9 de junio de 2010

Frases 9-VI-2010

Tomás Alfaro Drake


Ya sabéis por el nombre de mi blog que soy como una urraca que recoge todo lo que brilla para llevarlo a su nido. Desde hace años, tal vez desde más o menos 1998, he ido recopilando toda idea que me parecía brillante, viniese de donde viniese. Lo he hecho con el espíritu con que Odiseo lo hacía para no olvidarse de Ítaca y Penélope, o de Penélope tejiendo y destejiendo su manto para no olvidar a Odiseo. Cuando las brumas de la flor del loto de lo cotidiano enturbian mi recuerdo de lo que merece la pena en la vida, de cuál es la forma adecuada de vivirla, doy un paseo aleatorio por estas ideas, me rescato del olvido y recupero la consciencia. Son para mí como un elixir contra la anestesia paralizante del olvido y evitan que Circe me convierta en cerdo. Espero que también tengan este efecto benéfico para vosotros. Por eso empiezo a publicar una a la semana a partir del 13 de Enero del 2010.

... la miseria del mundo entero se me presenta como un diluvio del Mal. Es una inundación. [...]... se han abierto las esclusas del Mal. Los puntales que sostenían la existencia humana se derrumban. El devenir histórico ya no se apoya en el individuo, sino únicamente en las masas. Se nos atropella, se nos estruja, se nos barre. Sufrimos la historia... El movimiento nos quita la posibilidad de ver. Nuestra conciencia se encoge. Y ni siquiera nos damos cuenta. Perdemos el conocimiento sin perder la vida.

Gustav Janouch, puesto en boca de Kafka en “Conversaciones con Kafka”.

No niego que Kafka tenga razón en lo que dice Janouch que dijo (aunque hay que recordad que Kafka era bastante Kafkiano), pero los cristianos, por encima de todas estas verdades terrenales, sabemos que la historia tiene un sentido, pasando a ser Historia con mayúscula, que Cristo es el Señor de la historia y que gracias a Él el mal, que se escribe con minúscula por muy fuerte que sea, será vencido en el Bien, que se escribe con mayúscula.

1 comentario:

  1. Desde luego, sin Jesucristo , la historia de la humanidad carece de sentido. Él nos trae la esperanza que no defrauda y colma todas nuestras aspiraciones. No hay nada que temer, más que apartarnos de Él.

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