4 de febrero de 2022

Ucrania y la reforma laboral

La situación en Icrania y la reforma laboral no tienen más relación entre sí que su actualidad. Sólo ese factor común me lleva a hablar de los dos temas en la misma entrada.

 1º La crisis ruso-ucraniana.

Debido a la absoluna necesidad que tienen los medios de la rabiosa actualidad, la crisis entre Rusia y Ucrania ya no es noricia de primera página en los diarios. Lo cual no deja de ser una tranquilidad. Pero hay algunas cosas de carácter general de esta crisis que sí quiero expresar.

Tal vez un factor positivo de ella pueda ser que Europa despierte de su estúpido sopor buenista. ¿En qué sentido? En el de darse cuenta de que necesita, como el comer, una política de defensa común. Hasta ahora, no ha hecho más que esconder la cabeza debajo del ala, ante este tama espinoso, confiando en que los EEUU, esa potencia sin el magnífico estado del bienestar del que gozamos los europeos, nos proteja. Es decir postura infantil. Que papá cuide de nosotros para que nosotros podamos dedicarnos a jugar placenteramente al tiempo que le criticamos. Pero me temo que ese “tal vez” con el que empiezo este párrafo, no vaya a hacerse realidad. Porque, claro, esa política de defensa común necesita un presupuesto y, ¿de dónde va a salir el dinero? En mayor o menor medida, todos los países de la UE tienen, gracias a su magnífico estado del bienestar, unos déficits, un sistema impositivo y unas deudas públicas terribles. No parece que haya margen para cubrir los gastos necesarios para esa política de defensa común. A esto se une una inflación galopante, creada estúpida y ciegamente por el BCE por su brutal creación de dinero desde hace muchos años, negada durante todos ellos, calificada como coyuntural desde hace unos meses y, parece que este jueves, según dice la prensa de este viernes, reconocida por Lagarde que anuncia un fin en 2022 de la polírica de drogadicción monetaria. ¡Menudo mono nos espera! Además, aunque tuvueramos la posibilidad de aumentar los gastos de defensa, ¿serían capaces los estados de la UE ponerse de acuerdo en ello? La verdad es que lo dudo mucho. Si vemos qué está pasando con loa política energética, el panorama no es muy esperanzador. Ante la crisis energética que estamos viviendo, agudizada por el conflicto ruso-ucraniano, la UE ha declarado la energía nuclear y la del gas, como energías verdes. No entro en la cuestión de si los son o no lo son. Lo que quiero señalar es que tan solo esta declaración ha desatado la discordia ideológica. ¿Podemos esperar un acuerdo sobre los gastos en defensa común de esta jaula de grillos?

 

2º El esperpento de la votación de la reforma de la reforma laboral. 

No quiero hablar de si los diputados de UPN hicieron bien o mal en engañar con su intención de voto. Tampoco quiero ahondar la herida de la inmensa gilipollez del diputado del PP que se equivocó en el voto telemático. Sólo quiero resaltar algunos párrafos del reglamento del Congreso y algún precedente. Antes de citar, aclaro que la votación telemática se realiza tiempo antes de la presencial, precisamente para dar tiempo a lo que sigue.

Cito: “La Presidencia, u órgano en quien delegue, comprobará telefónicamente con el diputado autorizado (a votar telemáticamente), antes del inicio de la votación presencial en el Pleno, la emisión efectiva del voto y el sentido de éste. Una vez verificados  dichos extremos, el voto telemático emitido se trasladará a la Presidencia al inicio de la votación presencial en Pleno para que pueda anunciar el resultado acumulado de las votaciones”. Nótese el imperativo del texto. Y, luego: “El diputado que hubiera emitido su voto mediante el procedimiento telemático no podrá emitir su voto presencial sin el consentimiento expreso de la Mesa de la Cámara que, en el supuesto de que decida autorizar el voto presencial, declarará el voto telemático nulo y no emitido”. Aquí no hay imperativo sino una puerta abierta a la rectificación del error, lo que parece razonable. Pero no parece que la señora Batet, que estaba a por uvas cuando anuncio, en primera instancia, que la votación había sido negativa, hubiese estado informada y, tampoco parece que los trámites de comprobación telefónica imperativa se hubiesen hecho.

Y, ahora, el antecedente: En Julio de 2020, la Mesa del Congreso permitió a una diputada de Podemos ejercer su voto presencialmente después de haber pedido el voto telemático. Anteayer, no sólo no se admitió, sino que se impidió al diputado del PP el acceso al edificio del Congreso. ¿Cabe mayor sectarismo e irregularidad?

No obstante, ya estamos acostumbrados a cosas así. Pero el asunto traerá cola, si el Estado de Derecho funciona. Y, por otro lado, la fisura entre el gobierno social-comunista y sus socios de legislatura independentistas-terroristas, se agranda. Veremos en que acaba esto. Supongo que en el Supremo o el Constitucional o en ambos. Pero con independencia del resultado final, bueno para la democracia, no será.

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