Hoy quieri comentar 4 noticias de la última semana, que son las cuatro caras de un cuadrado.
2ª También del sábado 29 de Mayo: EEUU (Biden) preparaun
presupuesto de gasto récord para 2022 de 9,1 billones de $. Billones Europeos,
por supuesto, es decir millones de millones. Seguro que la mayor parte de ese
aumento presupuestario se financiará con deuda.
3ª Del viernes 4 de Junio: La FED avanza hacia la retirada de estímulos:
vende su deuda corporativa.
4ª También del vierens 4 de Junio: Por qué los bancos centrales discrepan sobre cómo manejar la inflación.
Las cuatro apuntan a algo muy preocupante.
- Disparo de la deuda
públoca, tanto en Europa como en USA. Tal vez alguien pudiera estar a
favor de que un país o Europa tome deuda para financiar unas ayudas a un
problema económico que tiene unas causas exógenas, como es el caso de la
pandemia. Y yo podría, tal vez, estar de acuerdo con ese alguien, si el
punto de partida fuese una deuda pequeña. Pero no es el cao. La
socialdemocracia galopante y los estados del bienestar, megalómanos que
ésta conlleva, han llevado, antes de la pandemia, a prácticamente casi
todas las economías del mundo a niveles de deuda que ya eran intolerables.
En España, la pandemia ha hecho que la deuda propia pase de, más o menos,
el 100% del PIB, a aproximadamente el 120%. ¡Y ahora, si se quieren hacer
las cuentas bien, y no en plan trilero, haría que sumarle la parte
alícuota de esos 800.000 millones, lo que me pone los pelos de punta. Y la
respuesta es: ¡¡¡¡Más madera!!!! ¡¡¡¡Sigamos engordando al monstruo
comegalletas del estado del bienestar!!!! Hasta que se convierta en el
estado de la ruina. Y, mientras tanto, también hoy, parece que
Yolanda Díaz, muy podemita ella, quiere volver a subir el salario mínimo.
Entonces los pelos se me ponen como escarpias.
- Claro, con esas
cantidades de deudas estatales o supraestatales, los Bancos Centrales,
aunque supuestamente son independientes, se ven presionados a mantener
artificialmente bajos los tipos de interés. El método tradicional ha sido
históricamente crear dinero por el medio directo de “dar vueltas a la
manivela de la máquina”. Desde hace años se ha hecho lo mismo, crear
dinero, con otro sistema que tiene un efecto más inmediato en la bajada de
tipos de interés: comprar a lo bestia deuda soberana y deuda corporativa. Y así, el
activo que tienen los Bancos Centrales en sus balances de estos bonos se ha multiplicado de una
forma alarmante. Y nos decían: “no hay problema, la inflación no sube”.
Esto no es más que una mentira de trilero. Siempre que se crea dinero,
aparece la inflación. Pero ésta, como la bolita de los cubitos del
trilero, está oculta o latente, agazapada, dispuesta a dar el salto sobre
su presa en cuanto la dejen.
- Y en EEUU, parece que el
depredador que es la inflación ya empieza su carrera para cazar a su
presa. Y, claro, ante el pánico, la FED se plantea empezar a retirar los
estímulos. Pero, naturalmente, toda el agua que se ha tenido embalsada en
la presa, al quitar esa presa, producirá una riada que puede llevarse todo
por delante. SIEMPRE que se manipula el precio de algo, se crean
disfunciones que se pagan todas juntas tal vez 10 o 15 o 20 años más tarde.
Pero los seres himanos somos así: Cuan largo me lo fiaís, patada a seguir.
Lo malo es que un día ya no se puede dar esa patada y los platos rotos no los
paga sólo la generación que dio las patadas, sino principalmente, la siguiente
generación. Y parece que estamos llegando al límite de las patadas a
seguir.
- Claro, en Europa, que la inflación todavía no ha enseñado la patita por debajo de la puerta, el BCE se resiste a restingir su programa de compras. Porque una restricción del
programa de compras tiene dos efectos perversos, que no son sino la paga
por una política monetaria perversa. El primero es que los tipos de
interés se disparan. Y no se disparan sólo hasta el punto en el que debían
estar si no se hubiesen manipulado, sino que pasan la factura con multas de
recargo e intereses de demora, como el fisco en cuanto nos retrasamos en
pagarle. Y ahí tenemos a estados y empresas, engañados por las
falsas señales de los tipos de interés manipulados, sobreendeudadas hasta
las orejas (las empresas menos, porque son más previsoras que los estados.
No en vano juegan con su dinero y no con el del contribuyente, que, como
se sabe, no es de nadie). El segundo efecto perverso es, si cabe peor. Al dejar de comprar
deuda, el precio de ésta cae, de la misma forma que subió. Todo lo que sube
baja, es una máxima que los amipuladores deberían conocer. Hay otra máxima más
dura que dice: a todo cerdo le llega su San Martín. Y, ¿qué le pasará a la
cuenta de resultados del BCE y de la FED si sus activos pierden valor? No
hay que ser un lince para saberlo, que su cuenta de resultados se irá al
garete, muy posiblemente entrará en pérdidas y hasta es posible que, si
fuesen un banco privado, quebrasen. Pero como son públicos, no quiebran. Y
no quiebran porque se pueden financiar con dinero que ellos mismos crean o
con ayudas directas de los contribuyentes, como ya hicieron las Cajas de
Ahorros (NO LOS BANCOS) en España. Todo muy bonito. Ya estamos en el
“resbaladeiro das moscas”. Una superficie cada vez más inclinada hacia el
abismo y cada vez más resbaladiza que, si no se ataja, lleva a la miseria
y a la Venezualización. Pero, ¿quién le pondrá el cascabel al gato?
- Por último, ¡claro que los Bancos Centrales discreoan sobre cómo manejar la inflación! Llegados a este punto el problema no tiene solución y cuando un problema no tiene solución, a la voz de sálvese quien pueda, cada Banco Central busca subterfugios, que no soluciones diferentes.
Aquí lo dejo
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