12 de marzo de 2015

Frases 12-III-2015

Ya sabéis por el nombre de mi blog que soy como una urraca que recoge todo lo que brilla para llevarlo a su nido. Desde hace años, tal vez desde más o menos 1998, he ido recopilando toda idea que me parecía brillante, viniese de donde viniese. Lo he hecho con el espíritu con que Odiseo lo hacía para no olvidarse de Ítaca y Penélope, o de Penélope tejiendo y destejiendo su manto para no olvidar a Odiseo. Cuando las brumas de la flor del loto de lo cotidiano enturbian mi recuerdo de lo que merece la pena en la vida, de cuál es la forma adecuada de vivirla, doy un paseo aleatorio por estas ideas, me rescato del olvido y recupero la consciencia. Son para mí como un elixir contra la anestesia paralizante del olvido y evitan que Circe me convierta en cerdo. Espero que también tengan este efecto benéfico para vosotros. Por eso empiezo a publicar una a la semana a partir del 13 de Enero del 2010.

Solo. Si hubiera un Dios, me parece que visitaría mi soledad y me hablaría familiarmente en medio de la noche. No me sentiría incómodo ante él ni avergonzado –tan sólo me asombraría de sentir lo que tengo de más universal, ser un efecto particular… Dios no tendría necesidad de mis remilgos, de mis temores, de mis sacrificios, de mis arrebatos forzados. Y no se trataría de bien ni de mal, de amor, de compasión, de pecado, de contrición, de salvación ni de recompensa, sino tan sólo de ternura y de resplandores entre nosotros. Habría una confianza inmensa, no sólo de mí en Él, sino también de Él en mí, y yo me sentiría tan infinitamente comprendido y concebido por el absoluto, y, en suma, tan verdaderamente creado por esa Persona, que todo sería aceptable, aceptado.

Paul Valéry. Cuadernos


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