Hoy cumplo,
Señor 64 años. 64 años en los que siempre has estado a mi lado, aunque durante
bastantes de ellos yo no haya estado a tu lado. Porque como decía san Agustín
“Tú estabas conmigo, pero yo no estaba conmigo” sino que vagaba por una noche
sin Ti. Pero Tú no has parado de llamarme y de atraerme a Ti, como un pescador
que va recogiendo muy lentamente el sedal para que no se rompa la boca del pez.
64 años en los que me has colmado con tus favores, cuando te los pedía y cuando
no te los pedía. Me has regalado una espléndida familia, la mayor riqueza que
podías darme. Pero, además, ¡me has dado tanto bien! Canto con el salmista:
“¿Cómo podré pagar al Señor todo el bien que me ha hecho?” y me contesto: No
podré. Ni en millones de vidas podría pagarte ni la infinitésima parte del bien
que me has hecho. No siquiera para contarlo me bastarían todas esas vidas. Por
eso mi alma canta su agradecimeiento, porque eso sí puedo hacerlo. Agradecer.
Desde mi pequeñez y mi pobreza, agradecer con toda mi alma. Y, siguiendo con el
salmista, “alzaré la copa de la salvación invocando tu nombre”. Sí, Señor, la
alzaré para que Tú la llenes con lo que quieras. Yo brindaré por Ti con ella,
dándote gracias.
No sé lo que me
espera en lo que me quede de vida. No sé cuánto más viviré, ni cómo moriré. No
sé las alegrías, las penas o las tragedias que me esperan. No lo sé, pero no me
quita el sueño el futuro. Porque lo que sí SÉ es que tú estarás a mi lado en
todos esos años que me queden, me pase lo que me pase. SÉ que Tú tienes un plan
para mí y SÉ que si yo me dejo llevar por ese plan, y no tengo más que querer
dejarme llevar para que Tú me lleves, lo mejor de mi vida está todavía en ese
futuro que me espera. Como el vino bueno de Caná. Puede que no sea lo que más
me apetezca. Puede que haya dificultades y dolores, pero es lo mejor. Lo mejor
para tu Reino, lo mejor para mi salvación y la de mi familia, lo mejor para la
salvación de este mundo tan revuelto y difícil. Y SÉ que, después de todo, Tú
me estarás esperando, con tu misericordia, para abrirme las puertas de tu
paraíso.
Gracias Señor.
Felicidades !
ResponderEliminarFelicidades!! Que cumplas muchos más al pie del cañón.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho lo que has escrito.
Abrazo
Juan