En
un escrito anterior sobre LIBRA pasé por alto, por ser demasiado complejo para su
objetivo, el análisis del efecto que LIBRA pudiera tener sobre la capacidad de
los Bancos Centrales para llevar a cabo la regulación de la masa monetaria en
las economías a su cargo. En estas páginas vamos a realizar este análisis. Lo
vamos a hacer partiendo desde cero y simplificando enormemente el problema para
que pueda ser generalmente entendido. No podré, eso sí, evitar que haya algo de
aritmética elemental. Pero sólo sumar, restar, multiplicar y dividir, llevados
por el sentido común.
La
gestión de la economía por parte de los Estados se lleva a cabo a través de dos
políticas diferentes: La política fiscal y la política monetaria.
Con
la política fiscal un Estado utiliza los impuestos para recaudar dinero de los
ciudadanos y gastarlo después en aquello que considera conveniente. La cantidad
de dinero que gaste un Estado no tiene por qué ser igual a la que ingresa. Si
gasta más de lo que ingresa, incurre en un déficit fiscal. Pero para poder
hacer eso, tiene que obtener prestada una cantidad equivalente a ese déficit. Es
lo que se llama la deuda pública. Si un Estado incurre en déficits durante
años, tiene que tomar prestado cada año el equivalente al déficit que genera, por
lo que la deuda pública irá aumentando. Si, por el contrario, el Estado gasta
menos que lo que recauda, se produce un superávit fiscal, que le permite ir devolviendo
la deuda que haya contraído por los anteriores déficits. Las decisiones sobre
la política fiscal del Estado las toma el Poder Ejecutivo, es decir, el Gobierno,
controlado, claro está, por el Poder Legislativo, el Parlamento, mediante la
aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, en aplicación del
principio de separación de poderes. No es objeto de estas páginas establecer los
principios de una adecuada política fiscal.
La
política monetaria, consiste en determinar cuánto dinero hay en circulación
para “regar” adecuadamente la economía. La cantidad de dinero en la economía es
como la cantidad de sangre en un organismo. Un organismo grande necesitará
tener más sangre que uno pequeño. Debe una cierta, aunque no exacta,
proporcionalidad entre el tamaño del organismo y la cantidad de sangre que
necesita. Para un organismo, tener más o menos sangre de lo “normal”, puede
llevar a disfunciones importantes. De la misma manera, la cantidad de dinero de
una economía debe guardar una cierta relación con su tamaño. Si no, se
producirán disfunciones. Como medida del tamaño de una economía se suele tomar
el PIB (Producto Interior Bruto), que es la cantidad de bienes y servicios que
produce esa economía en un año. El estado debe tener, por tanto, la capacidad
de regular la cantidad de dinero que haya en el sistema económico a su cargo
para intentar adecuarla al PIB. En economía funciona también el principio de
separación de poderes. Mientras que las decisiones de política fiscal dependen del
Gobierno y el Parlamento, las decisiones de política monetaria dependen del
Banco Central que es, en principio, y debe ser un organismo independiente de
los poderes del estado, ejecutivo, legislativo y judicial. En países como EEUU,
el ámbito de actuación del Gobierno en la política fiscal y del Banco Central
–llamada Reserva Federal o FED–, coinciden. No es el caso en la Unión Europea,
donde el Gobierno de cada Estado decide su política fiscal, pero la política
monetaria viene definida por el Banco Central Europeo (BCE), de ámbito
supranacional.
La
cantidad de dinero influye sobre dos variables muy importantes para cualquier
economía: la inflación y los tipos de interés. Un exceso de dinero provoca que
suba la inflación y que bajen los tipos de intereses reales. Pero los intereses
a los que prestan o toman prestado los agentes económicos, bancos, empresas o
particulares, no está relacionado con el tipo de interés real, sino el llamado
tipo de interés nominal. Cuando alguien presta dinero, lo hace pretendiendo,
como mínimo, mantener el poder adquisitivo de su dinero y, además, obtener una
rentabilidad por lo que presta. Por eso lo presta a la inflación más un interés
relacionado con el tipo de interés real. Lo que se percibe, lo que se mide, es,
por tanto, el tipo de interés nominal. Es decir, el dinero se presta al tipo de
interés nominal.
