Esto de hacer llegar un post a tanta gente tiene la ventaja de que algunos comentarios te enriquecen. Concretamente, en el post de la semana pasada, copiaba un artículo mío de hace muchos años que llevaba por título una expresión que había oído no sabía dónde: “La increíble máquina de hacer pan”. Pues bien, uno de los remitentes del envío me lo ha aclarado. Proviene de un libro con ese mismo título de varios autores: S. Love Brown, K. Keating, D. Mellinger, P. Post, S. Smith y C. Tudor. No he leído la obra, pero creo que lo haré pronto. El libro empieza por una curiosa poesía, que también me mandó el remitente, traducida al español y que dice:
R. W. Grant
Tom Smith y la increíble máquina de hacer pan
Esta peregrina historia
trata del buen Tom Smith
que
le quitó el hambre al mundo
y
pasó de héroe a vil.
Tom
fabricaba juguetes;
eran
su especialidad.
Por
eso a todos asombra
cuando
se pone a hacer pan.
La
máquina que ha inventado
no
es de poco más o menos:
hace
el pan casi de balde,
en
rebanadas y envuelto.
¿Imagináis
el milagro?
¿Calculáis
las consecuencias?
Al
fin come el mundo entero
gracias
a Smith y su ciencia.
Lo
recibe el Presidente,
todo
el mundo lo festeja
y
honores y distinciones
llueven
sobre su cabeza.
Pero,
¿hay algo tan voluble
como
la cochina fama?
De
Tom, héroe de hoy,
nadie
se acuerda mañana.
El
tiempo vuela; y Smith,
aunque
se ha hecho millonario
no
es ya nadie para quienes
comen
su pan a diario.
“¿De
dónde viene ese pan?”
le
preguntáis a la gente;
y
ellos comen y se extrañan:
“¡Ah!,
pero no lo hubo siempre?”
La
verdad es que eso a Smith
no
llega a quitarle el sueño,
pues
piensa: “Todo va bien:
yo
rico y ellos contentos”
¿Qué
todo va bien Smith?
No
contabas con la huéspeda.
Si
no, ved lo que pasó
a
partir de aquella fecha,
en
que al subir los impuestos,
y
aún sin irse de la mano,
tuvo
que subir el pan.
¡Ahora
cuesta ya un centavo!
“¿Qué
pasa?”, clama la gente
“¿Qué
pretende el muy infame?
¿Quiere
apilar más millones
a
costa de nuestra hambre?”
(Vean
su caricatura,
–gran
panza, hocico porcino–
quitando
el pan de la boca
a
un famélico chiquillo).
Como
el Pueblo es lo primero,
nadie
podrá discutir,
que
en asuntos de esta clase
a
él le toca decidir.
Intervienen
presurosos
los
agentes del gobierno
y
lo que encuentran les pasma:
El
“trust del pan”, nada menos.
La
cosa se pone seria
y
curándose en salud,
Smith
decide pasarse
por
la oficina antitrust.
Allá
va, sombrero en mano:
“Los
han engañado a ustedes.
No
he quebrantado la ley”.
Pero
el funcionario advierte:
“En
época tan compleja,
no
basta la ley, hermano.
Es
mucho más eficaz
dejarlo
de nuestra mano.
Y
por si usted no se encuentra
ducho
en estos menesteres
le
diré cuál es la norma
porque
de una vez se entere.
Aumento
ilegal del precio
es
cobrar más que un colega,
mas
si cobra usted de menos
es
desleal competencia.
Y
téngalo bien presente,
no
haya en esto confusión:
Si
cobran todos lo mismo,
será
confabulación.
Debe
competir, es cierto,
pero
ande con pies de plomo,
pues
si conquista el mercado,
¡qué
más claro monopolio!”
¿Precio
abusivo o escaso?
El
uno al otro no quita.
Si
el Bien Público está en juego,
¿por
qué no la parejita?
Y,
pues no cuesta trabajo,
a
mayor abundamiento
le
añaden el monopolio.
¡Hay
que hacer un escarmiento!
“Cinco
años –truena el juez–
y
bien pudieran ser diez.
Hay
que enseñar a esta gente
respeto
a la sociedad”.
Ahora
el pan lo hace el gobierno
y
–no es preciso decirlo–
todo
está bien controlado
y
el público protegido.
Claro
que el pan sale a dólar.
Pero
el estado lo vende
a
medio centavo (el resto
lo
paga el contribuyente).
Además de tener gracia, aunque no calidad artística debido,
sólo en parte, a la traducción, las coplillas no dejan de poner el dedo en la llaga de lo que es el probo estado (en cuyo ejecutivo se
encuentran hoy en España, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, entre otras joyas)
cuando se mete a regular a la perversa iniciativa privada que, ya se sabe,
tiene la desfachatez de querer ganar dinero.
Hay que bajar hasta abajo para ir a multimedia para ver el
vídeo. 40 minutos
https://draft.blogger.com/blog/post/edit/4896069513485192750/8447864930961755175?hl=es
desde un análisis intuitivo más que científico y que os adjunto, como prueba de vida a riesgo de ser repetitivo. Otro problema diferente es que el gobierno social-comunista-bolivariano que tenemos en España convierta el anagrama de Nike en una progresiva y resbaladiza pendiente hacia abajo que, con COVID-19 o si él, nos lleve a la venezuelización. Pero eso no será por el COVID-19, aunque éste pueda haber ayudado a los bolivarianos a acelerar el logro de sus objetivos.
Es usted un genio señor tomás, ojalá fuese presidente, nos iría mucho mejor
ResponderEliminarGracias anónimo, pero por nada del mundo quisiera ser presidente. Me conformo con intentae inculcar estas ideas en mis alumnos universitarios.
ResponderEliminarUn muy cordial saludo.
Tomás