3 de octubre de 2008

Comentario de Juan Luis a mi entrada sobre la Providencia divina

Tomás Alfaro Drake

Juan Luis deja un comentario a mi post sobre la Providencia de Dios. Dice:

Magnífico post, Tomás. Algún día te contaré nuestra larga conversación de anoche de un par de amigos y yo en la que discutiamos con Guardini (él era el quinto asistente a la reunión) qué quería decir con su tesis de que: "en un momento dado de la vida del Señor se tomó una auténtica decisión. Su mensaje no fue acogido, y entonces la eterna voluntad de redención de Dios eligió el camino de la pasión" ("El Señor", Ed. Cristiandad, p299); "Jesús había venido a redimir a su pueblo y, en él, al mundo entero. Y eso debería producirse mediante la donación de la fé y el amor. Pero el objetivo se frustró. No obstante, el encargo del Padre permaneció firme, aunque cambió de forma" (cfr, p273); "El reino de Dios habría llegado si el mensaje hubiera encontrado fé (...) la del pueblo entero que se había comprometido con Dios en la alianza del Sinaí (...). Cristo fue rechazado por su pueblo y se entregó a la muerte. La redención no se produjo por la irrupción de la fé, del amor y del Espíritu que todo lo transforma, sino por al muerte de Jesús, qeu se convirtió así en chivo expiatorio" (cfr, p133). Y esto junto a los graves problemas qeu a Guardini le acarrea sostener esa hipótesis y relacionarla con la libertad del hombre, la libertad de Dios, la Providencia de la que hablas y el Plan inmutable de salvación del Padre...Pero eso daría para una laaaarga conversación, también, jejejeje...un abrazo!!

Le respondo:

Muchas gracias Juan Luis. La verdad es que sí, que la conversación sería muuuuuy larga. Pero vayan algunos breves comentarios de alguien que ha leído muy poco de Guardini (pero a quien le gustaría haber leído más, y lo hará).

Lo primero, esto de conversar con Guardini, me trae a la memoria un soneto de Quevedo del que los dos primeros cuartetos dicen:

“Retirado a la paz de estos desiertos
con pocos pero doctos libros juntos
vivo en conversación con los difuntos
y escucho con mis ojos a los muertos".

"Si no siempre entendidos siempre atentos
o enmiendan o secundan mis asuntos
y en músicos cayados contrapuntos
al sueño de la vida hablan despiertos”
.

Este último verso, parafraseado, da título de mi último libro, “Al sueño de la muerte hablo despierto: Cartas a poetas muertos”. Así que me encanta esto de dialogar con alguien que con sus escritos nos ha dejado cosas para pensar.

Acabada esta parte de marketing de mi libro, voy al grano. Muchas veces me he preguntado qué hubiera pasado si los dirigentes de los judíos hubiesen creído en Jesús. Hace algunos años escribí lo que sigue, que son palabras de san Pablo más que mías:

Proeza y futuro del judaísmo.

Es impresionante la proeza de la religión judía. Se encuentra directamente en la génesis del cristianismo y del islamismo. Influyó notablemente, junto con el huiduísmo, al zoroastrismo. A través del cristianismo es posible que haya tenido alguna influencia en el budismo mahayana. Es decir está, de forma más o menos directa, en la raíz de todas las religiones menos el hinduísmo. Sin embargo no ha tomado cuerpo en ninguna civilización. A pesar de todo, sigue viva. Si tomamos la fecha de nacimiento del judaísmo en Abraham, son treinta y ocho siglos de presencia ininterrumpida y fecunda en la historia. No son pues los hermanos mayores en la fe, en frase de Juan Pablo II, sólo de los cristianos, sino de una inmensa mayoría de la humanidad. ¿Les queda algún papel que jugar en la Historia? Oigamos a san Pablo:

“Y pregunto todavía: ¿Habrán tropezado los israelitas de manera que sucumban definitivamente? ¡De ninguna manera! Por el contrario, con su caída ha llegado la salvación a los paganos, quienes a su vez han provocado la emulación de Israel. Y si su caída y su fracaso se han convertido en riqueza para el mundo y para los paganos, ¿qué no sucederá cuando alcancen la plenitud? [...] Porque si su fracaso ha servido para reconciliar al mundo, ¿no será su readmisión como un volver de los muertos a la vida? Y es que si las primicias están consagradas a Dios, lo está toda la masa; si está consagrada la raíz, lo están también las ramas. Cierto que algunas ramas han sido desgajadas y que tú, olivo sivestre, has sido injertado entre las restantes y compartes con ella la raíz y la savia del olivo”.

