tiro te salga por la culata. Vamos hacia la venezuelización con buen paso.
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