5 de septiembre de 2012

Frases 5-IX-2012

Ya sabéis por el nombre de mi blog que soy como una urraca que recoge todo lo que brilla para llevarlo a su nido. Desde hace años, tal vez desde más o menos 1998, he ido recopilando toda idea que me parecía brillante, viniese de donde viniese. Lo he hecho con el espíritu con que Odiseo lo hacía para no olvidarse de Ítaca y Penélope, o de Penélope tejiendo y destejiendo su manto para no olvidar a Odiseo. Cuando las brumas de la flor del loto de lo cotidiano enturbian mi recuerdo de lo que merece la pena en la vida, de cuál es la forma adecuada de vivirla, doy un paseo aleatorio por estas ideas, me rescato del olvido y recupero la consciencia. Son para mí como un elixir contra la anestesia paralizante del olvido y evitan que Circe me convierta en cerdo. Espero que también tengan este efecto benéfico para vosotros. Por eso empiezo a publicar una a la semana a partir del 13 de Enero del 2010.



La fe es razonable, no como si fuese la conclusión de un razonamiento demostrativo, sino porque la acompaña y la corona una serie de signos en virtud de los cuales es “razonable” creer. La gracia no es una fuerza incoercible que caiga ya sobre uno, ya sobre otro, sino una luz que ilumina y unifica por arriba los indicios convergentes de la credibilidad –no se creería si no se viese que es preciso creer, decía santo Tomás–, y es también un atractivo que viene a relevar y a trasponer los esfuerzos morales realizados para disponerse al acto de confianza total de la fe.

Charles Moeller. Literatura del siglo XX y cristianismo. Tomo V, “Amores humanos”, capítulo dedicado a Simone de Beauvoir.



2 comentarios:

  1. En efecto es razonable creer, pero la fe no necesita esa certeza, es un salto en el vacio.
    Es la grandeza de la humildad del que vive la fe sin conocer, sin esa necesidad o esa inquietud de saber, el que está mejor preparado para comprender las enseñanzas de NSJ.
    Abrazos
    Juan

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  2. Cierto. La fe no necesita de una demostración apodíptica (perdón por el palabro, quiere decir como cuando se demuestra el teorema de Pitágoras en una superficie plana), que, por otro lado sería imposible para las cuestiones de la fe. Pero eso no quiere decir que la fe sea irracional, o que no se pueda encontrar esa racionalidad o que no sea bueno intentar razonar sobre su verosomilitud. Aceptar la fe como algo ajeno a la razón o contrario a ella, es algo que ha sido condenado por la Iglesia como fideísmo. La encíclica "Fides et ratio" de Juan pablo II empieza diciendo: "La fe y la razón son las dos alas con las que el espíritu humano se eleva para contemplar la verdad". (Cito de memoria, pero creo que es textual).

    Un abrazo Juan.

    Tomás

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