26 de septiembre de 2008

Cruce de comentarios con Ignacio

Ignacio me escribe:

Hola, mi nombre es Criguer Ignacio, soy de Chile, soy cristiano y tengo mucha afinidad con la Iglesia Presbiteriana,estudio periodismo y estoy interesado en la filosofía y me gustaría conversar contigo. Estoy leyendo a Kant, tengo 3 libros de él, espero por favor me contestes, este es mi correo .....

Contesto:


Hola Ignacio.

Es una satisfacción ver que mis palabras llegan hasta chile.

Un placer conversar contigo, pero no esperes de mí demasiado. No soy un filósofo experto sino como dice en mi perfil del blog, una urraca que picotea aquí y allá y va amueblando su nido como puede.

Espero tus noticias.

Tomás

Me responde:

Hola, gracias por responderme ¿De qué país eres? ¿Eres cristiano, evangélico, católico? Tengo un libro de Shopenhauer, sobre Historia de la Filosofía y lo encontré a él, muy arrogante, una de las cosas que el dice que como era posible que hubiera teísmo en su época, ya que debería desaparecer muy pronto. Aparte de estar leyendo a Kant, leo a apologétas cristianos como Josh McDowell y Lee Strobell, los puedes encontrar en internet, he aprendido algo muy cierto, ya que en mi carrera de periodismo dicen la objetividad no existe y las verdades absolutas tampoco, pero eso es una incoherencia y una contradicción, ya que alguien al decir las verdades absolutas no existen está haciendo una declaración absoluta. Creo que hay un chileno importante en el tema de que la objetividad no existe, se llama Humberto Maturana y tiene la teoría de la autopoiesis, parecida o igual a la de niklas luhmann.


Le digo:

Hola Ignacio:

Soy español y católico y me encanta compartir con hermanos cristianos de otras confesiones.

Esto de la negación de la verdad y del relativismo es uno de los cánceres de nuestra sociedad. Pero creo que debemos ser muy cuidadosos con creernos en posesión de la verdad. Todos tenemos una visión parcial e incompleta de la verdad y la única manera de enriquecerla es buscándola en comunidad. Los que tenemos fe, sabemos que Dios existe y que Jesucristo vive, pero no caigamos en hacernos un Cristo a nuestra medida. Cristo es mucho más grande de lo que nuestra inteligencia pueda abarcar y reducirlo a nuestro tamaño es una forma de idolatría. Por eso tenemos que ser humildes con la verdad y ser buscadores de la misma junto con todo hombre de buena voluntad.

En fin, que me alegro de este contacto.

Un abrazo.

Tomás


Me contesta:

Es muy importante el tema de la verdad, ya que como cristianos debemos reconocer que la verdad existe, Cristo dijo "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida", y en otra oportunidad orando al Padre "Tu palabra es verdad" ¿Ha leído sobre la teoría sistémica y la de la autopoiesis? Un gusto poder conversar con usted. Dios le bendiga.


Le contesto:

Hola Ignacio

¡Claro que existe y que la podemos conocer y que nuestra obligación primera es buscarla! Lo que pasa es que no podemos conocer TODA la verdad porque nos supera. Cada ser humano, en su búsqueda contínua, aprehende una parte y, generalmente, mezclada con algunas cosas falsas. Por eso es necesario que los que la buscamos con buena voluntad sepamos dialogar para encontrarla. No se trata de un diálogo desde el relativismo de yo tengo MI verdad y tú TU verdad y yo tolero tu verdad. Esa tolerancia es en realidad indiferencia. Es un “me importas muy poco y si te equivocas peor para ti mientras no me des la lata”. Es una tolerancia ajena a la caridad. El diálogo positivo parte no de ocultar las diferencias, sino de ponerlas en claro con respeto y de analizarlas en conjunto, porque si uno tiene razón, el otro no. Y si el otro me importa (y yo mismo me importo) es importante que razonemos juntos para ver en dónde estamos cada uno en el encuentro con la verdad. Esto es respeto en la caridad. Eso es lo que yo creo que debemos hacer los hombres de buena voluntad.

Sobre Humberto Maturana, Nicklas Luhmann o la teoría sistémica y de la autopoiesis, ni idea. Ya te dije el la primera respuesta y lo digo en mi perfil, que no soy más que una urraca.

Un fraternal abrazo.

Tomás

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