“Pero no presumas a costa de aquellas ramas; y por si presumes, recuerda que no eres tú quien sostiene la raíz, sino la raíz la que te sostiene a ti. [...] En cuanto a ellos, los israelitas, si no persisten en la incredulidad volverán a ser injertados. Y Dios puede muy bien injertarlos de nuevo. Porque si tú has sido cortado de un olivo silvestre, al que por naturaleza pertenecías y has sido injertado contra tu naturaleza en el olivo fértil, ¡con cuánta mayor facilidad podrán ser injertadas las ramas originales en el propio olivo!”

“No quiero, hermanos, que ignoréis este misterio para que no andéis presumiendo por ahí. El endurecimiento de una parte de Israel no es definitivo; durará hasta que se convierta el conjunto de los paganos. Entonces todo Israel se salvará, como dice la escritura”:

“Vendrá de Sión el libertador,
Alejará de Jacob la impiedad
y mi alianza con ellos será restablecida
cuando yo les perdone sus pecados”
[1].

“En lo que respecta a la acogida del Evangelio, los israelitas aparecen como enemigos de Dios para provecho nuestro; sin embargo, si atendemos a la elección, siguen siendo muy amados por Dios a causa de sus antepasados, pues los dones y la llamada de Dios son irrevocables”.

“También vosotros erais en otro tiempo rebeldes a Dios, pero ahora, por la desobediencia de los israelitas, habéis alcanzado la misericordia. De igual modo, ellos son ahora rebeldes debido a la misericordia que Dios os ha concedido, para que también ellos alcancen misericordia. Porque Dios ha permitido que todos seamos rebeldes para tener misericordia de todos”.
[2]

Tal vez fue esta proeza y este futuro misterioso para el judaísmo que se desprende de las palabras de san Pablo, empujasen al Papa Pío XI, en plena escalada del antisemitismo nazi, en septiembre de 1938, a decir: “En Cristo somos todos descendientes de Abraham. El antisemitismo para un cristiano es inadmisible: espiritualmente todos somos semitas”. Quizá ese todos se refiera a muchos más que a los cristianos.

***

Hasta aquí lo escrito hace años, que hace referencia más bien al futuro de los judíos que al futurible de lo que hubiera pasado si se hubieran convertido como pueblo, porque conversiones individuales las hubo a miles.

Respecto a este futurible, poco puedo decir. Creo que Cristo vino, así nos lo dice él mismo, teniendo como misión la conversión de los judíos. A la mujer siro-fenicia que le pide la curación de su hija le dice “sólo he sido enviado a las ovejas perdidas de Israel” (Estoy citando de memoria y, por tanto puedo ser inexacto y no puedo ponerme a buscar referencias). Pero luego la cura. Lo cual no deja de ser algo impresionante, porque la oración de esa mujer, no cambia algo permitido por Dios pero no designio de Dios, como es una enfermedad, sino que cambia un designio de Dios expresamente señalado por Cristo. También cura al criado del centurión. Por otra parte, ya cerca de su pasión, exasperado les dice a los dirigentes judíos en una parábola que les hizo rechinar los dientes (La de los viñadores homicidas. Creo que es san Lucas el que dice que se alzó una voz que dijo “eso no puede ser”) que la viña –que era símbolo de Israel, les sería dada a otros que diesen fruto a su tiempo. Parece pues que hay un cambio de actitud en Cristo. Ahora bien. Me cuesta creer que la pasión de Cristo no hubiese tenido lugar si los judíos se hubiesen convertido. Creo que la pasión de Cristo era necesaria para que todo el sufrimiento del mundo tenga sentido. Tal vez si los judíos se hubiesen convertido se hubiese instaurado el reino de Cristo y Dios hubiese enjugado las lágrimas del rostro de la humanidad desde ese momento. Pero ¿y los sufrimientos del pasado? ¿Quién juzgaría esa parte de la historia? ¿Querría Dios juzgar la historia sin pasar por los sufrimientos de los que más hubiesen sufrido antes para poder perdonar como víctima lo que pudiese ser perdonado? No lo sé. Es demasiado para mi capacidad de entender. Es misterio y como todo misterio es exceso de luz, más luz de la que mis ojos son capaces de registrar. Los designios de Dios, y la capacidad del hombre para cambiarlos por la oración o por el mal uso de la libertad. ¡Casi nada! Pero el misterio puede ser contemplado. Y alimenta la esperanza de que un día, cuando veamos a Dios cara a cara, digamos “¡Ah! ¡Mira! ¡qué ciego era! ¡Tenía que ser así!” Y lo diremos no sólo respecto a este asunto, “curioso”, pero no existencial para mí vida, sino para tantas cosas que no entendemos y que nos hieren como un hierro al rojo.

Un abrazo Juan Luis y gracias por tu reflexión.

