¡¡¡¡Feliz Epifanía!!!!! Hoy, además del
magnífico texto de Isaías, que es la primera lectura de la misa de hoy, os
mando cuatro relatos sobre la noche, la infancia, la casa y los tesoros como
regalos, que me han mandado que pueden servir como cierre de estas fiestas de
la Navidad.
“Levántate y resplandece, Jerusalén, porque
ha llegado tu luz y la gloria del Señor alborea sobre ti. Mira:
las tinieblas cubren la tierra y espesa niebla envuelve a los pueblos;
pero sobre ti resplandece el Señor y en ti se manifiesta su gloria.
Caminarán los pueblos a tu luz y los reyes, al resplandor de tu aurora.
Levanta los ojos y mira alrededor: todos
se reúnen y vienen a ti; tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las
traen en brazos. Entonces verás esto radiante de alegría; tu
corazón se alegrará, y se ensanchará, cuando se vuelquen sobre ti los
tesoros del mar y te traigan las riquezas de los pueblos. Te
inundará una multitud de camellos y dromedarios, procedentes de Madián y
de Efá. Vendrán todos los de Sabá trayendo incienso y oro y
proclamando las alabanzas del Señor”.
(Rompimiento de gloria sobre Jerusalén, que somos nosotros)
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