Si se habla simplemente de tipo de interés, se está hablando del tipo de
interés nominal, que es el que se ve. Veamos esto con algunos ejemplos
numéricos.
Supongamos
un país que tuviese una inflación igual a 0 y un tipo de interés nominal del 2%.
En este caso, su tipo de interés real será también el 2%. Ahora supongamos que
el Banco Central decide crear mucho dinero. Supongamos que la inflación sube al
3% y el tipo de interés real baja al 1%. El tipo de interés nominal que se
percibiría sería el 4% (3% de inflación + 1% de tipo de interés real). Pudiera
ocurrir que entonces el Banco Central cree haberse pasado de la raya y
disminuye la masa monetaria con el resultado de que la inflación baja al 2% y
el tipo de interés real sube al 1,5%. El tipo de interés nominal se situaría
entonces en el 3,5%. Como en el caso de la política fiscal, no pretendo en
estas líneas establecer ningún criterio para definir lo que pudiera ser una política
monetaria adecuada. Simplemente quiero dejar constancia de lo importante que es
para un Estado poder llevar a cabo esta política. Por supuesto, los Estados
pueden hacer auténticas barbaridades con sus políticas fiscal y monetaria, pero
eso no quita un ápice de importancia a la necesidad de que existan esas
políticas, a poder ser, correctas. Pero eso es harina de otro costal.
Vamos
ahora a centrarnos en la política monetaria, es decir, la capacidad de los BC’s
de aumentar o disminuir la masa monetaria de la economía que controlan. Los BC’s,
como se ha visto, tienen enorme interés en controlar la masa monetaria, pero no
lo pueden hacer de forma directa. Lo que hacen los BC’s es crear una “semilla”
de esa masa monetaria. Vamos a llamar a esa semilla M0. Si un BC quiere
aumentar M0, lo puede hacer de dos maneras.
1ª
Concediendo préstamos a los bancos de ese país. Les presta un dinero que,
inmediatamente entra en circulación.
2ª
Comprando bonos del propio estado o de estados a su cargo o de empresas que actúen
en esos Estados. Es decir, haciendo un préstamo directo a esas empresas en vez
de hacerlo a los bancos.
De
cualquiera de las dos formas se está inyectando dinero al mercado y aumentando
la M0. Es importante hacer ver que no se está regalando ese dinero, sino
prestándolo y haciéndolo a un tipo de interés que, en principio, es el de
mercado para el riesgo que pueda tener ese estado o empresa.
A
sensu contrario, si un banco central quiere disminuir M0, lo puede conseguir
haciendo que los bancos le devuelvan los préstamos o vendiendo los bonos que
previamente compró. Por supuesto, hay factores exógenos a los BC’s, que no
vamos a ver aquí, que pueden influir en M0. Pero si eso es así, el BC lo
detecta y actúa de la manera adecuada, con los mecanismos que hemos visto, para
mantener la M0 que quiera.
Había
dicho antes que esa M0 no es sino la “semilla” de la masa monetaria total que
se quiere que haya en el mercado. Efectivamente, el conjunto del sistema
financiero, a través de operaciones de préstamos y depósitos o cuentas
corrientes, hace que la cantidad M0 se multiplique por un factor determinado.
Supongamos que M0 es 10 y que ese multiplicador fuese 20. La masa monetaria
total M1 sería 10 multiplicado por 20, es decir 200. Es esta M1 la que los BC
quieren tener bajo control. Pero, aunque los BC’s pueden actuar, en cierta
medida, sobre el multiplicador, este control se les escapa, porque depende,
sobre todo, del porcentaje sobre los depósitos que los bancos comerciales
quieran prestar y de la cantidad de dinero que los ciudadanos quieran tener en
dinero en efectivo en vez de tenerlo en cuenta corriente. Entonces, ¿pierden los
BC’s el control sobre M1? De ninguna manera, porque siempre lo puede recuperar
actuando sobre M0. Veámoslo con un ejemplo. Supongamos que en una economía se
dan los siguientes valores.
