7 de abril de 2013

Brevísimo programa para el nuevo papado dado por el Cardenal Bergoglio antes de ser el Papa Francisco


En la reunión plenaria de los cardenales previa al cónclave, el cardenal Bergoglio pronunció unas breves palabras. El cardenal arzobispo de La Habana, Jaime Ortega Alamino le pidió sus palabras por escrito, porque coincidían plenamente con su visión de la Iglesia. El C. Bergoglio le dijo que no las tenía por escrito, pero al día siguiente, le dio un breve texto escrito en una hoja de papel. Cuando el C. Bergoglio fue elegido Papa, el cubano le pidió autorización para hacer públicas esas palabras. Autorización que le fue concedida. Hay quien piensa que estas palabras impresionaron tanto a los cardenales que fueron decisivas para la elección del C. Bergoglio como Papa. Yo así lo creo. Es evidente que, aunque breve, es el programa del pontificado de Francisco, porque en el cuarto punto dice como piensa él que debería ser el próximo Papa, sin sospechar que iba a ser él. No nos dejemos engañar por la brevedad de estas líneas. Tienen un mensaje muy profundo que puede hacer que la Iglesia se transforme de una manera impresionante. Transcribo a continuación este programa para la Iglesia con el Papa Francisco al timón. Los textos subrayados lo son por el propio C. Bergoglio. Yo me he permitido poner en negrita las cosas que más me han llamado la atención.

- Se hizo referencia a la evangelización. Es la razón de ser de la Iglesia.
- "La dulce y confortadora alegría de evangelizar" (Pablo VI).
- Es el mismo Jesucristo quien, desde dentro, nos impulsa.

1.- Evangelizar supone celo apostólico. Evangelizar supone en la Iglesia la parresía[1] de salir de sí misma. La Iglesia está llamada a salir de sí misma e ir hacia las periferias, no solo las geográficas, sino también las periferias existenciales: las del misterio del pecado, las del dolor, las de la injusticia, las de la ignorancia y prescindencia[2] religiosa, las del pensamiento, las de toda miseria.
2.- Cuando la Iglesia no sale de sí misma para evangelizar deviene autorreferencial y entonces se enferma (cfr. La mujer encorvada sobre sí misma del Evangelio). Los males que, a lo largo del tiempo, se dan en las instituciones eclesiales tienen raíz de autorreferencialidad, una suerte de narcisismo teológico. En el Apocalipsis Jesús dice que está a la puerta y llama. Evidentemente el texto se refiere a que golpea desde fuera la puerta para entrar... Pero pienso en las veces en que Jesús golpea desde dentro para que le dejemos salir. La Iglesia autorreferencial pretende a Jesucristo dentro de sí y no lo deja salir.
3.- La Iglesia, cuando es autorreferencial, sin darse cuenta, cree que tiene luz propia; deja de ser el mysterium lunae y da lugar a ese mal tan grave que es la mundanidad espiritual (Según De Lubac, el peor mal que puede sobrevenir a la Iglesia). Ese vivir para darse gloria los unos a otros. Simplificando; hay dos imágenes de Iglesia: la Iglesia evangelizadora que sale de sí; la Dei Verbum religiose audiens et fidenter proclamans (“La que escucha religiosamente la Palabra de Dios y la proclama con confianza”. Traducción del transcriptor, probablemente deficiente), o la Iglesia mundana que vive en sí, de sí, para sí. Esto debe dar luz a los posibles cambios y reformas que haya que hacer para la salvación de las almas.
4.- Pensando en el próximo Papa: un hombre que, desde la contemplación de Jesucristo y desde la adoración a Jesucristo ayude a la Iglesia a salir de sí hacia las periferias existenciales, que la ayude a ser la madre fecunda que vive de "la dulce y confortadora alegría de la evangelizar".




[1] La palabra “Parresía” también proviene del griego, y significa libertad para hablar, valentía, sinceridad, alegría, confianza. Es una palabra muy significativa en los Hechos de los apóstoles y en las Cartas de San Pablo, haciendo referencia a la valentía de San Pablo y de los primeros cristianos para anunciar el Evangelio que habían recibido.
(Copiado de la web:
[2] Acción y efecto de prescindir.


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