Tomás
[1] Isaías, cap. 59, vers.20 y 21 de donde san Pablo saca esta cita, dice textualmente: “Pero a Sión vendrá el libertador/ y rescatará en medio de Jacob/ a los que se conviertan de su rebeldía./ Oráculo del Señor./ Esta es la alianza que yo haré con ellos, dice el Señor: El Espíritu que te he infundido y las palabras que te he confiado, estarán siempre en tus labios y en los de tus descendientes, desde ahora y por siempre – dice el Señor.
[2] Carta de san Pablo a los Romanos cap. 11, vers. 11 - 32.

2 comentarios:

  1. Hola Tomás!

    Lo bueno de las conversaciones con los muertos, es que pueden prolongarse sin problema.

    Te diré que mi conclusión tras la conversación sostenida fue (perdoname si puede sonar heterodoxa) que la Pasión de Cristo estaba escrita en la decisión de Adán: desde el momento en que, por el pecado original, quedamos sometidos al sufrimiento, Cristo tenía que venir para dar sentido a ese sufrimiento. De modo que, "haciéndo nuevas todas las cosas", no nos quita las consecuencias del pecado (el dolor) sino que lo sublima, haciendo que algo que nos aleja de Él (unas consecuencias no queridas de un acto de libertad no deseado), se convierte, por la Pasión, en vía de salvación.

    Mi hipótesis teológico-especulativa es qeu si el pueblo judío hubiera aceptado a Cristo, la condena a muerte hubiera venido igual, sólo que dictada por los romanos. La Pasión tendría que suceder de todos modos, por los motivos expuestos, pero la Historia de la Salvación habría dado un giro pro-Cristo espectacular.

    Pero repito, al propio Guardini la hipótesis le plantea obstáculos insalvables qeu no sabe como solucionar, pero que no le llevan a descartar su teoría del "cambio en el plan de Dios" (la hipótesis de que la Pasión no habría sido necesaria si los judíos se hubieran convertido). Lo encarga todo a lo incomprensible del plan de Dios...

    Abrazo!

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  2. Excelente blog, Tomás. Al final me decido a hacer una entrada, con un comentario sobre el respeto a los demás.
    Me ha inspirado un artículo de Alfonso López Quintás en el Alfa y Omega, sobre Guerini, al que no conocía hasta hoy.
    Decía Guerini:"La sede del sentido de mi vida no está en mí, sino por encima de mí. Vivo de lo que está por encima de mí. En la medida en que me encierro en mí o - lo que viene a ser lo mismo - me encierro en el mundo, me desvío de mi trayectoria (...). Mas eso significa que, con anterioridad, debo aceptar el existir, aunque no se me haya preguntado si lo quiero." También dice López Quintás comentando sobre Guerini: ""La verdad es compleja, polifónica", como son las realidades del mundo que queremos conocer. A este concepto relacional de verdad acude cuando destaca, asombrado, el poderío que a veces ostenta la verdad cuando la buscamos como una meta, para vivir en ella y de ella".
    Es tremendo lo difícil que es estar en ese camino de búsqueda de la verdad. Supongo que cada uno tiene una verdad-realidad particular, puesto que somos libres. Nos han dicho que la verdad es el amor. Si lo ponemos todo en mayúsculas sería Amor-Verdad-Realidad, y a escala humana amor-verdad-realidad. Si estas segundas no están inspiradas por las primeras, creo que nos estrellamos.
    El respeto al otro... no a sus opiniones, sino a su búsqueda, a su camino en ese amor-verdad-realidad inspirados por Dios. Creo que esto es natural en las personas, pero unos se dan cuenta y otros no. Si no, quizá nos bloqueemos, nos quedemos instalados en nosotros mismos, y al final perdamos el respeto a los demás. Nos deberíamos preguntar ¿quiénes somos nosotros para torcer el camino de los demás hacia el amor? Al contrario, estamos para favorecerlo, pero dándonos cuenta, percibiendo en nuestro interior ese Amor verdadero, y en el otro. ¿Y nuestro auto-respeto? Ese también requiere muchos cuidados, incluso más. Es fácil muchas veces sentirse indigno, el caso es que tenemos una dignidad por la que deberíamos luchar a brazo partido.
    Si en el fondo, todos lo sabemos, porque vivimos en Él, pero nos resistimos, nos peleamos para no sufrir y para no dejarnos querer. Otra tremenda cita de Guerini, y acabo: "Cuando el hombre rechaza la verdad, enferma. Ese rechazo no se da ya cuando el hombre yerra, sino cuando abandona la verdad; no cuando miente, aunque lo haga profusamente, sino cuando considera que la verdad en sí misma no le obliga; no cuando engaña a otros, sino cuando dirige su vida a destruir la verdad. Entonces enferma espiritualmente".
    Muchas gracias, y espero que este blog lo lea muchísima gente, porque es buenísimo.
    Manuel

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