M0
|
multiplicador
|
M1
|
100
|
25
|
2.500
|
En
estas circunstancias, por un lado, los efectos exógenos sobre la M0 la
disminuyen en 10 y, por otro, la actuación de bancos comerciales y ciudadanos
hace que el multiplicador suba a 30. Si el BC no hiciese nada, la situación
sería:
M0
|
Multiplicador
|
M1
|
90
|
32
|
2.880
|
Para
restablecer la M1 de 2.500 deseada, el BC debería disminuir la M0 en:
(2.880-2.500)/32=11,875.
Para
ello, podría retirar préstamos al sistema financiero o vender bonos por valor
de 11,875. La situación quedaría entonces:
M0
|
Multiplicador
|
M1
|
78,125
|
32
|
2.500
|
Y
la calma retornaría. Evidentemente, las cosas no son, ni mucho menos, tan
sencillas como esto, porque se están continuamente dando situaciones exógenas
que afectan tanto a la M0 como al multiplicador. Pero en esencia, el problema
es como el planteado y ese es uno de los trabajos de los BC’s.
Estamos
ya en condiciones de ver qué perturbaciones introduciría LIBRA en el sistema en
el caso de que tuviese un éxito como para suponer una parte importante de la
masa monetaria de otros países. Vamos a hacerlo con un
ejemplo de un mundo extraordinariamente sencillo en el que sólo hay dos países,
el A y el B, con sus respectivas monedas que, digamos, que tienen entre sí una
relación de precios tal que la moneda A vale un 25% más que la B. Es decir,
para comprar una unidad de A, hay que pagar por ella 1,25 unidades de B. Es
decir, si tomamos la divisa A como base, B cotiza a 0,8. Es decir con una
unidad de B sólo se pueden comprar 0,8 (1/1,25) de A. Supongamos que LIBRA se
mueve en este contexto. En realidad, quien lea esto no debe preocuparse si no
comprende bien todos los números, porque tal vez sea precisamente el hecho de no
entenderlo, lo que le ayude a entender la conclusión final. Así es que, el que
se haga un lío con lo que viene a continuación, que salte directamente a (1)
La
RESERVA LIBRA
(RL) es, como si dijéramos, el BC de LIBRA. Todo dinero que entra en ella, sea
de la moneda que sea, se considera dinero que sale de la economía
correspondiente y viceversa. Supongamos que la RL está constituida de la
siguiente manera:
% en divisa A
|
% en divisa B
|
40%
|
60%
|
Aparece
entonces alguien con 100A y quiere comprar LIBRA. Supongamos que en ese momento
LIBRA cotiza 1,1 respecto a A (es decir, con 1L se pueden comprar 1,1A) [y, por tanto, 1,375B (1,1/0,8)].
Ese alguien dará a la RL 100A y la RL le dará 90,9091 L (100/1,1=90,90909090…,
redondeando, 90,91).
Ahora,
la RL tiene que cambiar 60ª. De los 100ª que ha recibido, en B, obteniendo 75B (60/0,8)
y comprar bonos o invertir en depósitos de A 40A y en bonos o depósitos de B 75B.
Si
aplicamos las reglas anteriores de creación o destrucción de M0
-
M0L
habrá aumentado en 90,91L.
-
M0A
habrá disminuido en 60A ya que de los 100A que entraron en la RL, y que
supusieron una destrucción de 100A, sólo 40A han sido reintroducidos en el
sistema monetario de A a través de los depósitos o la compra de bonos.
-
M0B
habrá aumentado en 75B, que son los que se han introducido en el sistema
monetario de B a través de depósitos y bonos de B, sin haber habido ninguna destrucción
de B previamente.
-
Ahora
bien, la M0 del conjunto A+B no habrá sufrido variaciones, ya que si expresamos
todo en su equivalente en A, A habrá disminuido en 60A y B habrá aumentado en el
equivalente a 60A. Es decir, todo se ha quedado en equilibrio. Pero a los BC’s
de A y B no les da igual, porque SU M0 particular ha cambiado. Y a la
economía global del mundo, tampoco le da igual, porque su M0 total ha aumentado
en equivalente a los 100A de L.
El
cuadro siguiente pretende resumir lo anterior:
Moneda
|
L
|
A
|
B
|
A+B
|
A+B+L
|
(a)M0
creada en cada moneda
|
90,91L
|
40A
|
75B
|
|
|
(b)M0
eliminada en cada moneda
|
-
|
100A
|
-
|
|
|
(a-b)M0
neto en cada moneda
|
+90,91L
|
-60A
|
+75B
|
|
|
(c)M0
creada en equiv. A
|
100A
|
40A
|
60A
|
100A
|
200A
|
(d)M0
eliminadas en equiv. A
|
-
|
100A
|
-
|
100A
|
100A
|
(c-d)M0
neto en equiv. A
|
100A
|
-60A
|
60A
|
-
|
100A
|
La
cosa se complica más si el multiplicador de las tres monedas fuese de:
-
20
para L.
-
25
para A
-
30
para B
Entonces:
·
La
M1 de L habría aumentado en el equivalente a 2.000A (100x20)
·
La
M1 de A habría disminuido en 1.500A (60x25).
·
la
M1 de B habría aumentado en el equivalente 1.800A (60x30)
·
Ahora
la M1 global de A y B ya no es neutra, sino que se produce un aumento en el
equivalente de 300A (1.800-1.500).
·
Y
si tomamos en cuenta las tres monedas, el aumento global de M1 del mundo es en
el equivalente 2.300A (1.800-1.500+2.000).
Vamos a ver ahora
cómo varía el precio de la LIBRA respecto a A y B si el valor relativo de estas
dos divisas cambia. Supongamos que B sube de valor (o A baja, que todo es
relativo) hasta una cotización de 0,85. Es decir, ahora sólo hay que pagar 1,176B
por 1A (1/0,85) en vez de los 1,25B que costaba antes. Los 100A que aportó la
persona que compró las LIBRAS equivalentes, lo que tiene, de verdad, es 40A y 75B.
Pero ahora los 75B ya no son 60A, sino que, con la nueva cotización de B, esos
75B equivalen a 63,75A. Es decir, ahora, el que compró libras por 100A,
recibirá 103,75A. Es de notar que mientras B ha subido un 6,25%, de 0,8 a 0,85,
L ha subido sólo un 3,75%, que es el 60% de la subida de B. No podría ser de
otra manera si B tiene un peso del 60% en L. Es decir, L es menos volátil que B.
Si lo que hubiese subido un 6,25% hubiese sido A en vez de B, entonces, L
hubiese subido un 2,5% (6,25x0,4). ES decir, L es también menos volátil que A.
Para alguien que quiere especular, la volatilidad es una oportunidad de ganar
dinero (o de perderlo) y, si tiene confianza en su análisis de las posibles
subidas, puede ganar más. Pero si vemos LIBRA como una moneda a la que se le
debe pedir estabilidad, ocurre que es más estable que cualquiera de las divisas
que la forman. No podría ser de otra manera, esta es la base en la que se apoya
la diversificación.
(1) Hace unas líneas
dije que tal vez, precisamente por no entender lo anterior se podría entender
mejor la conclusión. Efectivamente, quien no lo haya entendido, entenderá mejor
la estabilidad que ofrece LIBRA como divisa y la inmensa complejidad que la
introducción de LIBRA introduciría en la ejecución de la política monetaria de
cada país.
Ni
que decir tiene que todo esto se complica todavía muchísimo más si suponemos
que las monedas fuertes en las que se invierta fuesen una media docena y
aquellas con las que se pueda comprar LIBRA fuesen todas las del mundo. Por
supuesto, a pesar de esta inmensa complejidad, los BC’s de cada país siguen
teniendo las herramientas para equilibrar SU propia política monetaria. Pero
los sistemas, la información y la organización para el uso de esas herramientas
serían un auténtico quebradero de cabeza para los BC’s. Como dije en las
páginas que escribí para describir LIBRA y ver si pudiera llegar a convertirse
en una revolución en la lucha contra la pobreza, este quebradero de cabeza que
produciría en los BC’s del mundo, podría ser uno de los principales frenos para
lograr ese objetivo de su misión.